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Malí

Cuando el terror de los yihadistas y la junta cae sobre la población

Fuentes: Sin permiso

“La peor atrocidad en una década” así describió la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) la masacre en la localidad de Moura a fines de marzo. Una matanza perpetrada por el ejército maliense, acompañado por los mercenarios del grupo ruso Wagner. Esta tragedia testimonia la deriva dictatorial de la junta maliense que tomó el poder hace casi dos años.

El Gobierno maliense presenta como un éxito la operación desarrollada en Moura, localidad de 10.000 habitantes situada en el centro de Malí, ya que 203 «terroristas» fueron muertos y 51 detenidos. Los numerosos testimonios recogidos por HRW cuentan otra historia. Durante cinco días, del 27 al 31 de marzo, las Fuerzas Armadas de Malí (FAMa) y mercenarios rusos de Wagner  sitiaron la ciudad y llevaron a cabo ejecuciones sumarias. El número de víctimas fluctúa entre 300 y 600 hombres. Al igual que muchos otros pueblos y aldeas en el centro de Malí, Moura estaba casi bajo el control de los yihadistas de la Katiba Macina, liderados por el predicador Amadou Koufa. En 2016 llegaron sus combatientes e impusieron su ley. Entre otras cosas, llevar barba y pantalones cortos para los hombres. Los que se opusieron fueron ejecutados por los yihadistas. Los aldeanos no tuvieron otra opción porque, en ese momento, ningún soldado del ejército de Malí vino a socorrerlos. Si, en el pueblo había yihadistas, pero la intervención del ejército maliense y de Wagner se convirtió en una carnicería. Todos los hombres sospechosos de ser rebeldes islamistas fueron ejecutados. Los criterios fueron la ropa usada o el origen étnico, a saber, los fulani. Las casas fueron allanadas, algunas saqueadas e incendiadas, los testimonios también mencionan mujeres violadas.

Estrategia terrorista

Esta tragedia está lejos de ser un caso aislado: en Danguèrè Wotoro, en Tonou, en Bouka Were, en Feto, Wouro Gnaga, Boudjiguiré y en muchos otros lugares, los civiles han sido víctimas del ejército maliense y sus auxiliares rusos. Corresponde a una estrategia iniciada durante la Operación Kèlègui (“los que hacen la guerra” en Bambara). Pretende crear un clima de terror que socave el instalado por los yihadistas. Una huida hacia adelante que permite a la junta, a través de comunicados de prensa, afirmar su eficacia al enumerar listas de terroristas asesinados, la mayoría de los cuales son, de hecho, solo civiles.

Esta política de violencia contra las poblaciones se parece a lo que está ocurriendo en Ucrania. Los métodos de Wagner alientan a los soldados de las FAMa a no respetar los derechos humanos. No es casualidad que Moscú felicite al gobierno de Malí por esta operación. La base militar ocupada por mercenarios rusos en Diabaly, en la región de Niono, se ha convertido en un verdadero centro de tortura. Campesinos o pastores son secuestrados e interrogados. Unas quince personas murieron a consecuencia de los malos tratos, las demás salieron magulladas.

Deslizarse hacia la dictadura

Cada vez, la junta apoya a las FAMa y rechaza cualquier investigación imparcial. Así, la misión de la ONU, Minusma, aún no ha recibido autorización para realizar investigaciones sobre la masacre de Moura. Después de cerrar las antenas de RFI y France 24, la junta está tratando de poner en vereda a periodistas y opositores. Recientemente es Omar Mariko, líder del partido de izquierda radical Solidaridad Africana por la Democracia y la Independencia (Sadi), quien corre peligro de prisión. En conferencia de prensa expresó serias dudas sobre la veracidad de la versión del gobierno sobre el drama de Moura. Las exacciones del ejército y de Wagner van acompañadas de una deriva autoritaria que restringe cada vez más el espacio democrático.

La salida de las tropas francesas de Malí ofreció la oportunidad de entablar negociaciones y reformas políticas para responder a la crisis del país. Una crisis ante todo social, como señala la Coalición de Ciudadanos por el Sahel  [ 1]: «Seguir favoreciendo una respuesta de seguridad que no aborde las causas profundas de la crisis equivaldría a repetir los errores que llevaron al estancamiento actual. Sin embargo, esta es la elección de la junta maliense apoyada por los auxiliares de Putin.

Nota:

[1] Déclaration : A l’heure des redéploiements militaires, un sursaut civil est plus urgent que jamais au Sahel.

Paul Martial es editor de la página web del colectivo «Afriques en Luttes».

Texto original: https://lanticapitaliste.org/actualite/international/mali-quand-la-terreur-des-djihadistes-et-de-la-junte-sabat-sur-la

Traducción: Enrique García

Fuente: https://sinpermiso.info/textos/mali-cuando-el-terror-de-los-yihadistas-y-la-junta-cae-sobre-la-poblacion