Fidel es un líder indiscutible del pueblo cubano, pero, además, es un héroe de nuestro tiempo. Samora Machel [1]
El 25 de junio de 1975 se proclama la República de Mozambique después de años de guerra anticolonial y por la liberación nacional, bajo la dirección del Frelimo. Cuba está presente en esos festejos con una delegación presidida por el Comandante Armando Acosta Cordero [2] y al saludar, el presidente Samora Machel [3], durante la recepción oficial, el Líder mozambicano le pide que la delegación se entreviste con el Dr. Antonio Agosthino Neto y le digamos a Fidel que ayude al MPLA, porque los imperialistas quieren impedir que Angola sea realmente independiente.
En la historia los acontecimientos no son fenómenos aislados. Cierto es que, como todo objeto de análisis, necesitan ser individualizados para verlos mejor, pero eso sin que lo sucedido deje de formar parte de una realidad enmarcada en el tiempo y el espacio. Los acontecimientos de esa época, a los que me referiré, formaban parte del núcleo más duro de las contradicciones globales de entonces: la lucha por la liberación nacional de los pueblos aún colonizados y los esfuerzos de las grandes potencias por impedirles el acceso a la independencia y desarrollo. El contexto internacional en que se produce la independencia de Mozambique estaba marcado por, el Mayo del 68 en Francia y todos los cambios que produjo, la invasión soviética a Checoeslovaquia de la que ahora sabemos que fue el resultado de una conspiración occidental para impedir que los oleoductos soviéticos pasaran por dicho país. La URSS ya tenía complejos problemas económicos, la carrera armamentista estaba en el clímax, Vietnam había salido vencedor en la guerra de agresión de Estados Unidos (El 29 de marzo de 1973, hace 45 años, finalizaba la retirada de los últimos 4.300 soldados norteamericanos que combatieron en Vietnam, la guerra más traumática de la historia para la opinión pública norteamericana), el imperio lusitano había colapsado dando paso a la llamada Revolución de los Claveles en Portugal.
La amistad entre ambos líderes se forjo en la lucha por la liberación nacional de los pueblos bajo dominación colonial y en la brega por el desarrollo de los pueblos del llamado Tercer Mundo. Una empatía se estableció entre ambos Comandantes guerrilleros, y así recorrieron juntos el camino de la creación revolucionaria. Esos lazos se fortalecieron en ocasión de la visita efectuada a Cuba, en octubre de 1977, cuando Samora Machel visita, por primera vez, la patria de José Martí y ambos tienen la oportunidad de conversar tete a tete, por espacios de largas horas y días.
Son muy definitorias lasaprecionesdel Comandante en Jefe Fidel Castro sobre Samora Machel, las siguientes palabras pronunciadas en la heroica Santiago de Cuba, el 11 de octubre de 1977 y cito: «El compañero Samora Machel participa en la organización y en la realización de las primeras acciones armadas en 1964, que empezaron por el norte de Mozambique, en una provincia que se llama Cabo Delgado… Ya desde esa época el compañero Samora Machel se destacó por su papel decisivo en la lucha contra estas corrientes en el seno del FRELIMO, y a raíz de la muerte del fundador del movimiento, fue designado entre los tres principales dirigentes del FRELIMO; y en el año siguiente, el Comité Central surgido del II Congreso lo elige ya Presidente del movimiento de liberación… Pero él, lógicamente, no llega a esa autoridad y a ese prestigio por casualidad. Habiendo participado en el inicio de las acciones armadas, había sido designado después responsable principal de la organización de las fuerzas guerrilleras y de la dirección de la guerra… Cuando lo eligen presidente del FRELIMO ya tenía una gran experiencia militar; pero aún más importante que su experiencia militar, era su experiencia y su claridad política. Dirigió desde 1969 ó 1970 al FRELIMO en el orden político y en el orden militar, intensificó la guerra; y ya en 1974 los colonialistas habían sido derrotados… Un hecho muy interesante es que ya desde la propia guerra el compañero Samora Machel, al frente de un grupo que dirigía el FRELIMO, fue preparando las condiciones para la creación de un futuro partido, porque no es lo mismo frente que partido. El frente comprendía a todos; el partido era ya una vanguardia… Y no hay duda de que constituye un verdadero ejemplo de talento político, de claridad política, de convicciones revolucionarias, el proceso de Mozambique. Y yo creo que eso constituye uno de los grandes méritos históricos del compañero Samora Machel… El compañero Samora Machel, con un clarísimo sentido político, no solo contribuyó y trabajó arduamente para crear las bases de un partido, la divulgación de una doctrina, un programa, una meta, sino que, consecuente con ello, estrechó extraordinariamente sus relaciones con los países socialistas y con el movimiento progresista».
