La llegada del Gobierno español a la presidencia de turno de la Unión Europea podría suponer un impulso a las negociaciones para la firma del Estatuto Avanzado entre Túnez y la UE. En noviembre se aplazaron hasta enero las negociaciones a petición del propio Ejecutivo tunecino, consciente de que el Gobierno español es mucho menos […]
La llegada del Gobierno español a la presidencia de turno de la Unión Europea podría suponer un impulso a las negociaciones para la firma del Estatuto Avanzado entre Túnez y la UE. En noviembre se aplazaron hasta enero las negociaciones a petición del propio Ejecutivo tunecino, consciente de que el Gobierno español es mucho menos escrupuloso que el sueco ante el amplio dossier de violaciones de derechos en ese país. El propio Moratinos expresó en mayo al dictador Ben Alí, de 73 años y en el poder desde el golpe de Estado de 1987, su voluntad de firmar este acuerdo en 2010. Francia, antigua metrópoli, confirmó en diciembre que apoya «sin reservas ni precondiciones» el acuerdo. Un mes antes, Ben Alí salía reelegido como presidente, en unas elecciones sin sorpresas ni garantías, con un 89,62% de los votos, y Sarkozy era el primero en felicitarlo. «La mayoría de las fuerzas democráticas no contábamos con estas elecciones -explica Fathia Hizem, de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas- porque sabemos que la partida está jugada de antemano: las listas electorales están controladas por el Ministerio de Interior, se hacen leyes a medida para que ciertos candidatos no se puedan presentar, se impide a la sociedad civil participar, muchos partidos de oposición se ven obligados a trabajar en la clandestinidad…».
Libertad de prensa
En cuanto a la prensa, según Hizem, «durante la campaña, todos los periódicos excepto los tres de los partidos de oposición, que sufren la censura, dedicaron 89% de su espacio al partido en el poder, y la mujer del presidente ocupó más espacio que todos los partidos de oposición juntos». En los últimos meses, además de los activistas de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, entre los que se encuentra Al-Yazira, han visto acrecentados los ataques en su contra, numerosas webs son inaccesibles desde el país, los blogueros críticos son reprimidos y el pasado mes dos periodistas fueron condenados a prisión. En respuesta, el 10 de diciembre se creó el Comité Nacional de Defensa de la Libertad de Expresión y de Información, que denuncia el control del sector mediático por el poder y el «grave deterioro» de estas libertades.
Pero los intereses de Europa en Túnez, que en 1995 se convirtió en el primer país del Magreb en firmar un Acuerdo de Asociación con la UE, son importantes, primero a nivel económico (en 2008 se puso en marcha una zona de librecambio para los productos industriales y se pretende liberalizar todo el comercio de productos y servicios), después a nivel de control de las fronteras contra la inmigración y también como socio en la «lucha contra el terror». «La desaparición de la idea de terrorismo sólo se puede lograr con la democratización de la sociedad, con la apertura de la libertad de prensa, de la libertad de asociación…
Pero aquí se usa el terrorismo como pretexto para acabar con el movimiento democrático», explica Hizem. Según el informe de 2009 de Amnistía Internacional, 450 personas habían sido «condenadas a prisión en juicios injustos por cargos de terrorismo», y muchos de ellos sufrieron torturas. Todo esto en un país en que hay 140.000 policías para sólo diez millones de habitantes. Por todo ello, y ante la indiferencia de los Estados, Hizem hace un llamamiento a «la sociedad civil europea para que nos apoye en nuestra lucha por la democracia».
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Tunez-la-dictadura-de-Ben-Ali.html