Cuando un preso político saharaui se pone en huelga de hambre, como Mohamed Lamin Haddi, le está diciendo al mundo que le ayude. Se está jugando la vida para denunciar unas condiciones por las que ningún ser humano debería pasar. Dentro de su debilidad extrema por la tortura, el aislamiento, la distancia, la mugre, la comida insalubre, la falta de atención médica… saca fuerzas para hacer una huelga de hambre, su única estrategia para denunciar la opresión.
Los presos políticos saharauis son sentenciados en juicios cuestionados internacionalmente por su falta de garantías, con sentencias que se basan en confesiones bajo tortura y acusaciones alejadas de su lucha por la autodeterminación.
Creo que esas huelgas no van dirigidas a sus carceleros. Nos miran a nosotros. Nos dicen que ya no pueden hacer más, que tenemos que ayudarles, tenemos que darles voz. Y esa llamada retumba en nuestras cabezas.
Cada día de los presos políticos saharauis es intolerable. La cárcel no sólo es un lugar sin libertad, es un lugar de tormento. Y al hacer una huelga de hambre se intensifica su sufrimiento.
Hay torturas y presos de conciencia en todas las partes del mundo, pero estos son nuestros presos. Son españoles, hijos y nietos de españoles atrapados en la tela de araña de la comunidad internacional que no les rescata de Marruecos.
En otoño de 2018, el preso político saharaui Mohamed Bachir Khadda protagonizó una huelga de 43 días. Y su lucha no llegó demasiado lejos por el silencio de los medios de comunicación.
Fue entonces cuando varios amigos de la causa saharaui iniciamos la idea de crear el Movimiento por los presos políticos saharauis, para darles más protagonismo, para reivindicarles.
La primera manifestación que se ha hecho en Madrid por Mohamed Lamin Haddi, convocada por la ASCM, fue el 28 de febrero, en el día 47 de su huelga. Entretanto, nada. Aminatou Haidar, en su histórico pulso a los gobiernos español y marroquí en Lanzarote, hizo una huelga de 32 días, y estuvo arropada. Huelgas tan largas son extremadamente duras y arriesgadas. Ahora, no sabemos si Haddi está vivo o muerto. Empezó el 13 de enero. Hoy se cumplen 54 días. Desde el día 25 de febrero, no hay noticias. La madre ha recorrido los 1.300 kilómetros que le separan de él, y no le dejan entrar a verle. Lleva una semana esperando. Hasta la han llegado a detener unas horas, con los dos hijos que la acompañan. Ahora La Dirección General de Instituciones Penitenciarias, el Centro Nacional de Derechos Humanos marroquí (CNDH), y el director de la cárcel han emitido sendos comunicados diciendo que Haddi está bien, que no esta en huelga, y que la madre no cumple con las medidas COVID. Y tienen a la madre destrozada, con riesgo para ella por sus denuncias.
Queremos manifestar al Ministerio de Exteriores nuestra repulsa por su complicidad con Marruecos, por no asumir su papel de potencia administradora de iure, por no mediar en determinados temas aunque sólo sea en lo humanitario, como es el caso de Haddi. Aunque bien se les llena la boca para denunciar las violaciones de los derechos humanos cuando no provienen de Marruecos. España se presenta como un paladín de los derechos humanos.
La responsabilidad de España en el infierno de Haddi, se la queremos recordar cada día que Haddi esté en huelga. Y queremos apoyar a Haddi, que sepa que estamos con él.
Hoy cumplimos una semana con nuestro testimonio ante Exteriores. Los participantes nos vamos turnando. No pretendemos ser muchos porque sabemos que no se puede. Sólo pretendemos la continuidad de la denuncia.
Todos los días mientras dure la huelga, estaremos allí una hora frente al Ministerio que dirige Arancha González Laya, a partir de la 1 de la tarde. Cuando se acabe esta huelga, acudiremos un día a la semana, los lunes, porque medio centenar de presos políticos saharauis siguen en condiciones infrahumanas, y habrá que mantener el testigo.
Fuente: https://contramutis.wordpress.com/2021/03/07/por-haddi-todos-los-dias-ante-exteriores/