Una semana de la peor huelga laboral que ha conocido Suazilandia en una década ha expuesto las fallas del plan del gobierno suazi de alivio de la pobreza. Dicho plan pretendía crear miles de trabajos poco remunerados mediante la promoción de la industria textil. Durante la huelga, que empezó el 3 de marzo, los trabajadores […]
Una semana de la peor huelga laboral que ha conocido Suazilandia en una década ha expuesto las fallas del plan del gobierno suazi de alivio de la pobreza. Dicho plan pretendía crear miles de trabajos poco remunerados mediante la promoción de la industria textil. Durante la huelga, que empezó el 3 de marzo, los trabajadores participaron en marchas pacíficas para pedir mejores salarios. La policía les disparó gases lacrimógenos y los golpeó; al menos una docena han sido supuestamente heridos. Más de 16.000 trabajadores, la mayoría mujeres, se han visto afectados por la huelga.
Los medios locales han informado de que la policía de Suazilandia lleva a cabo ataques no provocados contra los manifestantes de una protesta pacífica el primer día de huelga. Se registraron varios heridos después de que la policía antidisturbios disparara gases lacrimógenos contra un grupo de manifestantes en la propiedad de la Industria Matsapha, a las afueras de la ciudad comercial de Manzini.
La portavoz de la policía Vusi Masuku defendió la acción de las fuerzas de seguridad declarando que algunos manifestantes habían intentado impedir a otros trabajadores textiles ir al trabajo. Algunas tiendas propiedad de empresarios asiáticos adyacentes a las fábricas fueron saqueadas.
El 5 de marzo, varios manifestantes fueron golpeados y recibieron gases lacrimógenos después de que algunos vándalos sellaran el candado de la puerta de una fábrica textil con pegamento. Sin estar seguros de las identidades de los culpables, la policía atacó de forma aleatoria a los protestantes, algunos de los cuales tuvieron que ser hospitalizados. Un policía resultó herido por una piedra.
Alex Fakudze, presidente del sindicato de trabajadores de manufactura de Suazilandia (SMAWU), declaró al Tribunal Industrial el 5 de marzo que los dueños de la fábrica habían instruido a la policía para atacar a los huelguistas. El presidente del Tribunal Industrial, Peter Dunseith, ordenó a la policía permitir un piquete pacífico fuera de los terrenos de la compañía.
«Mi salario es de 38 dólares la quincena», comenta Cynthia Ndwandwe, madre de cinco niños y empleada en una fábrica de ropa de propiedad asiática. «Ya no puedo permitirme comprar pan».