Luego de la Primavera Árabe, originada hace casi dos años, el norte de África se prepara para recibir por primera vez al Foro Social Mundial (FSM). Aunque Egipto fue inicialmente considerado como sede del próximo encuentro, los organizadores finalmente se decidieron por Túnez. Este país, con 10,7 millones de habitantes, recibirá a visitantes de todo […]
Luego de la Primavera Árabe, originada hace casi dos años, el norte de África se prepara para recibir por primera vez al Foro Social Mundial (FSM).
Aunque Egipto fue inicialmente considerado como sede del próximo encuentro, los organizadores finalmente se decidieron por Túnez.
Este país, con 10,7 millones de habitantes, recibirá a visitantes de todo el mundo en marzo próximo, en una reunión que los organizadores estiman contará con la presencia de más de 10.000 delegados.
La sociedad civil tunecina ya se moviliza en diversos frentes. Varias grandes organizaciones se han unido para diseñar el marco del encuentro, enviando representantes al comité directivo, encargado de los preparativos.
Formando la columna vertebral de ese comité se encuentra la Plataforma Tunecina para los Derechos Económicos y Sociales, cuyo presidente, Abderrahmane Hedhili, y su coordinador de proyectos, Alaa Talbi, juegan papeles fundamentales para preparar la gigantesca reunión.
El FSM «será una gran oportunidad para la sociedad civil en Túnez», dijo Hedhili a IPS.
«Vemos un gran potencial sobre todo desde el punto de vista de poder reconciliar a esos grupos con opiniones divergentes, de buscar nuevas soluciones para los problemas locales y de ayudar a establecer un proceso de democratización en cada nivel», añadió.
Se crearon varios grupos de tareas para seguir de cerca temas como derechos de las mujeres, juventud y cultura.
Hedhili subrayó que, más allá del tema central de la Primavera Árabe, hay varios tópicos en la agenda, desde la crisis económica global hasta asuntos sociales, culturales, ambientalistas y religiosos.
Amélie Cannone, copresidenta de la organización AITEC, con sede en París, y veterana del FSM, ha seguido de cerca los acontecimientos en el mundo árabe y se mudará a Túnez por varios meses para proveer apoyo organizativo extra.
Recordó que, «durante el último FSM, celebrado en Dakar, Senegal, en febrero de 2011, se anunció el derrocamiento de Mubarak y eso desató una increíble alegría y esperanza en toda la sala».
Rápidamente quedó claro para todos los presentes, así como para los cientos de activistas alrededor del mundo que seguían de cerca la Primavera Árabe, que el coraje y la determinación de los tunecinos y egipcios debían ser reconocidos eligiendo a un país del norte de África como sede del siguiente FSM.
«El mundo árabe es el nuevo centro de de los movimientos sociales», dijo Talbi. Por tanto, el FSM puede ayudar a fortalecer las redes sociales árabes y servir de fundamento para la cooperación también con movimientos internacionales.
«Desde los indignados de España hasta las protestas estudiantiles en Quebec y Chile, y el movimiento Ocupa en Estados Unidos o Gran Bretaña, todos se inspiraron en la Primavera Árabe», añadió Cannone.
Hasta ahora, la mayor parte de la energía para la próxima reunión ha provenido de la capital, Túnez.
Pero Marwen Tlili, joven activista social tunecino, sintió que otras regiones del país no debían quedar marginadas.
Reunió a un pequeño grupo de activistas y organizó una caravana de bicicletas durante el mes de octubre, en un intento de difundir noticias sobre el FSM y alcanzar a otras organizaciones locales en ciudades como Kasserine y Gafsa.
La caravana viajó por más de 1.000 kilómetros y propagó información sobre el FSM en decenas de localidades en todo el país.
«Yo creo que nuestra caravana tuvo un profundo impacto en las personas que encontramos», dijo Tlili. «En Túnez, ver pasar a un grupo de ciclistas por tu pueblo no es algo tan común como en Europa o Canadá. Impresionó a la gente e hizo que se le diera buena publicidad al próximo Foro».
Los organizadores también indicaron que había planes de realizar más caravanas de bicicletas en vísperas del FSM, incluso una partiendo desde Marruecos y otra cruzando en barco desde Italia, ambas con destino final en la capital tunecina.
Cannone también subrayó la importancia de la cooperación trasnacional, así como de la urgente necesidad de movilizar jóvenes y mujeres, una tarea que el Foro Social Magrebí ha hecho por varios años a nivel regional.
La dimensión ecológica tampoco debe quedar a un lado, sostuvo.
«El actual modelo económico basado en la extracción intensiva de recursos naturales ha sido especialmente prevalente en la región de Medio Oriente y el norte de África,» subrayó Cannone.
«Por tanto, el FSM, que incorporó muchas personas del movimiento antiglobalización, se asegurará de tratar los problemas ambientales muy seriamente, y promoverá un cambio de paradigma hacia las economías locales, incluyendo nuevos modelos de producción, protección social y condiciones de vida decente para todos», añadió.
Tlili comparte su entusiasmo sobre el potencial del encuentro: «El FSM debe ser una oportunidad para que la gente cambie sus vidas. Queremos estimular especialmente a los jóvenes, que tienen a la revolución aun fresca en sus mentes, para que sean activos y hagan cosas positivas para sus propias comunidades».