Nigeria se encuentra en estado de alerta después de que la compañía Shell anunciara el derrame de unos 40.000 barriles de petróleo en la costa de este país del África occidental. El vertido, que se ha extendido por unos 185 kilómetros de océano, sería el peor en Nigeria desde el que en 1998 afectó a […]
Nigeria se encuentra en estado de alerta después de que la compañía Shell anunciara el derrame de unos 40.000 barriles de petróleo en la costa de este país del África occidental.
El vertido, que se ha extendido por unos 185 kilómetros de océano, sería el peor en Nigeria desde el que en 1998 afectó a un yacimiento de la multinacional petrolífera Mobil, según la Agencia nigeriana Nacional para la Detección y Respuesta ante Derrames de Petróleo (NOSDRA, en inglés).
El vertido se suma al anuncio del presidente Goodluck Jonathan, que declaró estado de emergencia el sábado en partes de Nigeria asoladas por una violenta insurgencia islamista y ordenó el cierre de las fronteras con Camerún, Chad y Níger.
El accidente se produjo el día 20 mientras el petróleo era transportado desde una plataforma flotante en el yacimiento de Bonga a un buque cisterna a unos 120 kilómetros mar adentro desde el delta del Níger. El sitio de Bonga, que produce unos 200.000 barriles diarios, ha sido cerrado temporalmente como consecuencia del vertido.
«Lamentamos que este derrame haya ocurrido, en cuanto lo supimos detuvimos la circulación del petróleo y movilizamos nuestros recursos y los de la industria para asegurar que los efectos son minimizados», ha dicho en un comunicado Mutiu Sunmonu, presidente de Shell Nigeria.
Según la propia compañía, alrededor de la mitad del petróleo derramado se ha disipado debido a «la evaporación y a la dispersión natural». Shell reconoce que el área afectada es muy grande pero señala que la capa de petróleo es muy fina.
Sunmonu ha insistido en que están haciendo todo lo posible para limpiar el vertido cuanto antes: «Estamos enviando barcos con dispersante para disolver la mancha de petróleo, estamos movilizando aviones para que apoyen a los barcos y también equipamiento de infrarrojos para poder trazar las pocas áreas donde la capa puede ser más ancha».
Sin embargo, estas palabras servirán de poco alivio a los habitantes de una de las zonas más afectadas por derrames de este tipo en el mundo, y donde Shell cuenta con un negativo historial de sucesos.
Cada año se vierte más petróleo en la región del delta del Níger que el derramado el año pasado por BP en el golfo de México y que fue noticia durante semanas. Solo entre 1970 y 2000 hubo más de 7.000 vertidos de petróleo y aún quedan miles de sitios por limpiar, según cifras del Gobierno nigeriano. Y de estos derrames, más de 1.000 se atribuyen a Shell.
La propia compañía admitió en agosto su responsabilidad por dos enormes vertidos ocurridos en 2008 en los pantanos de la zona de Bodo. Entonces, más de 300.000 barriles de petróleo contaminaron los terrenos y afectaron a 69.000 personas, según las autoridades locales.
También en agosto, un informe de Naciones Unidas afirmó que tratar adecuadamente la zona de Ogoniland en Nigeria supondría la mayor limpieza de residuos petrolíferos de la historia y que costaría unos 1.000 millones de dólares. Este informe nombraba a Shell como una de las causantes del desastre medioambiental en Ogoniland.