Traducido del inglés para Rebelión por Jesús María y Mariola García Pedrajas
Al finalizar la cumbre del G8, el Presidente francés Nicolas Sarkozy anunció que visitaría Bengasi con el Primer Ministro británico David Cameron, puesto que «pensamos de forma similar,» fundamentalmente están de acuerdo en que «no pueden negociar con Gadafi.» El Presidente Barack Obama expresó el mismo pensamiento: «No cejaremos hasta que el pueblo de Libia esté protegido, y la sombra de la tiranía sea disipada.» En otras palabras, se están preparando para ocupar Libia.
Y mientras el G8 exige de Trípoli «el cese inmediato del uso de la fuerza,» la OTAN intensifica los ataques aéreos; en menos de ocho semanas se han producido más de 8.500. La mayoría de los aviones despegan de bases en Italia, con los suministros que provienen de otras bases. Los C-130J y otros aviones de carga cruzan continuamente sobre Pisa, desde la base de EEUU Camp Darby, transportan bombas a bases en el Sur (como anuncio de lo que ocurrirá cuando el centro aéreo nacional se abra y empiecen a transitar todas las tropas y materiales a los teatros de operaciones de guerra.) Que los bombardeos aéreos son una preparación para la invasión terrestre se ve confirmado por la entrada en la operación del helicóptero Tiger francés, probablemente acompañado por el británico Apache.
Incluso más significativa es la llegada al mediterráneo de un poderoso grupo de ataque naval, liderado por el más potente y moderno portaviones nuclear de clase Nimitz, llamado George H.W. Bush, en honor al presidente que en 1991 lideró en el Golfo Pérsico la primera guerra de la era post-Guerra Fría (ahora estamos en la quinta). El buque tiene 333 metros de largo y 40 de ancho y lleva 6.000 personas a bordo, 56 aviones (que pueden despegar en intervalos de 20 segundos) y 15 helicópteros, y está equipado con sofisticados sistemas de guerra electrónica. Es, de esta forma, una gran base militar móvil. Al mismo tiempo es una planta de energía nuclear móvil: tiene dos reactores de agua a presión PWR A4W/A1G, los cuales hacen funcionar la turbina a vapor de las cuatro hélices. Una planta de energía nuclear que, a pesar de llevar a bordo reactores más peligrosos que los de Fukushima, atraca en la Bahía de Nápoles y otros puertos.
El Portaviones George H.W. Bush va escoltado por un grupo de combate que consiste en los destructores de misiles guiados Truxtun y Mitscher, los cruceros Gettysburg y Anzio y ocho escuadrones de aviones. Va a reforzar la Sexta Flota, cuyo mando está en Nápoles, junto con otras unidades, que incluyen los submarinos nucleares Providence, Florida y Scranton. Como añadido a la Sexta Flota estaba uno de los más poderosos grupos de ataque anfibios, liderado por el USS Bataan, que puede él solo desembarcar más de 2000 marines, equipado con helicópteros y aviones de despegue vertical, artillería y tanques. Va escoltado por otros dos buques de asalto anfibios, el Mesa Verde y el Whidbey Island, los cuales del 13 al 18 de mayo visitaron Taranto en Italia. El Whidbey Island tiene cuatro enormes vehículos de colchón de aire (air cushion landing crafts) que, dentro de un radio de 300 millas, pueden situar 200 hombres al mismo tiempo y muy rápidamente en la costa de un país sin que el buque sea visible desde tierra. Todo está preparado, pues, para la invasión «humanitaria» en Libia. Los europeos tendrán el honor de tomar tierra los primeros, bajo las alas protectoras del portaviones Bush.
Artículo en ingles: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=25063