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La asociación Zemmur de Valencia celebra su asamblea y el 46 aniversario de la proclamación de la RASD

«Todos los días Marruecos viola los derechos humanos en el Sáhara Occidental»

Fuentes: Rebelión

Se asemeja a una pequeña reserva frente a las prisas occidentales. Ataviadas con los vestidos saharauis, tres mujeres elaboran con paciencia el té dentro de una jaima azul, en la sede del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Valencia.

Están sentadas sobre una alfombra; suena de fondo la música árabe. Entre las vituallas, platos con dátiles, cacahuetes y frutos secos.

En algún momento entra en la tienda de campaña el balón de unos niños saharauis, que juegan en el exterior. El sábado 26 de febrero es un día gris: amenaza lluvia en la ciudad. Y dentro de la jaima, algunos de los reunidos se separan a un lado –ordenadamente- para orar.

Las mujeres intercambian entre los vasos la infusión y –pausadamente- la comparten en una bandeja. Mientras, en el interior del Centro Arrupe-Jesuitas, se celebra la asamblea de la asociación de saharauis en Valencia Zemmur.

En la jornada de convivencia se conmemora, además, el 46 aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD); la declaración tuvo lugar el 27 de febrero de 1976. La agencia estatal Sahara Press Service (SPS) explicitó en un comunicado dos circunstancias que rodean, en 2022, el aniversario: “La ratificación del reconocimiento del Estado Saharaui como un actor importante en la región y en la Unión Africana”.

Y, por otra parte, el retorno a la guerra frente al Reino de Marruecos, tras la ruptura del alto el fuego por el ataque del ejército marroquí a civiles saharauis en el paso fronterizo de Guerguerat (noviembre de 2020); el pasado 28 de febrero, SPS informó sobre la ofensiva del Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS) contra las fuerzas de ocupación marroquí en las zonas de Mahbes y Auserd.

Al acto de Zemmur asistió el Delegado Saharaui para la Comunidad Valenciana, Habibulah Mohamed. “El Estado español ha traicionado al pueblo saharaui”, afirma al finalizar la asamblea; en los Acuerdos Tripartitos de Madrid, firmados el 14 de noviembre de 1975 por los Gobiernos de España, Marruecos y Mauritania, “se dividieron el territorio saharaui como un pastel; después de 46 años, el Estado español tiene la responsabilidad de descolonizar el Sáhara Occidental y exigir un referéndum de autodeterminación”.

¿A qué dificultades se enfrentaría esta consulta? “Si el Estado español quiere, puede resolverlo rápidamente”, responde Habibulah Mohamed; “lo hizo (celebración del referéndum) Indonesia con Timor Oriental bajo el amparo de Naciones Unidas en 1999”, añade el Delegado. Respecto a Francia, “es el aliado principal de Marruecos en el Consejo de Seguridad de la ONU y el país que controla la economía marroquí”.

Los medios de comunicación dedican gran parte de su espacio al conflicto entre Rusia y Ucrania; ¿Y en cuanto al Sáhara ocupado por el Reino de Marruecos? “El sentimiento es muy duro, y la hipocresía enorme; esa manera de juzgar lo que está ocurriendo en Ucrania… Marruecos también ha invadido el Sáhara Occidental y la protesta no es la misma; asimismo se han producido invasiones en Iraq, Siria, Libia y Yemen; la movilización de los grandes medios para informar o condenar ha de ser justa”, explica el delegado saharaui.

El colectivo de periodistas Equipe Media informó, el pasado 21 de febrero en las redes sociales, de cómo “policías y paramilitares marroquíes están allanando casas y atacando con mucha violencia a los saharauis (en la ciudad ocupada) de Dajla”.

Fue la respuesta a la protesta en esta ciudad por la desaparición de un comerciante saharaui, Lahbib Aghrichi. Al día siguiente, Equipe Media dio cuenta de arrestos, asalto de casas y el bloqueo de barrios saharauis por parte de las fuerzas de ocupación. También en Dajla (antigua Villa Cisneros), la ONG de comunicadores compartió vídeos de militares marroquís recogiendo piedras para arrojarlas contra los manifestantes saharauis, y para romper cristales de viviendas y automóviles.