En el curso de esa visita de Samora a Cuba, la lucha contra el apartheid en Suráfrica, la garantía de la unidad territorial de Angola y la liquidación del colonialismo en toda África Austral, más el fortalecimiento del Movimiento de los No Alineados y las relaciones con los países socialistas, son temas prioritarios en la agenda común. Fidel acompaño a Samora durante todo su recorrido por Cuba, su capacidad increíble para analizar la naturaleza de los problemas. Ambos de extrema sensibilidad y de personalidades muy acusadas, así como de miradas penetrantes, como si intentaran leer el pensamiento del interlocutor.
La acertada designación del experimentado Narciso Martin Mora [4], como embajador de Cuba en Maputo, jugo un papel estelar, en la comunicación entre Fidel y Samora, y en el fortalecimiento de la amistad y la cooperación mutua. Mozambique es un país con importantes recursos naturales, como el gas, el grafico, que se utiliza en las baterías eléctricas, grandes yacimientos de hierro de una gran calidad, bosques de madera de muy buena calidad y una abundante pesca. La Suráfrica del apartheid seguía de cerca a ese vecino, porque sus economías estaban muy enlazadas y los otros poderes occidentales, en especial, Estados Unidos, por los recursos apuntados, entre ellos el gas, pues los estudios apuntan a que es poseedor de la tercera reserva africana del mismo.
Fidel, desde el primer momento se interesó por los destinos de Mozambique y alertaba que, la ocupación de Angola por África del Sur crea un peligro para toda el África; la ocupación de Angola por los racistas de Sudáfrica crea un peligro para Zambia muy grande, crea un peligro para Mozambique [5] Por esa razón había que ayudar al fortalecimiento militar del hermano país.
Escribo este texto para contribuir a preservar las palabras, primero en el mecanismo mudable de la memoria, y porque, los factores hegemónicos desearían que todos los vestigios de horas cumbres en la lucha por la liberación del hombre, se olviden. Veo como necesidad histórica, que la amistad entre los líderes que marcaron la historia de nuestros pueblos, sean conocidas y sirvan de fuentes de inspiración para el futuro de las naciones del Tercer Mundo.
En el discurso anteriormente señalado del Comandante en Jefe Fidel Castro, expreso el siguiente juicio de valor: Lógicamente, al triunfar la lucha del pueblo de Mozambique por la independencia —pero la lucha por la independencia no para establecer el neocolonialismo, sino para establecer la Revolución después de la independencia—. Esa apreciación fue justa y se atenía a los hechos, aunque un conjunto de circunstancias, no permitieron a la dirección mozambicana, de aquel entonces, avanzar por los objetivos que se trazaron.
Las políticas internacionales de Cuba y Mozambique, en esa etapa, eran muy similares y ello se expresaba, en las posiciones comunes en los Organismos internacionales y en el NOAL. Nosotros influimos en Mozambique para que fuera la sede de una conferencia sobre Namibia en mayo de 1977 y una reunión ministerial de los No alineados celebrada en Maputo. Ello permitía que nos apoyáramos mutuamente en todos esos conclaves, y los intercambios inter cancillerías eran frecuentes y fructíferos. Un tema reclamaba la atención mutua, la lucha por la independencia de Zimbabue y el apoyo al Frente Patriótico, y en particular al Zanu, encabezado por Robert Mugabe, con quien Samora Machel tenía excelentes relaciones. Samora fue muy protagónico en la geopolítica.
Fue Mozambique, quien nos acercó al Zanu, pues aunque Cuba mantenía relaciones con dicha organización, tenía mayores lazos con el Zapu, bajo la dirección de Joshua Nkomo, quien era considerado más próximo a la Unión Soviética.
Cuando organizábamos la VI Cumbre de los NOAL, el Comandante de la Revolución Juan Almeida visito Maputo y sostuvo una larga y enjundiosa conversación con Samora Machel [6], acerca de las maniobras imperialistas para obstaculizar el conclave en Cuba, y el Líder mozambicano, no solo participo en el evento, sino que también jugó un papel estelar, para hacerle frente a las actividades de la derecha, sin que se lo pidiéramos, y en lograr que se adoptaran las posiciones más positivas y antimperialistas. En esa ocasión, Samora y Fidel conversaron ampliamente.
