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Somalia: presente incierto, futuro comprometido

Fuentes: Sodepaz

Editado por el Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente (La Habana)

La fase actual de la crisis somalí retrotrae al analista al estudio de la cruda realidad que ha sacudido al país en los últimos quince años. Un repaso acucioso de las interioridades del conflicto, sin considerar por un instante los ineludibles factores externos, nos induce a considerar tres grupos de actores, cada uno con múltiples aristas: los Señores de la Guerra, las Cortes Islámicas y el Gobierno de Transición. Ellos son los actuales protagonistas de una dramática historia desprovista de ganadores, en la que persiste como gran perdedor el pueblo somalí.

1. Los Señores de la Guerra (Warlords)

Desde el debut mismo del conflicto en 1991, las peculiaridades de la sociedad somalí, sustentada en la filiación clánica, aparejaron el liderazgo coercitivo de un puñado de líderes guerreros enseñoreados sobre Mogadiscio hasta su derrota a manos de las milicias islamistas en junio de 2006.(1) Esos años fueron testigos de la evolución de los Señores de la Guerra coyunturalmente beneficiados del desmoronamiento del Estado que sumió al país en el caos. Apoyados en sus combatientes, impusieron en Mogadiscio y otras zonas un terror anárquico. Sus mal pagadas tropas se dedicaban al robo, los impuestos arbitrarios, los secuestros, las violaciones y el pillaje. Los Warlords, por su parte, realizaban sustanciosos negocios, que variaban desde el tráfico del khat, pasando por la piratería y el contrabando de ganado, hasta la telefonía móvil.(2) Desde un inicio varios de ellos se consagraron a traficar con los alimentos procedentes de la ayuda humanitaria de las Naciones Unidas.

Una situación en apariencia sorpresiva precipitó a un grupo importante de Señores de la Guerra a una nueva dimensión: la de activistas de la lucha contra el terrorismo. Washington, que en 1992 los combatiera al calor de la Operación «Restaurar la Esperanza» hasta sufrir un bochornoso revés a manos del General Mohamed Farah Aidid, entró en una extraña concertación. En febrero de 2006, varios Señores de la Guerra creaban en Mogadiscio la Alliance for the Restoration of Peace and Counter-Terrorism con fondos secretos de la CIA. Ese insólito acto del drama somalí concluyó a los pocos meses, al ser derrotada la Alianza en junio de 2006, por la Unión de Cortes Islámicas.(3) Hubo expertos que calificaron a los Señores de la guerra de pésimos jefes y aun peores defensores de Mogadiscio.(4)

Sin desconocer que los Señores de la Guerra persisten como un peligro para el logro de la paz, los más recientes acontecimientos indican que su capacidad de combatir fue socavada, primero, por la propia historia de los últimos quinces años, incluido su involucramiento en negocios ilícitos; segundo, por la derrota sufrida a manos de los islamistas a mediados de 2006 y que, en algunos casos, les restó bases militares al pasarse algunos de sus hombres con frecuencia portando sus medios de combate a las milicias de las Cortes Islámicas; tercero, por la actual presencia militar extranjera en el país,(5) que pone coto a su anterior preeminencia; y, cuarto, porque el deseo de participar del reparto del poder político en curso los induciría, al menos por un tiempo, a cooperar. Falta por ver qué actitud adoptarán al producirse el retiro de las tropas foráneas y cuál sería su incidencia en un hipotético ejército nacional cuya constitución resta pendiente como prioridad esencial.

2. Las Cortes Islámicas

La historia del último decenio indica que las Cortes surgieron en parte por el vacío de poder derivado de las constantes luchas de facciones. Entre las causas del declinar de Mogadiscio que determinaron el ascenso de aquéllas están la ausencia casi total de servicios básicos y del ejercicio de la ley en zonas controladas por los Señores de la Guerra, de un lado y, del otro, la aparición de nuevas elites de hombres de negocios interesados en algún tipo de orden que impusiese un marco regulador a su quehacer económico. Las cortes comenzaron a ser vistas, de manera gradual, pero creciente, como una de las pocas fuentes de gobierno, o al menos de orden, en el sur de Somalia.(6)

Tras derrotar a los Señores de la Guerra en junio de 2006, las Cortes confirieron cierto orden de facto a Mogadiscio, y esto les atrajo, en efecto, el apoyo de residentes que habían sufrido los años de caos desde la caída de Siad Barre.(7) Más que en la dimensión religiosa, su relativa aceptación por los somalíes radicó, en el agotamiento popular ante la situación prevaleciente. Pero la creciente introducción de prohibiciones (impuestas al disfrute del fútbol, el cine, la música, etc.) aparejó el disgusto de una población que ha practicado históricamente el Islam moderado. Un serio problema fue la proscripción, en noviembre, del khat -cuyo consumo está muy generalizado- motivo de protestas en varias ciudades.(8)

El surgimiento mismo de la Unión de Cortes islámicas como plataforma opositora y exponente de una amplia sección del clan hawiye, uno de los más importantes del sur de Somalia,(9) ilustra las fracturas internas de esa sociedad y su potencialidad de concertar inesperadas coaliciones: por vez primera en muchos años sectores de la población manifestaron la capacidad de sobrepasar las diferencias clánicas y agruparse ante nuevos acicates comunes. Pero esta realidad no puede sobredimensionarse. La derrota (para sus líderes retirada táctica) de las Cortes en diciembre acarreó el desperdigamiento de la mayoría de sus milicianos, muchos de los cuales se reinsertaron en el entramado clánico, obviamente la protección más profunda de la sociedad somalí.

