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Un topo de Bush metido entre los periodistas de la Casa Blanca

Fuentes: IAR

El escándalo promovido por un falso reportero excesivamente «condescendiente» con el Presidente puso al descubierto un sistema de corrupción imperante en la Casa Blanca, donde periodistas son sobornados para favorecer a Bush

Jeff Gannon era un periodista «afortunado» que en repetidas ocasiones conseguía el privilegio de preguntar en la Casa Blanca (pasando por el resto de sus colegas) y que en repetidas ocasiones desvió preguntas incómodas dirigidas al presidente.

Su excesivo protagonismo en las ruedas de prensa de la Casa Blanca y sus preguntas edulcoradas a Bush desataron las sospechas de sus compañeros, que terminaron acusándolo de ser un topo del Partido Republicano utilizado para desviar la atención de los temas más incómodos para el presidente.

En una Casa Blanca que, desde los atentados del 11-S, es una auténtica prueba de obstáculos, donde los periodistas se someten a una serie de comprobaciones exhaustivas, Gannon podía moverse con una comodidad que empezó a llamar la atención.

Gannon siempre conseguía hacer preguntas en las ruedas de prensa, no sólo en las que diariamente ofrece el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, sino también en las que ha concedido el propio presidente, George W. Bush, en las que la oportunidad de preguntar es un auténtico privilegio.

Pero las preguntas hacía Guckert, o Gannon, eran siempre tendenciosas, y siempre a favor del Gobierno. Cada vez que el vocero McClellan se veía en apuros por alguna pregunta le habilitaba la palabra a este corresponsal, que enseguida cambiaba el tema preguntando otra cosa.

The Boston Globe recogía hace unos días en un artículo sobre Jeff Gannon la polémica de la que desde hacía semanas llevaban haciéndose eco numerosos weblogs estadounidenses.

El Globe cuestionaba por qué la Casa Blanca había facilitado una acreditación a este reportero «sin antecedentes periodísticos» que hacía «preguntas suavizadas» al presidente Bush y a su jefe de prensa y que reproducía en su medio «largos pasajes de los informes oficiales de prensa como si fueran artículos originales».

Según los medios de EEUU, ‘TalonNews.com’ está dirigido por un delegado y activista político del Partido Republicano de Texas, que posee también ‘GOPUSA.com’, un sitio web que se atribuye la misión de «llevar el mensaje conservador a América».

McClellan reconocía que a Gannon nunca se le pidió un pase de prensa ‘regular’ para la Casa Blanca y que, en lugar de eso, durante los últimos dos años accedió a los encuentros con acreditaciones puntuales.

Estos pases de prensa de día, según McClellan, suelen concederse a cualquiera que escriba para una organización que publique regularmente.

El secretario de Prensa de Bush justificaba la presencia de Gannon asegurando que muchos otros reporteros y comentaristas políticos de medios menos conocidos e incluso de otras áreas distintas a la política, suelen también acudir a las ruedas de prensa.

McClellan decía que no está en manos de la Casa Blanca decidir quién es y quién no es periodista y rechazaba cualquier teoría sobre una supuesta conspiración.

La gota que colmó llegó el pasado 26 de enero, cuando en su última rueda de prensa televisada, Bush le dio la palabra, en detrimento de otros medios más importantes.

Gannon preguntó sobre el Partido Demócrata: «Usted ha dicho que va a extenderles la mano ¿Cómo va a colaborar con una gente que parece haber perdido el sentido de la realidad?»

El caso llamó la atención de algunos legisladores, como la congresista demócrata Louise Slaughter pidió explicaciones directamente a la Casa Blanca.

Según Slaughter, la Casa Blanca permitió el acceso de Gannon a sabiendas para poder contar con un periodista «amigo» en las ruedas de prensa.

La Casa Blanca respondió, por boca de su portavoz, que el corresponsal se sometió al mismo proceso de comprobación «que cualquier otro».

«En la época en la que vivimos, de medios cambiantes, no es fácil decidir o elegir quién es periodista -explicó McClellan- Nos metemos en el tema de periodismo partidista. ¿Dónde trazas la raya? Hay más gente que cruza la línea en la sala de prensa».

Todo el escándalo llevó a que esta semana Gannon presentase su dimisión.

El miércoles, Gannon anunció en su página web que renunciaba: «a causa de la atención que se me ha prestado, encuentro que ya no me es posible ser de manera efectiva reportero para Talon News«.

En declaraciones al periódico The Washington Post, Gannon reconoció que su inclinación política es conservadora, y aseguró que sus colegas «también son partidistas, lo que pasa es que ellos no lo admiten».

Gannon ha negado cualquier vínculo con el Partido Republicano de Bush, según señala Editor&Publisher.

En una entrevista con este medio aseguraba además que jamás había contribuido a una campaña política, «que es más de lo que se puede decir de algunos de mis compañeros», añadía.

La cuestión es que Gannon, que nunca ha revelado su edad, nunca explicó cuál ha sido su formación ni en qué medios ha trabajado, y por que razón utilizaba un nombre falso.

De hecho, parece que TalonNews.com también le ha dejado a él porque resulta prácticamente imposible encontrar sus artículos en el periódico, de donde parecen haberse esfumado.

El «caso Gannon» se añade a la polémica creada en torno a la política informativa del Gobierno, después de que saliera a la luz que había pagado a varios columnistas conservadores para que promocionaran su política.

Entre otros, el comentarista Armstrong Williams se disculpó en enero por no haber revelado que su empresa recibió 240.000 dólares para promover la ley de Educación.

Y la columnista Maggie Gallagher reconoció un contrato de 21.500 dólares con el Departamento de Sanidad para promocionar un iniciativa de Bush a favor del matrimonio.

Atajándose del escándalo que se avecinaba con su periodista topo, en rueda de prensa del 26 de enero, el presidente se manifestó en contra de este tipo de prácticas y solicitó que se terminara con las mismas. «Tiene que haber independencia», dijo Bush.