«Gracias a esta tierra, marginada durante siglos, por haber devuelto la dignidad a todo el pueblo», resaltó el actual presidente tunecino, Moncef Marzuki, en los actos de conmemoración del primer aniversario del alzamiento popular que obligó al entonces presidente Zine El Abidine Ben Ali a abandonar Túnez tras 23 años en el poder. Ayer hace […]
«Gracias a esta tierra, marginada durante siglos, por haber devuelto la dignidad a todo el pueblo», resaltó el actual presidente tunecino, Moncef Marzuki, en los actos de conmemoración del primer aniversario del alzamiento popular que obligó al entonces presidente Zine El Abidine Ben Ali a abandonar Túnez tras 23 años en el poder.
Ayer hace un año, poco antes del mediodía, la agente municipal Fayda Hamdi incautó su mercancía al vendedor ambulante de verduras Mohamed Buazizi, de 26 años, que inmediatamente acudió a la sede provincial de Gobierno para exigir la devolución de sus pertenencias. Pero las autoridades no lo atendieron.
En protesta por este trato, se prendió fuego delante del edificio. Falleció 18 días después. Más de 5.000 personas intentaron asistir a su entierro en el cementerio de Garaat Bennour, a 16 kilómetros del Sidi Bouzid, pero un fuerte cordón policial les impidió el acceso. Este hecho provocó una oleada de indignación que se extendió por todo el país propiciando la caída de Ben Ali el pasado 14 de enero y la convocatoria de elecciones, en las que vencieron los islamistas de Ennahada.
Ayer, el centro de Sidi Bouzid amaneció decorado con banderas tunecinas, retratos de víctimas de la represión y una foto gigante de Buazizi. Militantes de derechos humanos tunecinos y de otros países árabes y miembros de la Asamblea Constituyente se sucedieron al micrófono para rendir homenaje a todos los «mártires» de la revolución.
«Miro a mi alrededor y veo en la muchedumbre a muchos jóvenes que desafiaron las balas de la Policía de Ben Ali el año pasado para defender los valores de la libertad y la dignidad», dijo a AFP Sabrine Ammari, una activista pro derechos humanos.
El miércoles, El Parlamento de Estrasburgo entregó el Premio Sajarov 2011 a la Libertad de Conciencia a cinco activistas de la Primavera Arabe, entre ellos de manera póstuma a Buazizi. Su madre se lo dedicó al «pueblo tunecino».
«Con este premio, el Parlamento reconoce los esfuerzos de todos aquellos que luchan por la dignidad, las libertades básicas y el cambio político», manifestó el presidente de la Cámara, Jerzy Buzek.
No obstante, muchos tunecinos sostienen a día de hoy que la situación sigue siendo la misma que empujó a Buazizi a inmolarse.
«La realidad no ha cambiado, ni ha mejorado la vida de sus habitantes: el paro laboral continúa aumentando en todas las regiones del interior, doblando la media nacional», manifestó a Efe el joven en paro Mohamed al Yumni, originario de Sidi Bouzid.
«Este año tengo más amigos en paro y todos los partidos políticos que participaron en las elecciones del 23 de octubre y que hicieron su propaganda a costa de nuestros problemas endémicos, nos han dejado de lado», subrayó. En su opinión, la actual Asamblea Constituyente está formada por miembros que «buscan más sus intereses personales y aún no hemos visto que lleven a la práctica las promesas electorales, algo que también hicieron los diferentes gobiernos tunecinos».
A su lado, Subayi Aisawi, de 30 años, se quejó de la corrupción que «sigue vigente en las oposiciones nacionales a los puestos de trabajo y a la obtención de ayudas sociales. Nada ha cambiado, al contrario, seguimos indignados y el fenómeno de la corrupción continúa. Esperamos que el nuevo Gobierno encuentre una solución radical y concreta a los problemas de la cuenca minera de Gafsa que desde 2008 se manifiesta». Como única señal positiva, remarcó que en los últimos días se ha levantado el toque de queda tanto en Sidi Bouzid como en Gafsa, escenarios de numerosas manifestaciones y paros.
Marzuki tendrá que lidiar con un desarrollo regional injusto y desequilibrado, según los indicadores recogidos por la TAP. Las diferencias regionales en la tasa de desempleo entre los graduados de educación superior es especialmente palpable. La provincia de Gafsa (47,4%), por ejemplo, duplica la media nacional (23,3%), y en Sidi Bouzid, un 41% de los graduados superiores están desempleados.
http://www.gara.net/paperezkoa/20111218/310447/es/Tunez-celebra-primer-aniversario-revolucion