El pueblo saharaui denunció a Marruecos, fuerza ocupante de su territorio, por violar la tregua firmada con la ONU hace casi 30 años. Se vislumbra otra guerra en las puertas de África.
La paciencia de los y las saharauis estalló en mil pedazos la semana pasada. Es entendible que suceda esto. Desde hace casi 30 años, el pueblo del Sáhara Occidental espera que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) organice un referéndum para que decidan si están de acuerdo o no con la creación de un Estado independiente propio. Mientras en esta larga espera se mezclan justificaciones burocráticas, tensiones regionales y oscuros agujeros diplomáticos por parte de los funcionarios de la ONU, el Reino de Marruecos, el Estado ocupante de buena parte del territorio saharaui, continúa con sus políticas de expulsión, represión y apropiación de los bienes naturales que pertenecen a los y las saharauis.
Ahora, un paso fronterizo perdido en el sur del Sáhara Occidental se convirtió en la mecha encendida para que el Frente Polisario y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) decidieran retornar a las armas para, en la soledad del desierto, demandar a la comunidad internacional que le ponga un freno a Marruecos. Ese puesto fronterizo con Mauritania, llamado El Guerguerat, es el punto de un conflicto que podría desembocar en una guerra abierta, como la ocurrida durante 15 años hasta la década de 1990, cuando se firmaron los acuerdos de paz entre la ONU, Marruecos y el Frente Polisario.
Las alertas por parte del Frente Polisario sobre un conflicto bélico inminente vienen sonando desde hace varios años. Hace poco más de un mes, Mohamed Ali Ali Salem, embajador de la República Árabe Democrática Saharaui (RADS) en misión en América Latina, le dijo a La tinta que la intransigencia de Marruecos y la falta de compromiso de la ONU podían desembocar en enfrentamientos armados. “Lo que realmente veo es una solución después de un enfrentamiento bélico”, aseveró Salem.
El conflicto desatado en El Guerguerat, el 21 de octubre pasado, es una nueva muestra del hartazgo de los y las saharauis ante el silencio internacional. Ese día, un grupo de civiles saharauis bloqueó el paso fronterizo con el objetivo de frenar el tráfico ilegal de mercancías y, como lo denunció el propio Frente Polisario, drogas, ya que la utilización de esta brecha de territorio de apenas cinco kilómetros por parte de Marruecos incumple los acuerdos alcanzados en el marco de la ONU.
Desde que comenzó la protesta en El Guerguerat, la monarquía marroquí mantuvo silencio, hasta la semana pasada. El reino de Mohamed VI envió agentes de seguridad encubiertos e inició la movilización de tropas hacia la frontera con Mauritania.
Por su parte, desde el Frente Polisario, anunciaron el inicio de una ofensiva militar contra las tropas marroquíes que intenten tomar el control del Guerguerat. El presidente de la RASD y principal comandante del Polisario, Brahim Ghali, declaró el sábado, en un comunicado, que Marruecos violó “el acuerdo de alto el fuego al atacar a los civiles que se manifestaban pacíficamente frente a la brecha ilegal de El Guerguerat”. Ghali advirtió que la monarquía marroquí abrió “tres nuevos agujeros dentro del muro militar marroquí (conocido internacionalmente como Muro de la Vergüenza), en una flagrante violación” al acuerdo vigente. Debido a esto, Ghali ordenó “el fin del compromiso con el alto el fuego, que hizo estallar la fuerza ocupante marroquí, con el consiguiente reinicio de las hostilidades para defender los derechos legítimos de nuestro pueblo”.
Desde que comenzaron los enfrentamientos el viernes, el Frente Polisario emitió tres partes de guerra. En el último, difundido ayer, detalló que las fuerzas militares saharauis llevaron a cabo “un intenso hostigamiento a través de bombardeos continuos a lo largo del muro militar”. A esto, se agregó que “el norte y centro del Sáhara Occidental están siendo testigos de duras batallas”.
Según el parte, el Polisario bombardeó bases militares marroquíes en las regiones de Al Farsiya, Al Bakary, Dirt, Hauza, Azeim Agloud. A su vez, se manifestó que el gobierno marroquí “sigue sin reconocer bajas en sus filas a pesar de que las familias de los soldados lo hayan afirmado”. Al mismo tiempo, se denunció la represión desatada en las ciudades saharauis ocupadas por Marruecos. “En El Aaiún (capital del Sáhara Occidental ocupada), los gendarmes marroquíes han comenzado a asaltar casas de los saharauis para detenerlos –se reveló en el parte-. Los activistas ahí presentes piden a la Cruz Roja intervenir para evitar la represión sistemática”. En el comunicado, el Polisario también destacó que “miles de voluntarios se preparan para unirse a las filas del Ejército de Liberación Saharaui”.
Hasta ahora, los pronunciamientos de la ONU piden a ambas partes retomar la calma, pero no hacen ninguna referencia a las violaciones del acuerdo cometidas por Marruecos, como tampoco al referéndum que demandan los saharauis. La encargada de organizar esta votación es la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), que desde hace tres décadas se encuentra desplegada en el territorio sin cumplir con sus obligaciones.
Fuente: https://latinta.com.ar/2020/11/sahara-occidental-otra-vez-a-las-armas/