El 27 de febrero la agencia informativa mostró, en su cuenta de Twitter, imágenes de manifestaciones pacíficas en la capital El Aaiun, por el aniversario de la RASD. En el audiovisual, de poco más de dos minutos, aparecen activistas –principalmente mujeres- que interrumpen el tránsito y desafían el “bloqueo militar”.

En la ciudad de Bojador, informó SPS el 1 de marzo, las fuerzas represivas de Marruecos agredieron a un grupo mujeres que se movilizaron en solidaridad con la familia Jaya, emblema de la resistencia saharaui (principalmente la defensora Sultana Jaya, sometida durante más de un año al arresto y asedio domiciliario –sin luz ni agua- y la violencia por parte de la Ocupación); las activistas atacadas también clamaron consignas a favor de la RASD por el 46 aniversario.

A las cinco activistas agredidas, la agencia añade en su nota informativa el caso de Hassana Dueihi, defensor de los derechos humanos “que se encontraba cerca del lugar de la intervención; también fue golpeado y maltratado por el verdugo llamado Abdel-Hakim Amer, quien supervisó personalmente la violenta intervención”, que incluía “el robo de un teléfono móvil que tenían, para luego detenerlas y deportarlas a la fuerza hacia la ciudad ocupada de El Aaiun”.

Sobre la “última ola de violencia” en los territorios ocupados, el Representante del Frente Polisario en las Naciones Unidas, Sidi Mohamed Omar, ha comunicado por carta a la ONU la “fuerte condena” de las autoridades saharauis ante las “continuas, atroces y sistemáticas violaciones de los derechos humanos cometidas con total impunidad por la potencia ocupante marroquí”.

A primeros de marzo, SPS se hizo eco del inició de una huelga de hambre por parte de Mohamed Hassana Ahmed Salem Bureal, integrante del grupo Gdeim Izik (condenados por las acampadas de protesta de 2010) y preso político en la cárcel marroquí de Ait Melloul 1. La huelga está relacionada, según la hermana del recluso, con las condiciones del encarcelamiento; a las “estrictas medidas de seguridad en la celda”, se agrega el estado de desnutrición, las restricciones al descanso y la situación de aislamiento “total” del exterior.

En enero de 2003 se constituyó Zemmur, que actualmente cuenta con un centenar de familias afiliadas en la ciudad de Valencia. Desde hace un año Fateh Babi es el presidente de la asociación. Expone, tras concluir la asamblea, algunas de las últimas acciones; por ejemplo el pasado 11 de diciembre –con motivo del Día de los Derechos Humanos- se concentraron en la plaza del Ayuntamiento de Valencia para reivindicar la libertad de Sultana Jaya.

Participaron, en junio, en la Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui, que terminó con una gran movilización en Madrid tras recorrer más de 3.000 kilómetros –por el estado español- durante un mes. Y en febrero de 2021, con motivo del 45 aniversario de la RASD, Fateh Babi recuerda que el balcón del consistorio valenciano mostraba el siguiente cartel: “València amb el poble saharaui”.

Además de Charlas en colegios valencianos, Zemmur desarrolla desde hace un año la iniciativa Almuerzos contra el absentismo escolar; consiste en recaudar fondos -donativos de un euro mensual a través de la plataforma Teaming- para apoyar a la escuela de primaria Mahyub Lekbir, en los campamentos de refugiados El Aaiun. Los almuerzos –tres días a la semana- han permitido que el absentismo disminuya en esta escuela en un 97%.

Mariam, de 21 años, participa dentro de la jaima en una conversación con otras mujeres. La joven saharaui reside desde 2009 en Valencia y ha venido, por primera vez, a una reunión de Zemmur. Estudia Segundo de Bachillerato. “La asociación es una buena causa para ayudar a nuestros hermanos de los campamentos de refugiados y los territorios ocupados”, explica.

“Si miramos el mundo, el del Sahara es un conflicto olvidado y el Gobierno de España es el principal culpable”, añade. Mariam tiene familia en los campamentos de refugiados y en el Sáhara Occidental ocupado, donde “todos los días se violan los derechos humanos y las libertades; oficiales de Marruecos torturan y allanan domicilios”. Y concluye: “Hay gente, como Lahbib, a la que secuestró la policía en Dajla, que desaparece y de la que no sabemos nada”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.