Dos momentos quiero destacar de la participación de Samora Machel en la VI Cumbre del Movimiento Noal: a) sus vibrantes palabras reclamando apoyo para la lucha contra el apartheid y la liberación nacional en África Austral, y b) su rápida respuesta a Fidel, cuando el Líder cubano le solicito que, dos cubanos fueran en su avión a Luanda, luego de conocerse el deceso del presidente Antonio Agostinho Neto. Samora sabía cuán importante era que estuviéramos, con rapidez en Angola, ante la desaparición física del Líder del MPLA. El Presidente, fue muy atento con nosotros durante el viaje [7] y nos habló de su confianza en que los dirigentes del MPLA sabrían sobrepasar dicha prueba.
Samora Machel, quien atribuía una gran importancia a la formación de los mozambicanos, le agradecía a Fidel la ayuda cubana en recibir a miles de jóvenes de su país, para desde temprana edad, cursar estudios en escuelas y universidades cubanas. Señalaba el líder de Mozambique que Cuba era un ejemplo en ese especial y significativo terreno. Sobre esa política Fidel señalo que, no tenemos otra alternativa que soñar, seguir soñando, y soñar, además, con la esperanza de que ese mundo mejor tiene que ser realidad, y será realidad si luchamos por él. El hombre no puede renunciar nunca a los sueños, el hombre no puede renunciar nunca a las utopías, Es que luchar por una utopía es, en parte, construirla.
Me contaba nuestro embajador Martin Mora que, Samora era un trabajador incansable, y como la cultura inquieta, leía mucho y además, era muy disciplinado y cada mañana, en horas muy tempranas hacía ejercicios para mantenerse en forma. Trabajaba 15 o 16 horas diarias. Quiere decir que, era una persona muy consciente de sus responsabilidades y con todo rigor las asumió. Era un hombre de principios y de un profundo amor a la libertad e independencia de Mozambique y creyó que, el socialismo era la vía adecuada para desarrollar a su país. Creo que Samora hizo una lectura atenta del marxismo y mantuvo un oído receptivo a las teorías que enriquecieron el pensamiento revolucionario de la época. Tenía pasión por el cultivo creativo. Rigor, seriedad y compromiso, estas eran sus características.
Desde los años 80 del pasado siglo, el enemigo planeaba dividir en dos al hoy Mozambique, y así apropiarse de los recursos de las provincias de Cabo Delgado y Nampula. Samora lo sabía y puso todo su empeño en avanzar en la unidad de aquel mosaico de pueblos y forjar la nacionalidad mozambicana. Las escuelas, la educación y el desarrollo de la cultura nacional eran las armas de ese gran combate y Samora le dio la prioridad adecuada.
Samora Machel fue un amigo crítico de la URSS, pero al contario de otros, sus consideraciones las hacia bilateralmente, lo que me consta por haber participado en varias entrevistas con él y en las conversaciones que sostuve con el embajador Martin Mora. Quieren decir que el líder mozambicano, intentaba sensibilizar a los amigos de ayudar más a su país, y en eso fue siempre muy claro, pues además estaba convencido de la máxima maquiavélica de ¨divide y vencerás¨.
A Samora se le debe el papel de la mujer mozambicana durante la lucha por la liberación y después en la etapa de reconstrucción nacional. En sus visitas a Cuba, el líder mozambicano se interesó por el trabajo de promoción de las mujeres, por comprender cuán importante era en garantizar la igualdad social y el fortalecimiento de la sociedad.
El encuentro de Fidel con Samora Machel es uno de los recuerdos más preciosos de la amistad entre Cuba y Mozambique, decía periódico Granma. 25 noviembre de 2015. En 1978, el Comandante en Jefe Castro realiza una gira por varios estados africanos y en esa ocasión,
En la comunidad que lleva el nombre Fidel Castro [8], a más de 200 kilómetros de Maputo, capital de Mozambique, se celebró un emotivo acto de homenaje al Comandante en Jefe, para el que se movilizaron cientos de pobladores y en el que mostraron sus bailes tradicionales niños, jóvenes, mujeres y hombres, a propósito del segundo aniversario de la desaparición física del líder de la Revolución Cubana.
