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Nuevos avatares de la UBT

The Borbonic Connection

Fuentes: Rebelión

Cada vez que la opinión pública conoce un nuevo episodio de la trama UBT [Urdangarin-Borbón-Torres], la historia universal de la infamia, la codicia desmesurada y la corrupción institucional abre un nuevo capítulo y se ofrecen nuevas pistas sobre las descomunales (y casi impensables) dimensiones de este entramado político-empresarial que hizo negocios en Palacios Reales (y […]


Cada vez que la opinión pública conoce un nuevo episodio de la trama UBT [Urdangarin-Borbón-Torres], la historia universal de la infamia, la codicia desmesurada y la corrupción institucional abre un nuevo capítulo y se ofrecen nuevas pistas sobre las descomunales (y casi impensables) dimensiones de este entramado político-empresarial que hizo negocios en Palacios Reales (y en palacetes de Duques) y aprendió lecciones de economía empresarial e iniciativa emprendedora en los alrededores de ESADE.

Como señalaron agudamente aquellos jóvenes revolucionarios alemanes en 1848, todo lo sólido se sigue desvaneciendo en el aire.

Tomo pie en la información desde Palma de Mallorca, uno de los vértices del polígono, de Andreu Manresa [1] y en los excelentes e informados artículos de Alicia Gutiérrez en Público [2].

La sociedad familiar de Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón, Aizoon SL, domiciliada en la residencia particular de los duques en Barcelona (calle Elisenda de Pinós 11-13) desde su creación en 2003, cambió el domicilio social y fiscal a principios de diciembre de 2011. Se conoció entonces que la sociedad era objeto de investigación judicial, poco después de verse imputado en el caso «Palma Arena» Diego Torres, «el socio», el que fuera profesor de ESADE. ¿Por qué? Con esta operación de mudanza mercantil, el yernísimo y su sociedad dejaron de recibir requerimientos judiciales y de hacienda en su residencia. El propio Duque evitó que la comisión judicial y policial registrara su mansión, su palacete de Pedralbes, el pasado 7 de noviembre, como ocurrió con todos los despachos y viviendas bajo sospecha vinculadas al entramado de Nóos. ¿Cómo lo consiguió? Lo desconozco.

Andreu Manresa recuerda que el 7 de noviembre de 2011, precisamente el 7 de noviembre, al mismo tiempo que el fiscal Pedro Horrach dirigía los registros en Barcelona, la primera autoridad del Estado tenía anunciados dos actos oficiales en la ciudad de los prodigios, «la millor botiga del món» según lema municipal promovido por una curiosa y «cosmopolita» izquierda institucional actualmente alejada del gobierno de la ciudad. La visita de don Juan Carlos fue suspendida. ¿La causa? Las «secuelas de las operaciones en sus piernas». ¡Las informaciones y avisos superan la velocidad de la luz!

Hay más movimientos desde luego.

Un año después de que la Casa del Rey «obligara» por escrito a Urdangarin a abandonar sus actividades económicas en la trama del Instituto Nóos, sus socios seguían contando con él, y con el dinero dado por Torres y él mismo, para lanzar su nuevo «proyecto», la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social. En poco más de dos años, según Manresa, «esta nueva entidad recaudó más de 400.000 euros de donaciones de grandes empresas». Entre los patrones y mecenas: la SGAE, Volvo o Mutua Intercomarcal. Estaba previsto requerirles hasta 200.000 euros; más de treinta empresas figuraban en el listado de contactos.

La obligación por escrito pareció tener escaso efecto. ¿Intervino la Infanta para calmar los ánimos y apelar al amor paternal?

El yernísimo, como decíamos, quedó teóricamente desligado de la trama en junio de 2006. Dimitió entonces, supuestamente, del instituto Nóos, tras la intervención del delegado de Casa Real José Manuel Romero, conde de Fontao. Se le instó a renunciar y se le mandó una carta con las instrucciones para abandonar el cargo. Los gestores de Nóos «presentaron» a Romero -¡al mismísimo conde de Fontao quien obviamente conocía bien la situación!- su proyecto de nueva fundación, que debía cortar amarras con el primer instituto. Pero no fue el caso. Las actividades «empresariales» del Duque siguieron su curso. Y parece razonable pensar que la intervención de la Casa se produjo por el peligro que podían representar esas «actuaciones», no por ningún amor desmedido a la justicia, pero en ningún caso se alejó al Duque de Palma de los encuentros y representaciones de la Casa borbónica.

Otro vértice. Señala A. Gutiérrez que Ballester, el ex director general del Gobierno de Jaume Matas, desveló que el primer paquete de contratos del que se benefició el conglomerado empresarial -los relativos a la promoción del equipo ciclista Illes Balears- se negoció en septiembre de 2003 entre Matas y el yernísimo. ¿Dónde? ¿En el palacio de Marivent, en la residencia veraniega de la familia Real? Han hecho pleno.

Un año antes, 23 de julio de 2002, una trabajadora de Octagon Esedos, con membrete de otras de las empresas ligadas al Duque, envió a la Zarzuela un fax dirigido a Carlos García Revenga. ¿Quién es CGR? Dos en uno: secretario de las infantas Elena y Cristina, y tesorero del Instituto Nóos durante el mandato del Duque palmesano. El encabezamiento del fax, donde se señalan los datos del destinatario, no tiene desperdicio: «At. Carlos García Revenga. Empresa. Casa Real». El fax daba cuenta al secretario -¡a su secretario!- de las Infantas borbónicas de la creación de Namasté, otra de las empresas de la trama.

Un nudo más. El Instituto Nóos recibió unos 6 millones de euros de los ejecutivos balear y valenciano (parece evidente la conexión PP-conglomerado UBT). Una cantidad idéntica apareció en las cuentas de cinco empresas satélites. ¿Por qué? Por supuestos trabajos realizados que facturaron a Nóos, la pretendida asociación sin ánimo de lucro.

Estas cinco empresas recibieron en total unos 16 millones de euros (de clientes públicos y privados). ¿Qué empresas de esas cinco sacaron mayor tajada, «mayores beneficios empresariales»? Efectivamente, Nóos Consultoría Estratégica S.L. y Aizoon SL. ¿Es necesario recordar a quien pertenece el 50% de la propiedad de esta última empresa? Efectivamente, a la infanta Cristina de Borbón, hija de Juan Carlos I de Borbón, una parte no marginada de la Casa Real borbónica española, la misma infanta que fue visitada por la Reina Sofia en su domicilio de Washington, en señal de apoyo, cuando empezaban a conocerse algunas caras de este sucio poliedro.

«En la actualidad, no es solo una cuestión de justicia en sí, es la propia idea de la justicia la que está bajo ataque». Las palabras son de Arundhati Roy. Tiene razón, le sobran razones a la gran escritora india. Pero hay jueces, como el juez Castro, no son muchos desde luego, a los que por lo que parece resulta totalmente indiferente la familia a la que pertenece el yernísimo, Diego Torres o el ex presidente Matas.

¿No se ha hablado acaso recientemente de que la justicia es y debe ser igual para todos sin pretender hacer ningún chiste?

Notas:

[1] http://politica.elpais.com/politica/2012/01/08/actualidad/1326049824_223450.html

[2] Alicia Gutiérrez. Público, 9 de enero de 2011, pp. 14-15.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.