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Una investigación de la ONU financiada por Shell exonera a la petrolera de los vertidos en Nigeria

Fuentes: Guin Guin Bali

Sí, a priori, no resulta muy sorprendente. Según una investigación llevada a cabo por Naciones Unidas durante los últimos tres años, la compañía neerlandesa sólo es responsable del 10% de la contaminación que ha sufrido el Delta del Níger desde hace 40 años y por la que fue condenada a pagar una indemnización en un […]

Sí, a priori, no resulta muy sorprendente. Según una investigación llevada a cabo por Naciones Unidas durante los últimos tres años, la compañía neerlandesa sólo es responsable del 10% de la contaminación que ha sufrido el Delta del Níger desde hace 40 años y por la que fue condenada a pagar una indemnización en un Tribunal nigeriano. El 90% restante, dice esa investigación, proviene del sabotaje de la población local. Sucede, eso sí, que la investigación de marras la ha financiado la propia Shell. Por eso no sorprende, aunque sí ha sido recibida con profunda indignación entre las comunidades afectadas y por Amnistía Internacional, que reta a la ONU a demostrar esos resultados.

Con los 10 millones de dólares que ha donado Shell al Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA) para llevar a cabo esa investigación, encargada por el Gobierno nigeriano, ésta ha concluido que sólo el 10% de la contaminación de petróleo en Ogoniland ha sido causado por fallos en los equipos o negligencia de la empresa; el resto provienen de los robos y sabotajes por parte de la población local a oleoductos de Shell, lo que denominan «bunkering».

El anuncio fue realizado por Mike Cowing, jefe de un equipo de la ONU integrado por100 personas que han estado estudiando los daños ambientales en la región.

Sus comentarios, en una sesión informativa en Ginebra la semana pasada, han causado indignación entre las familias de Ken Saro-Wiwa y los otros ocho líderes que fueron ahorcados por el gobierno de Nigeria en 1995 después de un levantamiento pacífico contra la contaminación de Shell.

Con 606 campos de petróleo, el delta del Níger suministra el 40% del crudo importado por EE.UU. La esperanza de vida en sus comunidades rurales, la mitad de los cuales no tienen acceso al agua potable, se ha reducido a poco más de 40años en las últimas dos generaciones.

Las comunidades aceptan que el abastecimiento de combustible se ha convertido en moneda corriente en algunas zonas del territorio ogoni, pero aseguran que se trata de un fenómeno reciente, y la mayoría de la contaminación histórica ha sido causada por las operaciones de la empresa.

El año pasado, Amnistía calculó que se ha derramado en los últimos 50 años el equivalente a, al menos, 9 millones de barriles de petróleo, casi el doble del vertido reciente en el Golfo de México.

Tanto para las comunidades, como para diversos grupos ecologistas y la propia Amnistia Internacional, el estudio carece de imparcialidad, ya que tanto el Gobierno como la empresa tienen intereses en el asunto. Audrey Gaughran, director global de AI ha advertido que «el PNUMA debe tener en cuenta que las cifras han sido seriamente cuestionadas durante años y carecen de credibilidad; basarse en ellas sería un grave error de cálculo con consecuencias potencialmente significativas para los que viven en la zona».

«Al pueblo del Delta del Níger se le ha mentido y negado la justicia durante décadas; la causalidad de los derrames es un asunto sensible; Si el PNUMA se va a pronunciar al respecto, debe hacerlo sólo sobre la base de evidencias sólidas y creíbles, no datos que ya de antemano son una fuente de conflicto» añadió.

Una advertencia que no es nueva, en realidad. Ya en junio de 2009,un informe de Amnistía Internacional sobre el impacto que la contaminación por hidrocarburos tiene en materia de derechos humanos concluyó que la investigación entorno a los derrames en el Delta del Níger carecía totalmente de independencia, y era insuficiente para determinar la proporción que se podía achacar a unos y otros. Y que incluso, las compañías petroleras en muchos casos tienen una influencia significativa a la hora de determinar la causa de un derrame. Es decir, que hay casos, y el informe los documenta, en que Shell ha afirmado que un determinado derrame ha sido consecuencia del sabotaje, y posteriormente otras investigaciones o los tribunales lo han cuestionado. Por eso, lo que exige AI es un control independiente de la industria petrolera en el Delta del Níger, incluida la divulgación de toda la información pertinente a las causas de la contaminación.

Entre 1989 y 1994 Shell estima que sólo el 28% de petróleo derramado en el delta del Níger fue causado por un sabotaje. En 2007 había aumentado a 70%. La cifra dada ahora por la compañía ha subido a más del 90%. Amnistía Internacional ha pedido repetidamente a Shell que presente pruebas de ello, pero ésta ha sido incapaz de hacerlo. «A pesar de que el sabotaje y el vandalismo son problemas graves, no hay pruebas para apoyar las cifras ofrecidas por las compañías petroleras y los organismos de gobierno de Nigeria», dijo Audrey Gaughran.

En el informe completo, que se publicará en diciembre, y que el propio Cowing ha tenido que reconocer que «será controvertido» se espera la valoración de una catástrofe ecológica. «Esto no es comparable a los derrames ocurridos en el Golfo de México», dijo el miembro de la ONU, Cowing, «pero tenemos un problema grave y profundo», reconoció.

Los grupos ecologistas también se han mostrado consternados. Nnimmo Bassey, presidente de Amigos de la Tierra y director de Environmental Rights Action, ha declarado que «es increíble que la ONU diga que el 90% es culpa de las comunidades. La evaluación del PNUMA está siendo pagada por Shell. Su conclusiones pueden ser adaptadas para satisfacer a su cliente. Nosotros realizamos controles de forma regular y hemos observado todo lo contrario».

En cuanto a las comunidades rurales como Ejama-Ebubu, esto añade sal a la herida. Tuvieron que esperar 40 años para que Shell fuera condenada a limpiar el derrame masivo que ha devastado su tierra. El Alto Tribunal Federal de Nigeria le impuso además una multa de 100 millones de dólares por daños y perjuicios. Sin embargo, la compañía se ha negado a pagar, y por supuesto, las tierras, siguen anegadas, a pesar de que se comprometió a acometer la limpieza. Y ahora les acusa de ser los principales culpables.

Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=2&id=793