Durante su visita a Mozambique en 1977, hace 41 años, Fidel declaró que ese pueblo podía contar siempre con la amistad y la cooperación fraterna de Cuba. El Líder cubano llego a Beira [9] y cuando Samora lo supo, inmediatamente voló de Maputo a dicha ciudad y tanto el encuentro con Fidel, como las atenciones recibidas fueron extraordinarias, como se puede apreciar en las siguientes palabras de ambos dirigentes:
Me decía el embajador Heriberto Feraudy Espino [10] que, el llegar a Maputo en el año 1992, los dirigentes y los familiares de Samora hablaban de las relaciones entre Fidel y el líder mozambicano, como de algo muy especial, así como de las conversaciones que sostenían, las que duraban horas. En esa ocasión, Samora Moisés Machel y el Comandante en Jefe decidieron enviar a nuestro país a cientos de niñas y niños mozambicanos a estudiar y formarse en Cuba en las más variadas especialidades y establecer la presencia de la colaboración cubana en el país. Cuba practicaba su política internacionalista de manera consecuente [11]. Desde ese primer viaje de Samora, más de 15 mil mozambicanos 12] se han formado en Cuba, a los que se le suman otros cientos de miles formados por profesores cubanos en Mozambique, y ese es el mejor monumento a la amistad entre nuestros dirigentes históricos. La prensa occidental siempre ha mirado para otro lado y silencia esa amistad, la de izquierda es pacata y no percibe el ejemplo que dimana de ese hecho.
Decía mucho del carácter de Samora Machel, líder nato, y de su arraigo a las tradiciones que, durante los discursos cantaba kanimambo [13] y el pueblo lo seguía y se sentía eufórico, porque el Líder era uno de ellos. Fidel se impresiono cuando vio a Samora cantando junto al pueblo. No hay dudas de que el dirigente mozambicano establecía una cálida y fluida comunicación con su pueblo. Sobre ello Fidel dijo: ¨Y es el dirigente que yo he visto con más habilidad para lograr captar la atención y poner el orden en un mitin¨
Tras esa histórica visita, el primer presidente de la nación africana independiente y libre del poder colonial portugués, Samora Moisés Machel, decidió bautizar una aldea del distrito de Chongoene, provincia de Gaza, con el nombre de Fidel Castro.
La comunidad está ubicada justo en la provincia donde nació Machel, la misma provincia donde nacieron Eduardo Mondlane [14], fundador del FRELIMO, y Joaquim Chissano, segundo presidente de la república y hoy presidente honorario del FRELIMO. Es muy singular que los mismos habitantes de la aldea se identifiquen a sí mismos con el gentilicio “fidelistas”. Para nosotros los cubanos, ese gesto tiene un significado muy grande y hace más honda la amistad con Mozambique.
El miembro del Secretariado del Comité Central, José Ramón Balaguer Cabrera, que encabeza una delegación del Partido Comunista de Cuba de visita en el país africano, dijo a los asistentes: “Ustedes saben que Fidel es el líder histórico de la Revolución Cubana, y tenemos el deber de contribuir a que conozcan su pensamiento, su obra, sus ideas y el porqué de la especial hermandad entre Samora Machel y él”.
“La hermosa historia de relaciones de amistad con Mozambique data de las luchas de este heroico pueblo por su independencia contra el colonialismo encabezada por su líder indiscutible, Samora Moisés Machel. Las relaciones se han mantenido de manera excelente y en estos momentos se desarrollan y fortalecen, como expresión de la voluntad política de ambos partidos, pueblos y gobiernos”, agregó.
Y continuó su intervención con una enseñanza de Fidel: “Y si las Revoluciones tienen muchas flores hermosas, la flor de la solidaridad humana; la de sacrificarse por los demás, por los demás en su patria y aun fuera de su patria, es la más hermosa de todas”.
“Ese principio ha guiado la conducta de los cubanos a lo largo de 60 años de Revolución, fue y es el que explica la ayuda y colaboración de cientos de miles de patriotas de diversos sectores de la sociedad cubana a los pueblos del Tercer Mundo y de manera especial a los hermanos africanos, y mozambiqueños en particular”, concluyó.
