Hasta 1971 Taiwán era la única China en la ONU -sentada incluso en el Consejo de Seguridad- pero Nixon hizo las paces con Mao y EE UU reconfiguró su política de “una sola China” con capital en Beijing, cortando su nexo oficial con Taipéi. En la actualidad Taiwán es reconocida solo por 13 países.
El ministro de Exteriores chino, Qin Gang, aseveró el viernes pasado que Taiwán “ha sido parte inalienable de China desde tiempos antiguos”, por lo que “ambos lados del Estrecho pertenecen a China”.
Rechazó “una retórica absurda” que acusa a China de alterar el statu quo, alterando la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. “La lógica es absurda y tendrá peligrosas consecuencias”, avisó durante un foro en Shanghái.
Qin dejó claro que no es China continental, sino las fuerzas separatistas independentistas de Taiwán y un puñado de países que intentan alterar el statu quo sobre la isla y subrayó que “no habrá ambigüedad” en la respuesta de Pekín a cualquiera que trate de “distorsionar el principio de una sola China”.
Al respecto, el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Sun Weidong, presentó una queja ante el embajador del Gobierno de Seúl por los comentarios del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, sobre Taiwán.
«El líder de Corea del Sur no sólo no mencionó el principio de Una Sola China, sino comparó el problema de Taiwán con el de la península de Corea», alertó Sun, quien añadió que «no es comparable».
«Tanto Corea del Norte como Corea del Sur son estados soberanos que se han unido a las Naciones Unidas», recordó.
La declaración de China se produce antes de la visita de estado del presidente surcoreano a Estados Unidos.
Mientras, según un comunicado publicado este domingo por el sitio web de la Séptima Flota de la Marina de Estados Unidos, el portaviones nuclear estadounidense USS Nimitz está de servicio de patrulla en el mar de China Meridional como parte de su “despliegue planificado” en el “área de operaciones” de la Séptima Flota.
El USS Nimitz va a visitar Tailandia entre el 24 y el 29 de abril, conforme anuncia la embajada de Estados Unidos en el país.
El mar de China Meridional es una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90% de los territorios, mientras que varios países, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, también reivindican su soberanía.
“Creo en la política de ‘una sola China’, pero estaría dispuesto a luchar por Taiwán porque Taiwán es una democracia. Estuvimos con ellos durante décadas”, afirmó el pasado 9 de abril el senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, durante una entrevista concedida al canal local Fox News.
Graham también ha propuesto intensificar el entrenamiento de los militares taiwaneses, así como suministrarles “los F-16 que necesitan”.
Las declaraciones del senador se produjeron en el contexto del inicio de ejercicios militares chinos a gran escala alrededor de la isla de Taiwán, provocados por la visita a Taipéi del presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE UU, el republicano Michael McCaul, que prometió apoyar al Gobierno de Taiwán a través del envío de armas y el entrenamiento de sus Fuerzas Armadas.
Ejercicios militares en el estrecho de Taiwán
Los ejercicios se produjeron inmediatamente después de la reunión celebrada en Los Ángeles entre la mandataria taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, por el “apoyo inquebrantable” de su país a Taiwán.
En el operativo participó el Haixun 06, el buque más grande chino designado para patrullar y prestar servicios en el estratégico estrecho de Taiwán, junto con varias otras embarcaciones de la Guardia Costera de China.
La operación, denominada “patrulla conjunta especial”, encabezada por el Haixun 06, tuvo como objetivo mantener la seguridad de navegación en las aguas del estrecho que separa la isla con la China continental, según informó la televisión local CCTV.
El primer fin de semana de abril, el Ejército chino había llevado a cabo también unos ejercicios militares de gran escala en mar y aire cerca de Taiwán. Las maniobras ‘realistas’ orientadas al combate, se realizaron en el mar de la China Oriental. Participó una flotilla formada por una fragata de misiles guiados tipo 054A Xiangtan, un destructor tipo 052D Taiyuan y otro de la clase Sovremenny Taizhou.
La Armada china ejecutó entrenamientos antisubmarinos y antibuques, prácticas de tiro con fuego real y ejercicios conjuntos de búsqueda y rescate marítimos.
Asimismo, los cazas Su-30 y J-10 practicaron un simulacro de combate centrado en la defensa aérea regional, el asalto aéreo encubierto y el establecimiento de superioridad aérea.
Según el Ministerio de Defensa taiwanés, el lunes 3 de abril fueron detectados cinco aviones y cuatro buques chinos alrededor de la isla, mientras que durante el fin de semana se detectaron siete buques y 28 aeronaves, cuatro de las cuales entraron en la zona de identificación de defensa aérea de la isla y 10 cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán.
China ha reforzado también su Fuerza Terrestre en la parte oriental de la provincia de Guangdong, a escasa distancia de la isla, donde desplegó una gran cantidad de vehículos de combate ZBL-09, un equipo clave para el combate de reacción rápida, incluyendo misiones de despliegue rápido y asalto movilizado.
