«Sí, ¡ pero los estadounidenses nos liberaron en el 45 !» ¡ Cuántas veces he tenido que oir decir eso ! En la escuela. Pero también en los debates sobre las guerras actuales de Estados Unidos. La del 40-45, ¿la única «buena» guerra de los EE.UU. ? Puede que haya que matizar. Algunos hechos inquietantes […]
«Sí, ¡ pero los estadounidenses nos liberaron en el 45 !» ¡ Cuántas veces he tenido que oir decir eso ! En la escuela. Pero también en los debates sobre las guerras actuales de Estados Unidos.
La del 40-45, ¿la única «buena» guerra de los EE.UU. ? Puede que haya que matizar. Algunos hechos inquietantes han sido documentados en un excelente libro del historiador Jacques Pauwels (1). Sus documentos irrefutables demuestran que gran parte de las empresas de Estados Unidos han colaborado directamente con Hitler, y no sólo al comienzo de la guerra : Du Pont, Union Carbide, Westinghouse, General Electric, Goodrich , Singer, Kodak, ITT, JP Morgan …
Peor aún. La gran novedad estratégica de Hitler fue la » Blitzkrieg «, la guerra relámpago : dirigir muy rápidamente sus tropas hacia el corazón del enemigo. Para ello, dos condiciones esenciales : camiones y gasolina. Como Alemania no tenia ninguno de los dos, fue Esso la que aprovisionó la gasolina, mientras que los camiones provenían de las fábricas alemanas de Ford y General Motors.
«¡Que esta guerra dure el mayor tiempo posible!»
Pauwels muestra que:
1 . Una gran parte de la patronal de Estados Unidos era pro-Hitler en los años 30 y 40.
2 . Eso cambió sólo cuando las ventas de las empresas estadounidenses fueron puestas en peligro por la agresividad comercial de Alemania en América Latina y en otros lugares. Y las ocupaciones japonesas confiscaban todo el comercio de Asia.
De hecho, los Estados Unidos jugaron un doble juego. Deseaban que la guerra durase mucho tiempo. ¿Por qué?
Por un lado, las enormes ganancias que sus empresas hacian en Alemania estaban aumentando. Por otro lado, se enriquecian por los préstamos a Gran Bretaña, que soportaba todo el peso financiero de la guerra. Por cierto, Washington también ponia como condición que Londres abandonase sus colonias después de la guerra. Así se hizo. Los Estados Unidos se las arreglaron para aprovecharse de la Segunda Guerra Mundial, debilitando a sus rivales y convertiéndose en la única superpotencia capitalista.
Henry Ford: «Ni los Aliados, ni el Eje deberían ganar la guerra. Los EE.UU. deberian proporcionar a ambas partes los medios para seguir luchando hasta que ambos se desmoronen.»
El futuro presidente Harry Truman, 1941: «Si Alemania gana, debemos ayudar a Rusia y si Rusia gana, debemos ayudar a Alemania, para que muera el máximo de cada lado.»
Ese juego cínico sólo terminó cuando la Unión Soviética derrotó a Hitler. Sólo entonces, los Estados Unidos se apresuraron a salvar sus intereses en Europa.
Mañana 6 de junio, se pretendrá que la guerra fue ganada en Normandía y no en Stalingrado. No se dirá que Hitler perdió el 90 % de sus soldados en el Este. Que por un soldado de EE.UU. muerto, hubieron 53 soviéticos. Los libros de texto a veces son raros, ¿no?
Eso es todo, siento mucho haberos arrebatado una de vuestras últimas ilusiones. Mañana, 6 de junio, podréis pensar en todo eso cuando en una playa de Normandía, se celebre a George Bush mientras que su abuelo financió a Hitler. ¿En qué clase de mundo vivimos?
Nota:
(1) PAUWELS, Jacques R. «Le mythe de la bonne guerre: les États-Unis et la Seconde Guerre mondiale». Bruxelles : Aden éditions, 2012. (EPO), 378 p . Muy recomendable, está lleno de revelaciones sobre Roosevelt, Truman, la amenaza con invadir la URSS, la recuperación de los criminales y espías nazis, Churchill, de Gaulle, Yalta …
Fuente: http://www.michelcollon.info/6-de-junio-de-1944-lo-que-no-os.html?lang=es