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Observaciones en torno a un artículo de Xavier Domènech

¿Una nueva fuerza política? ¿Para Cataluña?

Fuentes: Rebelión

«Una nueva fuerza política para Catalunya» -¡ para Cataluña!- es el título del artículo que el diputado Xavier Domènech [XD] ha publicado recientemente en La Vanguardia [1]. Sus tesis y reflexiones y mis observaciones. Hemos andado mucho, nos recuerda XD, desde que Ada Colau pronunció la palabra «confluencia» (que no entrecomilla) en la presentación de […]

«Una nueva fuerza política para Catalunya» -¡ para Cataluña!- es el título del artículo que el diputado Xavier Domènech [XD] ha publicado recientemente en La Vanguardia [1]. Sus tesis y reflexiones y mis observaciones.

Hemos andado mucho, nos recuerda XD, desde que Ada Colau pronunció la palabra «confluencia» (que no entrecomilla) en la presentación de lo que sería BCN en Comú, un término que por supuesto no es la primera vez que pronunciamos. La idea de confluencia, prosigue el diputado de En Comú, «expresaba en este caso algo diferente que la vieja idea de unidad de las izquierdas». Vieja, tal vez, pero en absoluto despreciable ni ubicada en el archivo de los trastes inservibles. ¿De dónde ese «algo diferente»?

Según XD: 1. «Porque hacía referencia a un proceso de construcción que interpelaba ampliamente a toda la ciudadanía, a personas de los más diversos campos que habían vivido la experiencia del 15-M como un momento claramente transformador, y a las fuerzas políticas que habían leído el cambio de ciclo histórico en el que estamos inmersos». Pero también, añade, «y sobre todo, porque no se trataba de agregar sólo fuerzas, no se trataba de sumar sino de multiplicar, haciendo del todo algo más, mucho más, que la suma de las partes». No consigo ver la novedad de la supuesta novedad; lo hemos intentado muchas veces. Sin ir más lejos, el Frente Cívico pretendía algo muy similar. Desde aquel 2014, remarca el diputado de En comú, «han sido varios los procesos de confluencia en una historia extraordinaria». No sé si la historia es tan extraordinaria pero no hay que quitar mérito alguno a lo que a continuación señala: «La capital catalana [dejo lo de «capital catalana» que no es expresión inocente por supuesto] está gobernada precisamente por una confluencia y el espacio de los comunes ha ganado -la primera vez contra todo pronóstico- por dos veces las elecciones generales en Catalunya». Vale, un exitazo. En todo caso, sabido es y a nuestras historias podemos remitirnos, no se trata sólo de ganar y gobernar sino de qué practicas se siguen realmente al conseguir resultados exitosos.

Ahora, en opinión de XD, «es el momento de dar un paso más en el que las confluencias se conviertan ya definitivamente en una nueva fuerza política catalana». Este es el punto, el paso siguiente . Los resultados electorales de las dos últimas convocatorias, 20D y 26J, «confirman una verdad que ahora nos parece a todos evidente (a pesar de que no lo fuera antes del 20-D): los comunes se pueden convertir en una fuerza hegemónica en la Catalunya metropolitana». No sé si la verdad a la que alude XD nos parece a todos evidente, me da que no, y, desde luego, los comunes pueden convertirse -o no, claro está- en lo que XD llama la «Catalunya metropolitana». De ser posible, es posible. Pero, además, también confirman esos resultados en su opinión otra verdad «que quizás ha pasado más desapercibida: los comunes pueden ser una fuerza real y presente por toda Catalunya. Y eso es así no tan sólo por los resultados en la segunda y tercera corona metropolitana, sino también por los resultados de Lleida ciudad, las Terres de l’Ebre , Tremp, Berga, Ripoll u Olot». El PSUC, en su día, también alcanzó esos resultados. Por lo demás, y como XD sabe mejor que yo, parte de esos votos a los que hace referencia tienen que ver con los votantes huérfanos de la CUP en las elecciones generales, elecciones en las esta formación que se dice de izquierda radical transformadora, y comunista en algunas aristas, tiene a gala, superando a Batasuna o a Bildu, no mezclarse con el resto de ciudadanos españoles en asuntos que conciernen al conjunto. Ellos no son de España, son de los Países Catalanes y punto y a punto.

Las causas de estos éxitos electorales, de nuevo es XD quien escribe, «pueden analizarse de muchas formas, pero mi impresión es que este espacio se ha constituido para muchos como la mejor representación de la necesaria respuesta a la crisis social y económica del país, de todo el país». Dicho así, de forma tan genérica, es posible que sea parcialmente cierto. Para muchos o para bastantes tal vez ese sea el caso; no es la opinión de muchos otros.

