Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens
Un juez federal autorizó el proceso el 13 de septiembre de 2006 ante un jurado federal de un sacerdote y de dos veteranos por dañar un misil nuclear intercontinental Minuteman III en Dakota del Norte.
Los tres, vestidos de payasos, golpearon y vertieron su sangre sobre el silo del arma de 40 toneladas de peso. La bomba tiene 20 veces el poder destructivo de la lanzada sobre Hiroshima. Si fueran condenados por las acusaciones por daños criminales a la propiedad, cada uno enfrenta hasta 10 años en una prisión federal y multas de hasta 250.000 dólares.
Se disfrazaron de payasos «para mostrar que el humor y la risa son elementos clave en la lucha por transformar las estructuras de destrucción y muerte. Los payasos, como los bufones en las cortes, fueron a veces los únicos que podían sobrevivir después de decir la verdad al poder.»
Las ojivas lanzadas desde el silo de misiles Minuteman III pueden alcanzar cualquier destino dentro de 9.600 kilómetros en 35 minutos. La bomba nuclear lanzada desde un silo Minuteman produce radiación incontrolable, un calor masivo y una explosión capaz de volatilizar y arrasar todo dentro de un radio de 80 kilómetros. Más allá de los 80 kilómetros – llegando a cientos de kilómetros – la explosión, el calor generalizado, tormentas ígneas y rayos gama y de neutrones apuntan a matar, herir gravemente y envenenar a todo ser viviente y a causar daños a largo plazo al entorno.
Como Minuteman III es un arma de destrucción masiva, argumentaron, es ilegal según el derecho internacional.
En una declaración, los acusados cuestionan la hipocresía de la política de USA respecto a las armas nucleares: «Los dirigentes de USA hablan del peligro de que otras naciones adquieran armas nucleares mientras nuestra nación posee miles de horribles armas de destrucción masiva. Nuestra nación no actúa según el Tratado de No-Proliferación Nuclear que compromete a USA a adoptar pasos para desarmar sus armas de destrucción masiva. Actuamos a fin de llamar la atención hacia la responsabilidad de la gente por el desarme de las armas de terrorismo de Estado.»
El juez se negó a desestimar las acusaciones diciendo: «Las leyes de USA no apoyan la teoría de que un individual tenga un derecho o una responsabilidad de corregir una violación percibida del derecho internacional o de la ley humanitaria o de la ley tribal o de la ley religiosa destruyendo intencionalmente propiedad del gobierno.»
Conocidos como Weapons of Mass Destruction Here Plowshares [Arados de armas de destrucción masiva (Para más información al respecto vea http://www.bandera.org/articulo.php?articuloID=477 – N.del.T.), los acusados son: el padre Carl Kabat, de 72 años, sacerdote católico que ha pasado más de quince años en la prisión por protestas antinucleares; Greg Boertje-Obed, 51 años, casado, padre y ex oficial militar; y Michael Walli, 57 años, veterano de Vetnam. Boertje-Obed y Walli son también miembros de la Comunidad de Trabajadores Católicos Panes y Peces en Duluth, Minnesota.
Francis Boyle, profesor de derecho en la Universidad de Illinois, presentó su opinión legal al tribunal en apoyo de la desestimación de las acusaciones: «Como la ‘propiedad’ presuntamente dañada forma parte de una amenaza ilegal y criminal de utilización de un arma de destrucción masiva, estos acusados actuaron legal y razonablemente para impedir los más flagrantes y fundamentalmente prohibidos de todos los crímenes, los crímenes de guerra.»
El testimonio del alcalde de Hiroshima sobre los efectos de las armas nucleares y la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia ilegalizando las armas nucleares fueron sometidos al tribunal.
«No somos criminales,» dijo el padre Kabat ante el tribunal. «Seguimos las leyes de la moralidad. ¡Estas armas son crímenes contra la humanidad!»
El juicio por jurado será realizado en Bismarck, Dakota del Norte. Los acusados, que siguen en la prisión a la espera del juicio, visten ahora monos carcelarios con rayas negras y blancas. No han dicho nada todavía sobre cómo se vestirán para su presentación ante el tribunal.
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Bill Quigley es un abogado de derechos humanos y enseña en la Escuela de Derecho de la Universidad Loyola en Nueva Orleans. Bill es asesor legal de los manifestantes. Para contactos, escriba a: [email protected]
Para más información sobre el próximo proceso contacte a Loaves and Fishes Community en Duluth en 218.728.0629 o Nukewatch en 715.472.4185. Copias de algunos alegatos en el caso, fotos y actualizaciones sobre los manifestantes aparecen en el sitio en la Red de Jonah House: http://www.jonahhouse.org
Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft y se puede reproducir libremente, a condición de mencionar al autor, al traductor y la fuente.
http://www.counterpunch.org/quigley09082006.html