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Rebelión contra Obama por cortes a beneficios de jubilación

Fuentes: Tribuna Hispana USA

El presidente Barack Obama no está tocando la lira mientras Roma arde, sino que está iniciando los incendios de manera activa. Antes de reunirse en la Casa Blanca con los líderes del Congreso, Obama anunció que planea poner en la lista de recortes no solo el Medicare (el servicio médico gubernamental para mayores de 65 […]

El presidente Barack Obama no está tocando la lira mientras Roma arde, sino que está iniciando los incendios de manera activa. Antes de reunirse en la Casa Blanca con los líderes del Congreso, Obama anunció que planea poner en la lista de recortes no solo el Medicare (el servicio médico gubernamental para mayores de 65 años) y Medicaid (el servicio médico gubernamental para los de menores ingresos), sino también el Seguro Social, lo que puso furiosos a los líderes demócratas y a las organizaciones sindicales. Obama también dijo que su plan original de recortar el gasto público en $2 billones en una década no es adecuado, así que duplicó la cifra a $4 billones (si, $4 millones de millones de dólares). Según sus mismas palabras, Obama ve el desplome total actual de la economía real como «una oportunidad única de hacer algo grande para volver a equilibrar las finanzas de la nación», que sería recortar drásticamente los programas de asistencia pública, haciendo algo «grande» en una «gran rebaja» en las negociaciones con los republicanos.

Sin embargo, Obama no consultó, ni siquiera informó, a los dirigentes demócratas de su plan de destruir las políticas de bienestar general de la nación. El líder del Senado, Harry Reid, quien ha insistido repetidamente que no se podía tocar el Seguro Social (y encabezó la batalla en contra de los esfuerzos de George W. Bush por privatizarlo), se negó a contestar preguntas de los reporteros sobre el llamado de Obama y se molestó cuando los reporteros intentaron insistir en el tema.

Es más, ni la dirigente de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ni Chris van Hollen, que formaban parte del fracasado equipo bipartidista del vicepresidente Joe Biden que trabajaba en el plan de recortes al presupuesto, fueron informados. Van Hollen dijo a la cadena noticiosa de TV CNN que «los congresistas demócratas no van a apoyar algo que busca equilibrar el presupuesto sobre las espaldas de los beneficiarios del Seguro Social».

Obama calificó de «constructiva» la reunión de dos horas del jueves (7 de julio) en la Casa Blanca y le dijo a los reporteros que el (no el cooperativo «nosotros») va a convocar a una segunda reunión.

Continúa así el jueguito de «o te ahorcas o te ahorco» sobre «recortes o alza en los impuestos». Obama alega que el está negociando la destrucción del bienestar general a cambio de poder elevar los impuestos a los aviones jet privados de las corporaciones y cerrar algunos resquicios fiscales. Los demócratas del Congreso están furiosos y el «bloque nacionalista» del Congreso en contra de las políticas de Obama va a crecer rápidamente en los próximos días.

Hasta los demócratas que apoyan la austeridad están enojados. El senador demócrata de Dakota del Norte, Kent Conrad, presidente de la Comisión de Presupuesto del Senado y parte de la Coalición Concord para los recortes presupuestales, dijo que él nunca ha creído que el arreglo del Seguro Social se deba usar para reducir la deuda. «Cualquier ahorro del Seguro Social se debe usar para extender la solvencia del Seguro Social», dijo.

Los demócratas de la Junta de Demócratas Progresistas explotaron, y le enviaron una carta a Obama en donde exigen que no se toque el Seguro Social, Medicare ni Medicaid. «La clase media ya ha sufrido bastante en los últimos tres años» dice. «Los republicanos están dispuestos a causar aún más dolor. Nosotros no los apoyaremos». Entre los firmantes están los congresistas Raúl Grijalva, Keith Ellison (Minn.), Judy Chu (Calif.), John Lewis (Ga.), Mike Honda (Calif.), Danny Davis (Ill.), John Conyers (Mich.) y Luis Gutierrez (Ill.)

Sindicatos enojados con Obama

De otro lado, la intención del presidente Obama de discutir recortes en la Seguridad Social en las negociaciones con el congreso sobre el techo de la deuda, ha enojado a los sindicatos y podía hacerles retener la ayuda a los Demócratas en la próxima elección. Los sindicatos están haciendo saber que para ellos los cortes a la Seguridad Social son inaceptables y dicen que cabildearán en contra de cualquier corte a las jubilaciones.

