La demanda de la empresa TransCanada por 15.000 millones de dólares demuestra la amenaza del TTIP a la democracia y el medio ambiente
Amigos de la Tierra, Transport & Environment, Ecologistas en Acción y Sierra Club lanzan un nuevo informe durante la celebración de la 12ª ronda de negociaciones del TTIP, Tratado de Comercio e Inversiones entre EE.UU. y la UE, que demuestra la amenaza que suponen los grandes tratados comerciales para la democracia y el medio ambiente [1].
El documento desvela cómo la multinacional TransCanada está utilizando sus privilegios como «inversor» en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) para demandar 15.000 millones de dólares al Gobierno de Estados Unidos tras su rechazo al proyecto del oleoducto Keystone XL [2]. Las organizaciones exigen la retirada del ISDS y de cualquier mecanismo que conceda privilegios a las grandes empresas y arrebate derechos sociales y ambientales a la ciudadanía.
De acuerdo al informe, «Las multinacionales del petróleo contra el clima: cómo los inversores utilizan los acuerdos de libre comercio contra el clima», el caso del oleoducto ejemplifica la amenaza creciente del Mecanismo de Resolución de Controversias entre Inversor y Estado (ISDS), contemplado en el borrador del acuerdo de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea (CETA) y el contemplado con Estados Unidos y la UE (TTIP), ahora conocido como «Sistema de Tribunales de Inversión», pero que sigue respondiendo a los mismos esquemas de privilegios para los inversores extranjeros.
«Las arenas bituminosas de Canadá terminarán de desestabilizar el clima; por lo que Obama tomó la decisión correcta a la hora de vetar el oleoducto. Las políticas comerciales no pueden abrir una puerta trasera que sirva de escaqueo a las empresas en vez de tomar medidas para frenar el cambio climático. Es el momento de renunciar a cualquier tipo de ISDS y detener estos tratados de libre comercio que agravarán el cambio climático. Necesitamos más ambición para enfrentarnos al calentamiento, no privilegios para inversores extranjeros a costa de la ciudadanía y el medio ambiente», ha señalado Alejandro González, coordinador de Amigos de la Tierra.
Estos privilegios permitirán a las multinacionales desafiar directamente las leyes democráticas de los estados en tribunales de arbitraje privados. Si los acuerdos del TTIP y el CETA se aprueban, serán miles de empresas las que tengan la capacidad de demandar a cualquier estado miembro de la Unión Europa, Canadá y Estados Unidos, si los Gobiernos deciden legislar en pro de la ciudadanía y el medio ambiente, pero los inversores consideran que estas normas hacen peligrar sus beneficios.
Recientemente, la Comisión Europea ha presentado el ICS, el Sistema de Tribunal de Inversiones, como alternativa al ISDS en el seno de esta ronda de negociación entre la UE y Estados Unidos. La sociedad civil en cambio está unida en el rechazo a la propuesta, y exige su retirada inmediata, tal y como expresó el 97% de la ciudadanía que se pronunció en la consulta europea. El «nuevo ISDS» no cambia en absoluto los principios del ISDS anterior, ya que mantiene los privilegios de los inversores [3].
Notas:
[1] Las multinacionales del petróleo contra el clima: cómo los inversores utilizan los acuerdos de libre comercio contra el clima (en inglés): http://www.foeeurope.org/oil-
[2] El presidente de Estados Unidos rechaza XL pipeline, noviembre 2015: http://www.foeeurope.org/US-
[3] Jueces cuestionan la legalidad de la propuesta del nuevo ISDS, febrero 2016: http://www.foeeurope.org/TTIP-