Ya se acercan y van a ser determinantes. El mejor candidato demócrata es Sanders, electo hombre del año por los lectores de la revista Time, porque en sus discursos toca los problemas sociales más acuciantes. Según él, «Si el Congreso no puede regular Wall Street, sólo queda una alternativa» y es «acabar con esos ‘bancos […]
Ya se acercan y van a ser determinantes. El mejor candidato demócrata es Sanders, electo hombre del año por los lectores de la revista Time, porque en sus discursos toca los problemas sociales más acuciantes. Según él, «Si el Congreso no puede regular Wall Street, sólo queda una alternativa» y es «acabar con esos ‘bancos demasiado grandes como para quebrar’ para que así nunca más puedan destruir los puestos de trabajo, los hogares y los ahorros de la gente americana», pues «Si una institución financiera es demasiado grande como para quebrar, es demasiado grande como para existir». ¡Bravo!
Sin embargo, va a ser derrotado por la mafia del partido demócrata, que impulsa la candidatura de Clinton convencida de que ella es la única posibilidad que tienen para ganar a Donald Trump. Se equivocan hasta la pared de enfrente porque con Hillary los demócratas no conquistarán ni Casa Blanca ni el Senado ni la Cámara de Representantes de EEUU y perderán muchas gobernaciones en todo el país.
Donald va a poner a Hillary en el pincho pues, como él mismo explica, ella es casi su empleada. Dice aproximadamente: Hice fuertes donaciones para la campaña de su esposo y cuando necesitaba algo la llamaba y ella se sentía obligada a pagarme el favor, yo soy el dueño del circo y ella, la payasa. Y, con mucha razón, la acusa de ser la causante de cientos de miles de asesinatos en el Medio Oriente.
No importa lo que se opine en el resto del mundo, la candidatura de Trump es fuerte porque toca los aspectos de la política que al norteamericano medio más preocupa. ¿Qué va a pasarle en el futuro? ¿Cómo resolver los problemas del desempleo, de la inflación, del inmenso desnivel en los ingresos, de la inseguridad, de la salubridad, de la desastrosa pobreza, de la vejez abandonada? Problemas que agobian a la sociedad de EEUU, aunque la gran prensa calle.
Según Trump, para la mayoría de los ciudadanos del mundo la economía de mercado es confusa y compleja, lo que la gente realmente entiende es que la economía está peor ahora que antes, y «eso supone una amenaza para sus vidas cotidianas, aunque no sepan por qué», por lo que buscan a alguien que prometa cuidarlos. Esa es la carta de triunfo, con la que va a derrotar a Hillary.
Es que, pese a la verborrea que predican sus líderes, EEUU se ha convirtiendo en una democracia fallida al borde de la desintegración y el bipartidismo, republicanos y demócratas, ha agotado su razón de ser. Poco a poco, la enorme desproporción de la distribución de la riqueza, que enerva y lastima la sensibilidad del trabajador explotado, pobre y desposeído, ha retornado el sueño americano a la dura realidad.
Pese a que en esa sociedad hay tanto por hacer, la trinca demócrata no plantea nada nuevo y cierra el paso a Sanders, único candidato que toca los problemas sociales, y en lugar de tomar la sartén por el mango, como en su debido momento lo hicieran Lincoln y Roosevelt, se dedica a dictar reglas de comportamiento moral al resto del mundo, a invadir países y destruir civilizaciones para robar recursos mediante guerras de rapiña.