Un tribunal de Ruanda condenó al ex presidente de ese país, Pasteur Bizimungu, a 15 años de prisión por amenazar la seguridad del Estado y promover la división étnica en ese país africano. Bizimungu, un hutu moderado, era visto como un símbolo de la reconciliación entre la etnia hutu, que conforma el 85% de la […]
Un tribunal de Ruanda condenó al ex presidente de ese país, Pasteur Bizimungu, a 15 años de prisión por amenazar la seguridad del Estado y promover la división étnica en ese país africano.
Bizimungu, un hutu moderado, era visto como un símbolo de la reconciliación entre la etnia hutu, que conforma el 85% de la población ruandesa, y la minoría tutsi, que forma la élite tradicional.
El proceso al que se le sometió constituyó -en opinión de analistas- una prueba de la independencia del sistema judicial en el país, que sufrió un genocidio con un estimado de 800.000 muertos.
Hace diez años, milicias de la comunidad hutu, con apoyo del gobierno, iniciaron un exterminio étnico de la población tutsi, así como de aquellos hutu que integraban partidos de oposición.
Cuestionamiento
Pasteur Bizimungu fue el primer mandatario posterior al genocidio.
El ex presidente de Ruanda, su antiguo ministro de Transporte y otras seis personas fueron sentenciados por los cargos de amenazar la seguridad del país, crear una milicia y promover la desobediencia civil.
Aunque el tribunal encontró culpable al ex mandatario, grupos de derechos humanos cuestionaron las evidencias en su contra.
Algunos estiman que el proceso tuvo motivaciones políticas. Bizimungu, que renunció a la presidencia en el año 2000 en medio de discrepancias con su equipo de gobierno, fue arrestado cuando trató de crear un partido político.
Uno de los acusadores retiró su testimonio durante el proceso alegando que éste se debió a presiones de la policía.