«Pienso que esto es un enorme error político para los Demócratas», dijo Chuck Loveless, director legislativo para el American Federation of State, County and Municipal Employees (AFSCME), según lo reportó The Hill en su página Web.

«No hay dudas de que el voto de las personas mayores se movió pesadamente a favor de los republicanos en la pasada elección. La Seguridad Social, el Medicare y el Medicaid son temas fundamentales para la base del partido Demócrata, y si ocurren recortes significativos en estos programas, los Demócratas pagarán un precio político», dijo Loveless, agregando que varias de los recortes y las rebajas de impuestos bajo discusión en el techo de deuda preocupan a la AFSCME.

El cabildero sindical también señaló una medida que extendería el recorte de impuestos sobre las remuneraciones de los empleadores a favor de los empleadores. El impuesto sería utilizado para financiar el fondo fiduciario que paga los beneficios de la Seguridad Social.

«Lo vemos como un ataque al fondo fiduciario de la Seguridad Social. Una vez que usted pone en marcha estas reducciones de impuestos, es muy difícil librarse de ellos», dijo Loveless. Y los sindicatos del sector público no es el único grupo laboral que se ha referido a los recortes de los beneficios. Maria Kay Henry, presidente de la Service Employees International Union, dijo que su sindicato no aceptaría recortes a la Seguridad Social.

«A medida que las negociaciones continúen, el congreso también llevará los recortes la Seguridad Social a la mesa de las negociaciones. La Seguridad Social no ha añadido ni un centavo a nuestro déficit y no se debe tomarlo como un objetivo para alcanzar un acuerdo», dijo Henry en una declaración escrita. Una declaración similar fue realizada por Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO.

«En un momento en que la seguridad durante el retiro sigue siendo una meta evasiva para la mayoría de los norteamericanos, recortar los beneficios de la Seguridad Social -en cualquier forma que lo hagan – no debe estar en la mesa de negociaciones», dijo Trumka. «La AFL-CIO continúa oponiéndose a cualquier recorte a los beneficios de la Seguridad Social, del Medicare o del Medicaid, incluyendo cualesquiera recorte en los ajustes del costo de la vida. La mejor solución a nuestro problema del déficit es crear buenos trabajos que reconstruyan nuestra economía. Ésa debe ser nuestra primera prioridad».

Una relación desgastada La discusión de los recortes a la Seguridad Social es el último capítulo de una relación desgastada entre la Casa Blanca y las organizaciones laborales.

Los sindicatos estuvieron desencantados cuando Bill Daley, un ejecutivo para el gigante bancario JPMorgan Chase, fue empleado como jefe de personal de la Casa Blanca. Ellos también se enojaron el año pasado cuando presidente Obama llegó a un compromiso con los republicanos para mantener los impuestos bajos para los ricos. Y la AFL-CIO y otros en el sector laboral se han opuesto a los esfuerzo de la administración de Obama para pasar acuerdos de libre comercio con tres países -uno de los cuales es Colombia. Esa animosidad se ha reflejado en palabras así como en la acción.

Trumka pronunció un discurso al Club Nacional de la Prensa en mayo, donde él se distanció su federación laboral de los Demócratas. El líder laborista dijo que sus aliados necesitan ser más fuertes en su defensa de los trabajadores, después de los ataques que han sufrido los sindicatos este año -como el desbaratamiento de los derechos de la negociación colectiva de los trabajadores públicos en Wisonsi- o podrían perder la ayuda del sector laboral.

Un análisis del Center for Responsive Politics muestra que las contribuciones de los comités de acción política de los sindicatos a los candidatos ha disminuido casi a la mitad -desde más de $8,4 millones en el primer trimestre del 2009 a casi $4,8 millones en el primer trimestre de este año. Uno de los sindicatos más importantes, la Asociación Internacional de Bomberos, anunció a principios de este año que suspendería sus donaciones políticas indefinidamente.

El implementar recortes a la Seguridad Social podría llevar a menos ayuda política para el presidente y el partido Demócrata, mientras se acerca la estación electoral del 2012. Algunos sindicatos dicen que el problema será una prueba decisiva para los candidatos que quieran ganar su apoyo.

Fuente: http://tribunahispanausa.com/portal/?p=17860