La Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), concluida el 11 de mayo, acumuló varias críticas a la política del actual gobierno de Estados Unidos, con numerosas condenas al mundo unipolar, el hegemonismo y las medidas unilaterales
La Declaración de Brasilia aprobada por los gobernantes de 34 países de América del Sur, Medio Oriente y África rechaza «la ocupación extranjera y reconoce el derecho de los Estados y pueblos a resistir» dicha ocupación, de conformidad con el derecho internacional humanitario.
«Cada uno lo entiende como quiere», comentó al respecto el canciller brasileño Celso Amorim.
Al destacar la «importancia de combatir el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones», el texto añade que esto debe hacerse «por medio de la cooperación internacional», «en el ámbito de las Naciones Unidas y de las organizaciones regionales pertinentes» y respetando los derechos humanos.
Señalando controversias sobre el concepto de terrorismo, la Cumbre ASPA pidió la convocatoria de una conferencia internacional para definir dicho crimen y las formas de combatirlo.
Los líderes exhortaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a que ampliara el debate sobre la cuestión, «para que no se imponga la visión de un solo país», explicó el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la rueda de prensa final del encuentro.
Los 16 jefes de Estado y de gobierno y demás representantes de 22 países árabes y 12 sudamericanos afirmaron en la introducción del documento «su oposición a medidas unilaterales y sanciones ilegales impuestas contra Estados».
Según el sitio web oficial de la Cumbre, participaron autoridades de Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Comoras, Djibouti, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez y Yemen, por el mundo árabe.
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay, Venezuela son los sudamericanos representados con delegaciones oficiales.
Una «preocupación» específica se manifestó en relación con las sanciones impuestas por Estados Unidos a Siria, en virtud de la Ley de Responsabilidad de Siria (en inglés, Syria Accountability Act), considerada en la Declaración como violatoria del derecho internacional.
Dicha ley, aprobada por Estados Unidos en 2003, establece una combinación de sanciones económicas y presiones diplomáticas sobre el gobierno sirio, con el propósito de lograr que actúe con más firmeza contra el terrorismo.
«Un Estado palestino independiente con base en las fronteras de 1967, que coexista pacíficamente al lado del Estado de Israel» fue otro reclamo conjunto que refleja la posición reiterada en varios discursos de dirigentes, según los cuales Jerusalén debería ser la capital de Palestina, y los israelíes deben retirarse de los territorios árabes ocupados.
En su discurso final, Lula dijo que defiende la Palestina soberana desde que inició su carrera política, «sin negar la necesidad del Estado de Israel», y felicitó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, por su «sabiduría, tranquilidad y paciencia» en la lucha por alcanzar su objetivo.
Abbas y el presidente de la Liga de Estados Árabes, el mandatario argelino Abdelaziz Bouteflika, se dijeron «satisfechos» por el apoyo de los gobiernos sudamericanos a Palestina.
Se trata de una posición tradicional de los países sudamericanos, pero será necesario un «respaldo más fuerte aún», ahora que los palestinos se aprestan a conquistar su derecho largamente negado y deberán construir su Estado, comentó el canciller egipcio Ahmed Abul Gheit.
La Cumbre aprobó asimismo una moción del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, de apoyo al candidato de ese país, Carlos Pérez del Castillo, a la Dirección General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), quien compite con el postulante francés Pascal Lamy.
Es importante que la dirección de la OMC corresponda a un representante de los países en desarrollo, «para democratizar y ampliar su participación en la conducción de los principales organismos del sistema multilateral», afirma el texto.
La Declaración de Brasilia también se refirió a Iraq, defendiendo «la unidad, la soberanía y la independencia» de ese país, «así como la no injerencia en sus asuntos internos», pero reconociendo las elecciones generales de enero como un «paso decisivo rumbo a la transición pacífica de poder, con miras a un gobierno democrático», en esa nación ocupada por Estados Unidos desde marzo de 2003.
El texto afirmó asimismo el apoyo al gobierno de transición nacido de esos comicios.
El presidente iraquí Jalal Talabani, de la minoría kurda, sostuvo que la guerra en su país tuvo como causa la dictadura del derrocado Saddam Hussein, e invitó a los presentes a visitar el «nuevo Iraq» reconstruido. Además propuso la creación de un banco árabe-sudamericano para fomentar el comercio y las inversiones entre las dos regiones.
Su invitación para que la próxima Cumbre ASPA tenga lugar en su país no obtuvo aprobación. Será Marruecos el anfitrión del segundo encuentro entre jefes de Estado y de gobierno de los países de la Liga Árabe y de la Comunidad Sudamericana de Naciones, en el segundo trimestre de 2008.
El seguimiento de la Cumbre se hará en un encuentro de altos funcionarios en El Cairo, en noviembre de 2005, y en una reunión de cancilleres en Buenos Aires, en 2007. Los cancilleres podrán reunirse extraordinariamente, y la cooperación en distintos sectores, como comercio, inversiones, turismo, transporte y tecnología, será tratada en otras reuniones de ministros de esas áreas.