Durante el homenaje se entregó un donativo de libros y materiales relacionados con la vida y obra de Fidel e hicieron uso de la palabra el líder comunitario y los primeros secretarios del Partido Distrital, del Comité Provincial de Gaza, así como el secretario de organización del Comité Central del FRELIMO, quienes coincidieron en destacar el importante papel de Cuba en las luchas por la liberación de los pueblos africanos y de Mozambique en particular, donde la impronta de Fidel, su humanismo y solidaridad siempre estuvieron presentes.
También estuvieron en el homenaje el embajador de Cuba en Mozambique, Pavel Díaz Hernández, y Ángel Arzuaga Reyes y Miriam Morales Palmero, vicejefe y funcionaria del Comité Central del Partido.
El presidente Samora Machel desarrolló una política pragmática, manteniendo relaciones con el gobierno racista sudafricano, de quien Mozambique dependía económicamente. En política exterior, tras repetidos enfrentamientos fronterizos con la República de Sudáfrica, concluyó una serie de acuerdos en 1984, conocidos como Acuerdo de Nkomati, que mitigaron la tensión. Machel apoyaba la lucha del Congreso Nacional Africano contra el apartheid y era miembro de la Línea del Frente Antiapartheid, constituida por Angola, Zimbabue, Zambia, Namibia y Mozambique. En marzo de 1984, firmó un tratado de seguridad con el gobierno sudafricano, en lo que se conoció como los Acuerdos de Nkomati. Esto conllevó al cese del apoyo sudafricano a la guerrilla de la Resistencia Nacional de Mozambique, principal grupo opositor del régimen comunista, y una provisión de ayuda económica en un momento en el que la sequía amenazaba seriamente la vida media mozambiqueña.
Samora Machel de 53 años, murió en un accidente de avión en la ladera de la colina de Mbuzini, en el noreste de Sudáfrica. Volvía, a bordo de un Túpolev 134A, de Mbala, en el norte de Zambia, donde había participado en una cumbre regional, el 18 de octubre de 1986. El hecho nos conmocionó a todos. En esa muerte se han apreciado activamente y de formas simultáneas múltiples opuestas o antítesis, pero un halo de misterio la envuelve, con ideas irreconciliables. Nueve de los 44 pasajeros del avión sobrevivieron. A esto último le llaman, «cognición paradójica»[15]. Este debate todavía permanece abierto hasta que se haga la luz. Por las características del accidente y las declaraciones de algunos de los diez sobrevivientes, creció en África la convicción de que la muerte del presidente Machel fue un sabotaje premeditado en el que no son ajenas la participación del Estado del Apartheid Surafricano y del grupo contrarrevolucionario RENAMO [16].
Recuerdo cuando estuve en Maputo, durante un recorrido por el área y visite al presidente Samora Machel, quien sabía que yo tomaba el pulso de la situación, por la firma de los Acuerdos de Nkomati y lo vi triste, hasta con un cierto grado de irritación, me recordaba en esos instantes, del ser humano ante las realidades y vicisitudes de la vida.
La muerte de Samora Machel tiene que ver con su inclaudicable posición con respecto a la independencia nacional, la soberanía de Mozambique, a la lucha contra el apartheid y la ayuda al ANC, así como la liberación definitiva de toda África Austral. Por todo ello, desde el inicio de la independencia los países occidentales y Suráfrica racista [17] trataron de asfixiar económicamente a su país. Fidel sintió mucho la muerte de Samora Machel y el hecho lo conmovió, convencido de que no solo pasaba a la inmortalidad un amigo, sino que Mozambique perdía un paladín de la lucha por la independencia nacional y la liberación de África.
Notas:
[1] Intervención realizada en la VI Cumbre de Países No Alineados, 1979.
[2] La delegación cubana estaba integrada por Carlos Cadelo funcionario del Departamento Internacional del Partido y el embajador Oscar Oramas, Director de África de la Cancillería.
[3] Samora Moisés Machel nació el 29 de septiembre de 1933 en el seno de una familia de agricultores de Xilembena, Mozambique. Realizó sus estudios primarios en una escuela misionera de su provincia natal. Mientras cursaba la secundaria nocturna trabajó como enfermero en el Hospital de Maputo. Unido en 1962 al Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), recibió entrenamiento militar en Argelia y regresó a Mozambique en 1964 como guerrillero convirtiéndose en comandante más tarde.
