Washington está a la espera de la redefinición de políticas hacia Venezuela, que parecen alejarse de una intervención militar -exigida por el autoproclamado presidente Juan Guadó al almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur estadounidense-, luego de fallar el golpe del 30 de abril y en medio de recriminaciones de Donald Trump hacia sus colaboradores.
El gobierno estadounidense evalúa no solo el tema geopolítico, sino también el impacto que las acciones tendrían en el electorado hispano, en particular el de Florida de cara a las elecciones generales del año próximo. «Sin el derrocamiento de Maduro, las políticas de Trump podrían parecer débiles y su esfuerzo un fracaso, convirtiendo a Venezuela en una responsabilidad política», señala The Washington Post.
Por su parte, la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, abordó este lunes en Bruselas la crisis venezolana con el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo, y afirmó que «muy pronto» se desplazará a Caracas una misión política del Grupo de Contacto Internacional para dialogar con el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición «ideas concretas» para resolver la crisis.
Mongherini informó a los representantes de los países de la UE sobre los resultados del último encuentro del Grupo de Contacto Internacional en Costa Rica, donde se decidió enviar una delegación de alto nivel político en lugar de una misión técnica, y también sobre su entrevista con Pompeo.
Heraldo Muñoz, excanciller de Chile, rompió el supuesto acuerdo general de los chilenso sobte Venezuela. Envió este tuit en relación a las últimas declaraciones de Juan Guaidó: «Esto ya está en línea roja. El gobierno de Chile y el Grupo Lima deben clarificar si siguen en salida pacífica a la crisis venezolana, o si ahora apoyan a Guaidó en la intervención militar expresada en declaración sobre «todas opciones sobre la mesa» y cooperación militar con EEUU».
Es que, como dice la socióloga Maryclén Stelling: Promover e intentar un golpe de estado «democrático», al igual que plantear una guerra o una invasión con fines «democráticos», resulta un absoluto contrasentido.
Aquella madrugada del 30 de abril, la ciudadanía asombrada asistía al teatro del absurdo, con actores principales, supuestos héroes desangelados y un elenco esperando algo que jamás ocurrió. «Con esta aventura extravagante se consagra en Venezuela la política del absurdo», indica Stelling.
La agenda para cambiar el gobierno venezolano comenzó su ejecución pública el 4 de enero con la reunión del Grupo de Lima, y sus diseñadores esperaban que diera resultados en pocas semanas. Pero, en realidad, fracasó.
Y Trump, más frustrado que engañado, ha dado a conocer su insatisfacción con los equipos de su administración encargados de poner en marcha las actividades, como lo señala The Washington Post. Desconocimiento y/o prepotencia: no conocían a los venezolanos ni a sus militares, y parece que lo mismo les pasaba a las distintas agencias que actúan en el terreno, como la DEA, la CIA y el Departamento de Estado.
Lo más importante de lo revelado por este diario es la confesión de la existencia de un plan de derrocamiento de un gobierno latinoamericano vía golpe militar. Si existiera en EEUU el control de poderes, tendría que abrirse una investigación en el Congreso de estas acciones realizadas en contravención del ordenamiento jurídico interno y de los convenios internacionales suscritos, señala el analista Leopoldo Puchi.
Los altos funcionarios de la administración trumpista han dicho expresamente que han participado en la organización de los hechos, en particular en el frustrado golpe de estado. Y por eso el presidente tuitero se quejó dd que John Bollton y su equipo subestimaron al chavismo y a Maduro y lo convencieron de que la strategia que desarrollaba el títere Guaidó iba a tener un desenlace rápido y contundente.
Mientras, prosiguen las sanciones y continúa el bloqueo de las cuentas bancarias del Estado venezolano, lo que afecta la compra de insumos, alimentos y medicinas y el pago de tratamientos médicos, como el caso de los niños a la espera de trasplantes de la médula ósea. Otro botón de muestra de la piratería internacional lo dio el Novo Banco de Portugal que utiliza para su actividad financiera los 1.543 millones de euros que no devuelve a Venezuela.
Hasta la prensa estadounidense afirma que Guaidó ya vale más muerto que vivo para la administración Trump, sus halcones y la CIA. Ni consigue el golpismo ni ejerce como lo que se declara: presidente «encargado», carece de credibilidad entre los venezolanos, como pretenden los medios de comunicación manipulados por EEUU.
Ahora se victimiza, pretendiendo que Maduro lo quiere preso, lo que hubiera sido normal en cualquier otro país como a cualquiera que se alce contra el orden constitucional. Y, ahora, al no ser útil para los planes de Washington, le toca al gobierno venezolano garantizar su vida, antes que lo desaparezcan y le echen la culpa. Con o sin Guaidó, los halcones de Trump insisten en derrocar a Maduro, al menos para salvar el «honor» del mandatario.
Las encuestas de la oposición
En nuestra última encuesta de abril de Datanálisis, vinculada a la oposición, registra una percepción extremadamente negativa sobre la situación del país (94,8%), incluyendo más de 70% de los chavistas que lo ven mal o muy mal.
Por su parte, la mayoría de los líderes opositores presentan también un descenso en sus niveles de respaldo popular, lo que parece confirmar la tesis de que el tiempo, sin solución final del conflicto político y sin cumplir las ofertas de cambio, puede ser muy peligroso para el mantenimiento de la conexión y la esperanza en las bases de la población, señala Luis Vicente León, director de la encuestadora y pertinaz guionista de la oposición.
León señala que el apoyo a los paquetes de alimentos (las cajas CLAP), ha crecido sustancialmente en la población (85%), mecanismo que según el encuestador es la clave del control social del gobierno y un bloqueador importante para el éxito de la convocatoria opositora reciente al paro nacional.
Los acuerdos políticos reciben un 55,6% de respaldo cuando se refiere a chavismo y oposición, mientras que ese apoyo se reduce a 25,9% cuando se refieren a un acuerdo opositor con los militares.
* Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)