Una pregunta básica es: ¿qué deparará el devenir a las fuerzas islamistas? Las respuestas deben incluir las múltiples direcciones de una muy fluida realidad donde la predicción del futuro resulta en extremo difícil. No es seguro que la Unión de Cortes Islámicas haya quedado totalmente desmantelada: incluso se cree que algunos militantes estén camuflados entre la población. El jeque Yaqub Moalim Isaac, comandante islámico, ha aludido a la capacidad para organizar ataques de resistencia, y sostenido que abandonaron los poblados pero permanecen listos para la insurrección. No obstante, hay ejemplos de que numerosos combatientes se replegaron en medio de la confusión, como ocurrió en Kismaayo, escenario de enfrentamientos internos.(10)

Queda por analizar el peliagudo tema de la vinculación de las Cortes con al-Qaeda, tan llevado y traído por Occidente. Hay diplomáticos en la zona que creen que pequeños grupos de militantes de la red han estado operando en Somalia.(11) Pero la mayoría de los expertos enfatizan que, lejos de la caricatura de «talibanes africanos» cultivada por Washington, los tribunales islámicos aparecieron hace un decenio para paliar la destrucción de las instituciones y el vacío judicial causado por la desaparición de las instituciones civiles, aunque no fue hasta 2004 que las Cortes se dotaron de un embrión de estructura militar gradualmente reforzado.(12)

Según el análisis del International Crisis Group, sólo dos tribunales pueden ser considerados como afiliados a movimientos extremistas: el de chicoola y el de ifka halané, fundado por Hassan Dahir Awys, antiguo miembro del grupúsculo al-Itihaad que practicaba la djihad. Awys y su hijo espiritual, Aden Hashi Ayero, representan el ala «dura» de los movimientos islamistas.(13) Políticamente, la Unión de Cortes Islámicas es una mezcla heterodoxa donde musulmanes moderados conviven con radicales simpatizantes de al-Qaeda y hombres de negocios deseosos de hacer honrar sus contratos.(14) Esa amalgama llegó a construir una milicia -nutrida también, es cierto, de quienes antes apoyaron a los Señores de la Guerra- suficientemente fuerte como para derrotar a los Warlords, mostrar cierta cohesión interna y ayuda a expandir el quehacer de las Cortes por prácticamente todo el sur del país, pero incapaz, por su naturaleza misma, de resistir un ataque en regla de un ejército regular como el que enfrentaron en diciembre de 2006. Las cortes se hicieron también de fuentes independientes de financiamiento.(15)

Un gran peligro radica en el intento de mezclar la así llamada «lucha contra el terrorismo» con el peliagudo conflicto interno somalí, lo cual, lejos de aportar soluciones podría embrollar aún más la salida del conflicto.

3. El Gobierno de Transición

Surgido del consenso internacional y del acuerdo de un grupo de representantes de la élite somala, el Gobierno Federal de Transición (FTG) da continuidad a la tendencia histórica de concertar soluciones «por arriba», sin tomar en cuenta los criterios de la población, que ha caracterizado a este país. Las divisiones inherentes a la sociedad somalí han sido sustento de las debilidades del FTG, representante de jirones de una sociedad que le impiden erigirse en gestor de una unidad nacional aún lejana. Lo anterior se evidencia en la incapacidad del Gobierno para crear sus propias fuerzas armadas, patente en su necesidad de recurrir al apoyo del ejército de un país de históricos antagonismos con Somalia para poder implantarse en la capital. Los expertos insisten en que el FTG es aun más frágil que antes, a pesar de haber logrado instalarse en Mogadiscio, en tanto enfrenta enormes dificultades que precisan la reconstrucción de las instituciones,(16) en primer lugar, el propio ejército y los mecanismos de seguridad.

Antes de pacificar el país, la reconciliación es la prioridad del gobierno. No falta quienes indican que el FTG precisa realizar urgentes conversaciones con el clan hawiye, al que pertenece la mayoría de los altos jefes islamistas y que se siente excluido del proceso político pese a que el Primer Ministro Ali Mohammed Gedi proviene de él.(17)

El gobierno asume como prioridad esencial el desarme de los grupos armados, en particular de los islamistas.(18) La operación de recogida del armamento es compleja y motivo de serias negociaciones entre el gobierno y los Señores de la Guerra.(19) Quienes han basado durante años su poder en la fuerza de las armas e invertido millones de dólares en ellas,(20) pretenden sustanciosas indemnizaciones para entregar las armas, pero hasta ahora el gobierno sólo ha prometido integrarlos en las fuerzas de seguridad y dar formación profesional a los exmilicianos.(21) Este caso no es ajeno al fenómeno universal de que cualquier plan de reinserción de combatientes precisa cuantiosos recursos de los que el país carece.

