La opción militar ha prevalecido finalmente sobre la voz de la razón y las esperanzas de resolver por vía pacífica el conflicto que golpea el norte de Uganda desde hace 22 años parecen haberse diluido, según anuncia el diario ugandés The Monitor. El gobierno de Uganda ha preferido una vez más hacer uso de la […]
La opción militar ha prevalecido finalmente sobre la voz de la razón y las esperanzas de resolver por vía pacífica el conflicto que golpea el norte de Uganda desde hace 22 años parecen haberse diluido, según anuncia el diario ugandés The Monitor. El gobierno de Uganda ha preferido una vez más hacer uso de la fuerza militar para silenciar al líder del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) Joseph Kony, pero esta vez cuenta con el apoyo pleno de otros países de la región de los Grandes Lagos.
El triste giro de los acontecimientos fue anunciado anteayer por el portavoz del ejército ugandés Paddy Ankunda en su oficina en Kampala. «Ya no hay negociaciones. Kony no sabe lo que quiere y nosotros hemos decidió hacer uso de la vía militar», dijo Ankunda.
«Él se encuentra en un problema muy grave», dijo el portavoz militar en referencia a Kony, dando a entender que las conversaciones entre el gobierno y el LRA para alcanzar un acuerdo de paz han fracasado.
La decisión fue tomada el lunes después de una reunión de alto nivel en Uganda a la que asistieron los jefes de seguridad de la Región de los Grandes Lagos.
El jefe de las fuerzas de defensa ugandesas Aronda Nvakairima presidió la reunión a la que también asistieron el jefe de las fuerzas de defensa de la República Democrática de Congo Amuri Diodonne, el comandante de la misión de Naciones Unidas en Congo (MONUC) Baba Kagai, el jefe de las fuerzas de defensa del SPLA Oyai Deng y otros oficiales.
Ankunda dijo que los participantes del encuentro llegaron a un consenso para luchar contra Kony debido que la opción de las conversaciones de paz parecen haber fracasado después de que Kony haya rechazado firmar un acuerdo. Además se implicará a otros países de la Región de los Grandes Lagos que también se han visto afectados por las actividades del LRA.
Las fuerzas de la MONUC aportarán personal médico, alimentos y ayuda logística a los soldados de la nueva unidad que combatirá al grupo de Kony. Las fuerzas armadas ugandesas y el SPLA participarán con sus servicios de inteligencia, mientras que los soldados congoleños serán los únicos que se enfrenten directamente con el LRA en la selva de Garamba.
Ankunda dijo que la misión de Naciones Unidas en Congo apoyará la ofensiva contra Kony, y añadió que la decisión tiene efecto inmediato. «Este mes llevaremos a cabo alguna operación contra él». Las fuerzas ugandesas ya están desplegadas en el Nilo Occidental y en las áreas fronterizas.
El militar ugandés también expresó una preocupación generalizada de que Kony haya podido estar en contacto con Mahamat, líder de otro grupo rebelde de Chad. Ankunda añadió que hay acusaciones de que el gobierno de Jartum apoya a este grupo.
Las conversaciones de paz entre el gobierno ugandés y el LRA se celebraron en Juba, capital de Sur Sudán, comenzando en julio de 2006, y fueron mediadas por Riek Machar, vicepresidente sursudanés. En septiembre de 2006 se logró un alto el fuego, el mejor momento para un acuerdo negociado que pusiese punto final a 22 años de guerra.
Jartum respaldó al LRA en los años 90 como represalia por el apoyo que el gobierno de Uganda prestó al SPLA. Pero un acuerdo firmado en Sudán en 2005 obligó a Kony a refugiarse en el este de la República Democrática de Congo.
Kony y dos de sus oficiales están perseguidos por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, incluyendo violación, asesinato y el secuestro de niños. Por temor al arresto, los acusados nunca asistieron a las conversaciones de paz de Juba.
Una parte del acuerdo de paz que estaba previsto firmarse contemplaba juzgar los crímenes de guerra usando una mezcla de rituales de reconciliación tradicionales y los propios tribunales ugandeses.