Prosiguiendo por la misma senda, XD considera que a pesar de «la progresiva sustitución de la antigua CiU por ERC a nivel local en algunas partes del país, lo cierto es que la articulación de alternativas territoriales es algo cada vez más urgente». No me queda clara la idea expresada pero es igual. Sea como dice. La crisis social, económica y ecológica «se encarna también en una crisis territorial». ¿La crisis social, económica y ecológica se encarna también en «una crisis territorial»? ¿Y cómo se encarna, curioso término el elegido, y quién o quiénes están provocando esa encarnación? Por supuesto, supongo, los peperos neofranquistas pero algo han hecho también a este respecto las fuerzas secesionistas .Cat que, en sus sectores más derechistas, han pasado cinco años-luz de la crisis social, económica y ecológica a la que alude XD (de hecho, algunos listillos han sacado tajado) y han usado además «el conflicto territorial» para desviar la atención de los sectores sociales populares que han sido esquilmados por ellos mismos (no por negra España-araña). No lo digo yo, que no cuento, lo ha dicho todo un conseller, Santi Vila, la esperanza blanca, según dicen, de la ex CDC sin nombre en estos momentos.

Todo ello, opina XD, «en el marco de una economía globalmente poco competitiva, a pesar de haber «conseguido» tener los niveles de precariedad laboral más altos de los países ricos, con los índices de productividad estancados en niveles del año 2000 y excesivamente terciarizada y dependiente». No sólo de precariedad sino de paro y de duras condiciones de trabajo, por no hablar lo que sucede en la economía sumergida y en la situación de centenares de miles de jóvenes. Sea como fuere, el paso está escrito en un lenguaje bastante raro siendo el que escribe un líder o responsable político de izquierdas: países ricos, índices de productividad, excesivamente terciarizada. Raro, muy raro.

Partiendo de aquí, va concluyendo XD, «la construcción de la nueva fuerza política tiene que ser básicamente una construcción programática hacia fuera, hasta conseguir aglutinar las demandas sociales, nacionales y democráticas que son mayoritarias y transversales en el pueblo catalán». ¿Y cuáles con esas demandas mayoritarias y transversales? ¿Alguna concreción? En el ámbito de las demandas nacionales, ¿se está hablando del derecho de autodeterminación, del derecho a dividir-decidir? ¿Alguna posición al respecto? ¿Se apuesta por el federalismo? La construcción, además, «no tiene que ser principalmente organizativa, sino de país para una nueva Catalunya». ¿De país? ¿Y qué será eso? ¿Para una nueva Catalunya? ¿Dónde habremos oído eso de «nueva Catalunya»? ¿No les suena?

Para XD todo esto es un proceso -¡de nuevo la palabra mágica!- que «tendría que culminar, en no más de medio año, con una gran convención constituyente como momento fundacional de esta nueva fuerza política». ¿De dónde las urgencias? ¡Medio año! En todo caso, si no entiendo mal, lo que propone XD es la constitución de una nueva (es un decir) fuerza política en la que se disuelvan todas las fuerzas que en ella confluyan. Cito algunas: Podemos, EUiA, ICV, En Comú, PCC, Psuc-viu. Vamos, en su perspectiva que no es la mía, como si habláramos de la fundación de un nuevo PSUC-POUN, juntos ambos, 80 años después.

El programa de la que parece ser la nueva formación: «su camino se inicia con un amplio proceso de debates y elaboración en los próximos meses, extendido por todo el territorio, que urda al mismo tiempo la trama del nuevo espacio político y nos permita salir de la situación actual». Un poco lo de siempre, lo que hemos intentado en repetidas ocasiones. Estamos, en opinión de XD, «en un callejón sin salida histórico, donde la propuesta de cambio progresista de los comunes tiene que poder ir más allá del keynesianismo, basándose en la justicia social y los bienes comunes y en una democracia que llegue a todas las esferas de nuestras vidas». Lo de la justicia social está mejor que bien pero la falta de concreción es también evidente. La justicia social, desgraciadamente, como el ser aristotélico se dice de muchas maneras (incluso el PP, Ciudadanos o la antigua CDC hablan en esos términos). La transparencia, el rendimiento de cuentas, el reconocimiento nacional, revertir los recortes o luchar contra la corrupción, afirma el líder de En comú, «tan sólo pueden ser un primer paso en este sentido». Como primer paso, dejando aparte el reconocimiento nacional que tal vez quiera decir que en la Constitución española se debe dejar constancia que Cataluña es una nación (¿y qué pasa si lo fuera?, ¿tendría que tener más derechos y más poder que Aragón o Andalucía por ejemplo?), no está mal del todo pero no hay nada especial ni muy de izquierdas en lo señalado. Es transversal en el sentido menos interesantes del término. Demandas mínimas, nada comunero. Muchísimas fuerzas y colectivos, no todos ellos de izquierda, están en la misma onda (aunque sea de palabra).