Aunque no son objeto de análisis en este articulo, todo desenvolvimiento futuro estará muy relacionado también con las posiciones que asuman los Ancianos de los Clanes. En una sociedad organizada según las diferencias entre los grupos de edades, los elders -verdadera columna vertebral del gobierno tradicional somalí- tienen una importancia crucial. Los Señores de la Guerra pueden presionarlos, pero dependen de su visto bueno, por ejemplo, para el reclutamiento, la forja de alianzas y la toma de determinadas decisiones. Las cortes islámicas actuaron en Mogadiscio aplicando la Sharia, pero sin olvidar el Xeer, derecho consuetudinario somalí.(22) Garantes del orden y salvaguardas de la sociedad, fueron los Ancianos los que convencieron a las Cortes Islámicas de que era inútil resistir el avance militar de sus adversarios y de que debían evacuar Mogadiscio y luego Kismaayo, lo que redundó en una ocupación rápida y relativamente incruenta de ambas ciudades.(23) El Gobierno de Transición requirió, incluso, de su visto bueno para la entrada de las victoriosas tropas que le apoyaban en Mogadiscio.(24) Cuando se habla de negociaciones en Somalia, estas casi siempre involucran, en un papel protagónico, a los ancianos. Como ocurre en otras partes de África respecto a las estructuras esenciales de la sociedad tradicional, prácticamente todo puede realizarse con el apoyo de los ancianos, algo sin el mismo, pero nada se alcanza si se va contra ellos.

Somalia está muy necesitada tanto de la reconciliación como de una atmósfera adecuada proveniente de su entorno político.(25) Al examinar el presente en función del futuro, un conjunto de variables aparecen como imprescindibles, la mayoría de las cuales apunta hacia una situación en extremo fluida; se trata del caso más obvio, pero no el único, de las trascendentales transformaciones que hoy estremecan al Cuerno de África. Toda la región enfrenta el desafío de la imprescindible construcción de un nuevo consenso y el logro de la paz, ambos imposibles de alcanzar solo con las fuerzas y los esfuerzos internos.

Referencias:

(1) AFP «Les chefs islamistes restent introuvables» 3-01-07 (2) Prunier, G.: «Liaisons dangereuses de Washington en Somalie», página web de Le Monde Diplomatique (Édition imprimée), septembre 2006, p. 16 et 17 (3) Ibid. (4) Rogez, O.: «Bashir Ragé, seigneur de guerre (3)», RFI, 21-06-06 (5) BBC «Q&A: Somali conflict», 5-01-07 (6) Africa Report N°116 (Executive summary and recommendations): «Can the Soma Crisis Be Contained?», 10-08-06 (7) BBC: «Profile: Somalia’s Islamic Courts», 6-06-06; REUTERS: «Somali Islamists are gone — so ‘khat’ is back!», AU SITUATION ROOM, CMD, Daily News Highlights, 03-01-07 (8) REUTERS: «Somali Islamists are gone — so ‘khat’ is back!», AU SITUATION ROOM, CMD, Daily News Highlights, 03-01-07 (9) Africa Report N°116: «Can the Somali Crisis Be Contained?», 10-08-06. (10) Marsaud, O.: «Les islamistes en fuite», RFI, 01/01/2007 (11) BBC «Q&A: Somali conflict», 5-01-07 (12) Rogez, O.: «Les tribunaux islamiques, sur les décombres de l’Etat (4)», 21-06-06 (13) Ibid. (14) Prunier, G.: «Liaisons dangereuses de Washington en Somalie», página web de Le Monde Diplomatique, septembre 2006, p. 16 et 17 (15) Africa Report N°116: «Can the Somali Crisis Be Contained?», 10-08-06. (16) Marsaud, O.: «Les islamistes en fuite», RFI, 01/01/2007 (17) Ibid. (18) AFP «Somalie: le président Yusuf fait son entrée dans Mogadiscio» 08-01-07 (19) AFP: «Le gouvernement renonce à désarmer par la force les miliciens», 6-01-07 (20) BBC «Q&A: Somali conflict», 5-01-07 (21) AFP «Les chefs islamistes restent introuvables» 3-01-07 (22) Rogez, O.: «Les tribunaux islamiques, sur les décombres de l’Etat (4)», 21/06/2006 (23) Gettleman, J.: «Islamist Forces in Somali City Vanish», New York Times, 12-28-06; «Somalia Forces Retake Capital From Islamists», New York Times, 12-29-06;& «Somali Clan Elders Urge Islamists to Leave Stronghold, New York Times, 01-01-07 (24) ENA: «Ethiopia proves its readiness, capability to efficiently thwart security threats without getting into trouble: Meles», Daily News Highlights, au situation room, CMD, 3-01-07 (25) UN News Service (New York): «Somalia: Secretary-General Ban Calls for More Diplomatic Efforts On Somalia; UN Envoy is Hopeful», Posted to the web 14-01-07

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