[4] Experimentado diplomático cubano, quien sirvió a su país como jefe de misión en España, Mozambique, Angola, Suecia
[5]Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba Y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en la clausura del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en el Teatro Carlos Marx, el 22 de diciembre de 1975.
[6]Conocí a Samora Machel en Conakry, república de Guinea, el 21 de enero de 1973, al día siguiente de ser asesinado el Secretario General del Partido Africano de la Independencia de Guinea Bissau y Cabo Verde, Amical Cabral. Samora se encontraba en visita en un intercambio de experiencias. Estaba muy conmovido por el abrupto asesinato de Cabral y, por su solicitud conversamos acerca de aquellos hechos.
[7] En septiembre de 1979, por instrucciones del Comandante de Jefe, el embajador Manuel Agramonte y yo fuimos enviados a Luanda, después del deceso del querido presidente Antonio Agosthino Neto, para tener una apreciación de la situación y los derroteros futuros. A ambos nos dolía la muerte de Neto, porque habíamos llegado a tener amistad con el presidente del MPLA, y al mismo tiempo estábamos muy conscientes de la misión encomendada por Fidel.
[8] Tomado de: http://www.cubadebate.cu/noticias/2018/
[9] Beira es una ciudad y puerto marítimo en Mozambique, capital de la provincia de Sofala. Con 546.588 habitantes (año 2000), es la segunda ciudad más poblada del país tras la capital, Maputo
[10] Escritor y experimentado diplomático, quien ha representado a Cuba en Zambia, Bostwana, Nigeria, Mozambique y Lesotho.
[11] El «Internacionalismo cubano» es un principio esencial dentro de la política de Cuba revolucionaria, es un concepto vinculado con el sacrificio, la abnegación y la solidaridad que busca ayudar a otros pueblos, sin cortapisas, ni segundas intenciones y, por tanto, un concepto altamente normativo político-moral. La idea es que representa la práctica solidaria en su nivel más alto, incluso como un gesto de reciprocidad por la solidaridad recibida de hombres y mujeres desde otras partes del mundo. Con la misión internacionalista cubana, se alcanzó «el peldaño más alto de la especie humana».
[12] Cuba se ofreció a educar a los mozambiqueños que en su conjunto fueron más de quince mil niños y profesores, entre 1977 a 1990, después de este período, apenas un número reducido continuó en este proceso. De 1977 a 1990, cerca de quince mil estudiantes mozambiqueños fueron formados en la República de Cuba en varias áreas, siendo de destacar, la Educación, la Defensa y la Seguridad, los Transportes y Comunicaciones, la Salud, el Trabajo, la Economía, la agricultura, las ingenierías, el derecho, sólo para citar algunas, que de forma incontestable están dando una valiosa aportación en todos los sectores de la economía mozambiqueña en particular y de la economía mundial en general.
[13] “Kanimambo», que significa “gracias» en lengua Changana.
[14] En 1969 es asesinado Eduardo Mondlane, fundador y líder del FRELIMO, víctima de un atentado de factura terrorista de estado, made in Portugal.
[15] La periodista italiana Augusta Conchiglia, especialista en temas de las luchas de los pueblos de África Austral escribió que: La causa del accidente se mantiene en el misterio. La mayoría de los gobiernos occidentales aceptan la versión de la Suráfrica (del apartheid), consistente en que se debió a un error humano. La Union Soviética y Mozambique, entonces aliados, se debió a una frecuencia omni-direccional de alto rango, que interfirió la frecuencia usada por el aeropuerto de Maputo, que estaba fuera de uso por falta de electricidad. Suráfrica no accedió a aceptar una comisión independiente internacional, ni tampoco se escucharon las protestas de la Organización de la Aviación Civil Internacional, por haber recibido las cajas negras, un mes después del accidente.
[16] Suráfrica abastecía a la Renamo con armas y recursos económicos. Pretoria ejercicio presiones económicas sobre Mozambique y dejo de utilizar el puerto de Maputo, y Renamo atacaba constantemente las producciones agrícolas del país, así como sabotajes en la represa de Cabora Bassa, para privar a Maputo de recursos financieros. Renamo fue creado por colonos portugueses, rhodesianos y los racistas del apartheid, además de contar con el apoyo de Malawi. Desestabilizar al gobierno de Samora Machel, mediante una guerra de desgaste, fue el plan de los personeros del apartheid y de las potencias occidentales para eliminar a un dirigente tan íntegro y consecuente como Samora Machel.