El cierre es lenguaje muy usado, muy genérico y un pelín confuso. «El proceso de nacimiento de esta fuerza política se tiene que tejer así con la propia construcción de un país que está viviendo tiempos constituyentes, con un marco autonómico claramente en quiebra». La concreción, en este sentido, de una propuesta sobre la cuestión nacional, de nuevo el gran tema-monotema, «parte de la certeza de que tenemos que construir Catalunya no desde un horizonte antes del cual todo parece subordinado a su misma realización, sino desde la articulación de alternativas concretas y, por concretas, realmente globales. Es el aquí y el ahora y no la llegada de un día D que nos instala en un tiempo de espera vacío de cambio». Lo del día D debe ser crítica a los cupaires y afines. Lo otro es lenguaje de especialistas y politólogos. Lo de concretas y globales puede estar muy bien o ser un lema publicitario.

No queda oculta la perspectiva nacionalista del análisis, escrita con el nuevo e intrincado lenguaje: «La opción aquí es construir el país desde una amplia mayoría soberanista, que quiere poder hablar de todas las soberanías, e incluir en este marco el derecho a decidir, no desde la parte, sino desde el todo. Se trata de construir para decidir, no de decidir para construir». Lo último suena hermoso pero se entiende poco políticamente. ¿Una crítica a la perspectiva de la CUP? Seguramente. ¿De todas soberanías implica aquí las relaciones de Cataluña no sólo con el resto de España sino con la UE? ¿A qué todo refiere ese «todo»? Ya se nos aclararán las cosas, supongo, en su momento. El articulo, esto no es una crítica, tiene una clara dimensión de propaganda política y no se puede decir todo en una nota por supuesto.

Ciertamente, señala finalmente, XD, «se tendrá que precisar una propuesta también en este terreno, pero tiene que ser una propuesta llena de horizontes de cambio, tiene que ser una propuesta que parta de las mayorías existentes». Aquí, resalta, «la cuestión no puede ser de poder, tiene que ser de país, no puede ser de hojas de ruta y elecciones, ­tiene que ser de alternativas concretas, y por concretas, globales». ¿Y por qué tiene que partir de mayorías existentes que han sido construidas a lo largo de años y años? ¿No pueden alterarse esas mayorías? ¿Una cuestión de país que no sea de poder? ¿Pero esto va en serio? ¿Alternativas concretas, y por concretas, globales, opuestas a hojas de ruta y nuevas elecciones? ¿Y esto cómo se come? ¿Qué tendrá XD y sus comunes en la cabeza? Lo ignoro, escriben en clave… aunque en el fondo se les entiende.

Lo dejo aquí. En síntesis: una fuerza política nueva (no tan nueva) que tiene como horizonte Cataluña .Cat, que intenta unir (y posteriormente desmantelar tal vez) a un conjunto de fuerzas, con un programa social muy genérico pero, sobre todo, desde una perspectiva nacional-nacionalista. Lo conocido, el lodazal en el que ha caído un sector muy importante de la izquierda catalana, que no debería ser por o para Cataluña. Por cierto, ¿y qué pensará Podem .Cat?

¿Cuántas veces aparecen las palabras «Cataluña» (perdón: «Catalunya»), «país», «soberanía» o «catalanes» en el artículo de XD? ¿Cuántas el término «federalismo», «federalista», «desigualdades sociales», «explotación», «unión de trabajadores», «fraternidad de pueblos y ciudadanos»? Pueden contar, es fácil. No me atrevo a preguntar por España, que debe ser sonar a muy rancio a pesar de que los comunes forman parte en el Congreso de una fuerza española como Unidos Podemos, cuyos diputados no parece que sean zafios, brutos, uniformistas, taurinos y neofranquistas. Incluso están, erróneamente aunque con buena voluntad, por el inexistente derecho a decidir-dividir.

Nota:

1) http://www.caffereggio.net/2016/09/14/una-nueva-fuerza-politica-para-catalunya-de-xavier-domenech-en-la-vanguardia/

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