NACIONES UNIDAS – La mayor Steplyne Buyaki Nyaboga, originaria de Kenia, destaca el establecimiento de patrullas militares con perspectiva de género en las comunidades agrícolas de Darfur Central, en Sudán, como uno de los momentos de mayor orgullo de su misión de dos años con la Operación Híbrida de las Naciones Unidas en África (Unamid).
Antes de que se crearan esas patrullas, las agricultoras desplazadas manifestaban una gran preocupación por la seguridad para llegar a sus granjas, lo que dificultaba su capacidad para mantener a sus familias.
Las patrullas aportaron seguridad y paz a las mujeres, al nacer como producto en 2000 de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en una decisión que reconoció el impacto único de los conflictos armados en las mujeres y las niñas.
También representan el tipo de acción por la que Nyaboga ha sido designada como Defensora Militar del Género del Año de la ONU 2020.
El premio, que se concede anualmente desde 2016, reconoce la dedicación y el esfuerzo de un miembro del personal de mantenimiento de la paz en la promoción de los principios de la mujer, la paz y la seguridad
En un mensaje de vídeo, dijo que recibía el prestigioso galardón “con gran humildad y una alegría sin precedentes”. “Con este premio, recibo un gran reconocimiento para seguir defendiendo los ideales de la agenda de la mujer, la paz y la seguridad, tal y como se recoge en la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, añadió Nyaboga.
Es la primera pacificadora keniana que recibe el premio de la ONU.
Representantes del Ministerio de Defensa de su país se sumaron a la felicitaron por su logro, afirmando que “ella había actuado de forma ejemplar”, lo que enorgullecía a todos los kenianos, especialmente a las mujeres.
El secretario general de la ONU, António Guterres, elogió a Nyaboga por su compromiso de mejorar la vida de las mujeres que sufrieron mucho durante el conflicto armado de Sudán.
En la ceremonia virtual de entrega de los premios, celebrada el jueves 27 de mayo, resaltó que las mujeres que sufrieron desplazamientos forzados, violencia sexual y marginación política “encontraron su voz y una defensora” en la keniana pacificadora.
“A través de sus esfuerzos, la comandante Nyaboga introdujo nuevas perspectivas y aumentó la concienciación sobre los problemas cruciales que afectan a las mujeres y los niños en toda la misión (de Unamid), y ayudó a fortalecer nuestro compromiso con las comunidades locales”, afirmó Guterres.
Recordó también que “ella organizó campañas y talleres destinados a abordar los problemas que afectan a las mujeres de Darfur”.
Nyaboga también fue reconocida por formar al contingente militar de la misión en cuestiones como la violencia sexual y de género.
“Esto ayudó a nuestro personal de mantenimiento de la paz a comprender mejor las necesidades de las mujeres, los hombres, las niñas y los niños, y reforzó el vínculo de la misión con las comunidades locales”, destacó Guterres.
“Su entusiasta enfoque práctico supuso una profunda diferencia para sus colegas y para la población de Darfur. Sus esfuerzos, su compromiso y su pasión son un ejemplo para todos nosotros”, aseguró el secretario general.
La ceremonia de entrega del premio se celebra anualmente el 27 de mayo, Día Internacional del Personal de Paz de las Naciones Unidas. También es el día en que se reconoce a los miembros del personal de mantenimiento de la paz que perdieron la vida el año anterior, por su servicio a la organización.
Este año, 129 militares, policías y civiles que participan en el mantenimiento de la paz fueron condecorados a título póstumo con la Medalla Dag Hammarskj ld. Proceden de 44 países y murieron mientras servían a la ONU entre enero de 2020 y enero de 2021.
El premio lleva el nombre de un antiguo secretario general de la ONU, que también murió en acto de servicio. Se vio involucrado en un accidente aéreo cuando participaba en las negociaciones de paz en el Congo.
Según la ONU, algunos de los 129 miembros del personal de mantenimiento de la paz homenajeados este jueves 27 murieron como consecuencia de actos malintencionados, otros en accidentes, mientras que algunos sucumbieron a una enfermedad, como la covid-19.
Sus muertes elevan a 4000 el número de mujeres y hombres que han perdido la vida desde 1948 mientras servían a la ONU.
Durante la ceremonia virtual, Guterres recordó que el personal de mantenimiento de la paz sigue enfrentándose a inmensos retos y amenazas.
“Trabajan duro todos los días para proteger a algunos de los más vulnerables del mundo, al tiempo que se enfrentan a la doble amenaza de la violencia y la pandemia mundial”, dijo.
“Pese a la covid-19, en todas nuestras misiones, el personal de mantenimiento de la paz no sólo se ha adaptado para seguir cumpliendo sus tareas principales, sino que también está ayudando a los esfuerzos nacionales y comunitarios para luchar contra el virus. Estoy orgulloso del trabajo que han realizado”, añadió.
El Día del Personal de Paz de la ONU se celebró este año bajo el lema “El camino hacia una paz duradera: Aprovechar el poder de la juventud para la paz y la seguridad”. Se centra en la importancia de la contribución de la juventud a la agenda de la ONU y en el importante papel de los jóvenes en los esfuerzos por la paz, a nivel mundial.
“Desde la República Centroafricana hasta la República Democrática del Congo, pasando por el Líbano, nuestro personal de mantenimiento de la paz trabaja con los jóvenes para reducir la violencia y mantener la paz, entre otras cosas mediante programas de desarme, desmovilización y reintegración y de reducción de la violencia en la comunidad”, explicó Guterres.
En el momento en que la organización internacional rinde homenaje a los hombres y mujeres de sus misiones de mantenimiento de la paz, el jefe de la ONU dijo que el mundo debe recordarlos y estar agradecido por su valentía, compromiso, servicio y sacrificio.
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