Vivir en Estados Unidos en estos días de guerra y pavor, disfrazados de «normalidad» y de «nueva realidad», es como haber sido transportado a mil escenas de novelas y obras de teatro que buscan advertir qué tan alarmante podría ser el futuro. Las noticias de cada día sólo durante esta semana, juntas, ofrecen un poco […]
Vivir en Estados Unidos en estos días de guerra y pavor, disfrazados de «normalidad» y de «nueva realidad», es como haber sido transportado a mil escenas de novelas y obras de teatro que buscan advertir qué tan alarmante podría ser el futuro.
Las noticias de cada día sólo durante esta semana, juntas, ofrecen un poco del sabor de lo que es la vida en estos tiempos de….. ¿qué?:
Para empezar, las noticias del jueves: nuevas pruebas de que el sexo fue empleado como técnica de tortura contra detenidos en las instalaciones militares estadunidenses; la Cámara aprueba medidas para construir bardas en la frontera con México y facilitar la deportación de refugiados que han solicitado asilo por ser perseguidos en sus países; una abogada defensora es declarada culpable de asistir a «terroristas», por atreverse a representar a un líder religioso musulmán fundamentalista, y el secretario de Defensa acepta la invitación a viajar a Alemania después de que ese país le asegurara que no será acusado de crímenes de guerra.
Para continuar, algunas noticias de la semana reciente, sin orden de prioridad o importancia: el hombre que justificó el uso de la tortura, violaciones a la Convención de Ginebra y rechazó antes la vigencia de la Convención de Viena para permitir la ejecución de un mexicano en Texas, fue llevado al puesto de procurador general; un general de los marines desplegado en Irak fue «regañado» por sus superiores por haber admitido en un foro público que «es divertido dispararle a cierta gente»; la empresa Halliburton continuará recibiendo millones de dólares en pagos del ejército, a pesar de que ha cobrado miles de millones sin comprobar gastos y ha sido acusada de inflar ciertos cobros por sus servicios en Irak; se comprobó que la empresa Enron conspiró para suspender operaciones de una planta generadora en California, en medio de la crisis energética de ese estado para obtener más ganancias al elevarse el precio de la electricidad. Hasta el New York Times se declaró deprimido esta semana (en un editorial sobre la ratificación del procurador general dijo que el hecho era «deprimente»).
Hablando de depresión, un estudio sobre las actitudes de estudiantes de preparatoria reveló que sólo la mitad creen que los periódicos deberían tener el derecho de publicar libremente, sin previa aprobación gubernamental, su contenido, y un tercio considera que el derecho constitucional a la libre expresión «es demasiado libre».
También se dio a conocer el presupuesto federal propuesto por el mandatario, en el que queda claro quiénes ganan -militares y ricos- y quiénes pierden; la lista es larga, pero entre éstos destacan los pobres y aquellos que dependen de servicios sociales; programas de vivienda, salud y educación, y los «héroes», es decir, los veteranos de guerra, quienes ahora deberán pagar más, entre otras cosas, por sus seguros de salud. En una noticia relacionada, el gobierno de George W. Bush inició su campaña para privatizar el seguro social declarando que deseaba rescatar el programa de una «crisis» inexistente.
Más noticias: las autoridades decidieron no fiscalizar a miembros de la Agencia Central de Inteligencia que podrían haber engañado y mentido a legisladores federales sobre una operación clandestina en Perú, la cual acabó cuando «accidentalmente» fue derribado un avión con misioneros estadunidenses. En Wisconsin, una universidad decidió no permitir a un grupo de estudiantes republicanos recaudar fondos para una agrupación llamada «adopta a un francotirador», la cual se dedica al apoyo de éstos que se encuentran desplegadas en Irak y vende pulseras con la frase «un tiro, un muerto, sin remordimiento, yo decido».
Pero también hay noticias en el frente intelectual: George W. Bush revela lo que lee, y en su lista hay biografías de George Washington y Alexander Hamilton, y sorprendentemente la más reciente novela de Tom Wolfe sobre el despertar y la desilusión -sexual y de drogas- de una estudiante universitaria y, por supuesto, la Biblia. Se reveló que el presidente mantiene disciplina: cada dos años se dedica a leer la Biblia, todos los días, completamente (este es uno de esos años).
La noche del jueves, la Asociación Americana de Abogados reveló el resultado de una investigación, que concluye que para miles de personas no existe el derecho básico de acceso a un abogado. Miles de acusados que no tienen dinero para contratar abogado son erróneamente condenados, al ser presionados para que confiesen su culpabilidad o son víctimas de litigantes incompetentes, incluso en casos de pena de muerte, y por tanto hay miles encarcelados que deberían estar libres.
Estas son algunas noticias de días recientes -hay más, mucho más. Tal vez por eso no resulta sorprendente que haya un notable incremento de solicitudes de información de estadunidenses que buscan migrar hacia Canadá, reportó el New York Times. El sitio de Internet para migración del gobierno canadiense ha registrado un incremento de consultas diarias, de 20 mil a 115 mil, desde el triunfo electoral de Bush -en noviembre-, y el número de estadunidenses que están solicitando permisos para emigrar hacia Canadá es tres a cuatro veces superior «a lo normal», reportan abogados de inmigración del país vecino.
Y esto sin resumir las noticias de la aventura bélica de Estados Unidos en Irak, y sus costos humanos y morales aquí.
En esta ciudad, cada quien responde a esas noticias a su manera. Los activistas programando protestas y foros, los intelectuales y analistas evaluando las noticias y concluyendo que la cosa es aún peor, otros leyendo el periódico y decidiendo que lo mejor es continuar con la rutina diaria, como si nada pasara. Claro, aquí está el famoso desfile de modas y el juicio contra Michael Jackson en California, y noticias «medievales» como la del matrimonio del príncipe Carlos de Inglaterra y la salud del papa Juan Pablo II para distraer a los demás.
Un taxista dominicano va escuchando la voz de Noam Chomsky en su radio. El pueblo estadunidense va a estallar un día de estos al sentir finalmente las consecuencias de todo esto, afirma. «Nosotros, en América Latina -agrega-, cada vez estamos votando más por la izquierda; la verdad, tiene que provocar oposición y resistencia». Reconoce que este pueblo acaba de religir a un hombre que dice que se dedica a leer la Biblia todos los días y que, a pesar de las mentiras y engaños, una mayoría del electorado lo mantuvo en la Casa Blanca. «Quién sabe cuál biblia sea ésa, pero pronto todos se tendrán que dar cuenta de que es la biblia de Wall Street», comenta, optimista, al manejar por las calles de Manhattan.
Un inmigrante es el que encuentra luz entre tanta oscuridad.