Los ejercicios militares se produjeron en momentos en que la mandataria de Taiwán se encontraba de viaje en Guatemala y Belice, naciones que mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán, y tenía previsto reunirse con el presidente de la Cámara de Representantes de EE UU, Kevin McCarthy, durante su estancia en el estado estadounidense de California, antes de regresar a Taipéi.
A finales del pasado marzo, Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado chino, hizo hincapié en que Pekín se oponía firmemente al encuentro entre Tsai y McCarthy y advirtió de que China estaría dispuesto a tomar “medidas para contraatacar de forma resuelta” a este acto provocativo.
Por su parte, la portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, consideró el viaje de la líder taiwanesa a EE UU como un “intento de buscar avances y propagar el secesionismo de Taiwán”. Sin embargo, la diplomática avisó que “ningún individuo o fuerza puede impedir que China logre la reunificación nacional”.
No obstante, el Gobierno estadounidense ha tratado de restar importancia a la visita, señalando que Tsai sostuvo reuniones con miembros del Congreso durante sus viajes anteriores. La presidenta ha realizado seis viajes a EE UU durante su mandato, entrevistándose con miembros del Congreso y miembros de la diáspora taiwanesa.
China tiene tolerancia cero ante cualquier apoyo político y militar de EE UU a Taiwán, país insular que considera parte irrenunciable de su territorio. Pekín dice que las masivas ventas de armas y constantes visitas de políticos estadounidenses a la isla podrían enviar señales equivocadas a los secesionistas en la isla.
Filipinas: instalarán bases militares estadounidenses cerca de Taiwán
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., anunció el miércoles 22 de marzo que cuatro lugares «esparcidos por Filipinas» servirán como instalaciones militares adicionales para el Ejército de EE UU en el marco del Acuerdo de Cooperación Reforzada en materia de Defensa (EDCA, por sus siglas en inglés).
«Hay algunas [bases militares] en el norte, otras alrededor de Palawan, otras más hacia el sur», dijo Marcos, alegando que los emplazamientos son para «defender» su costa oriental y la plataforma continental del lado este de la isla de Luzón, la zona más cercana a Taiwán, ubicada a tan solo 200 kilómetros.
Estas instalaciones se suman a las cinco ya existentes bajo el EDCA firmado en 2014.
Por otro lado, la cuestión ha generado tensión con China, que el 12 de marzo instó a Filipinas a que no refuerce su cooperación militar con el país norteamericano, ya que, según afirma, la decisión sería en detrimento de su propia seguridad y en favor de los intereses geopolíticos estadounidenses en la región del Indo-Pacífico.
Cabe destacar que Pekín y Manila tienen disputas territoriales en el mar de la China Meridional.
Anteriormente, se había comunicado que Manila era fundamental en los planes de Washington para disuadir y responder ante cualquier eventual ataque por parte de Pekín contra Taiwán, ya que de sus cinco aliados en el Indo-Pacífico, incluyendo a Australia, Corea del Sur, Japón y Tailandia, Filipinas es la nación más cercana a la isla.
El mismo día que se conoció esta noticia, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken dio testimonio ante un comité del Senado de EE UU sobre asignaciones y, en el marco de esta audiencia, el senador republicano Bill Hagerty le preguntó si las autoridades chinas habían señalado a Washington que «hay una especie de línea roja» relacionada con la intensificación de la ayuda militar a Taiwán.
Según Blinken, no hubo declaraciones de este tipo por parte de China. En ese contexto, destacó que, si «ellos alguna vez trataran de decir algo así, es algo que obviamente no tomaríamos en cuenta».
El secretario de Estado destacó que hay «un retraso muy significativo» respecto al suministro de armas a Taiwán. «El desafío que hay […] es que tenemos un retraso, un retraso muy significativo. Fundamentalmente esto proviene de desafíos de producción que tenemos», afirmó, agregando que es necesario trabajar con la industria para aumentar la capacidad de producción.
A principios de marzo, el Departamento de Estado de EE UU aprobó una posible venta a Taiwán de municiones para cazas F-16. De concretarse el acuerdo de venta, estimado en 619 millones de dólares, los militares de la isla, considerada por China como parte de su territorio, recibirán 200 misiles antiaéreos avanzados aire-aire de medio alcance AMRAAM y 100 misiles antirradar AGM-88B HARM.
Respecto a la venta, el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Tan Kefei, condenó la decisión. «La acción de EE UU constituye una flagrante injerencia en los asuntos internos de China, una grave violación del principio de una sola China y de las disposiciones de los tres comunicados conjuntos chino-estadounidenses. […] Exigimos que EE UU cese la venta de armas a Taiwán, así como los lazos militares entre EE UU y Taiwán, y deje de inmiscuirse en el asunto», aseveró el vocero.
Taiwán en el XX Congreso del PCCH
Muchos creen que Xi tiene la ambición de anexar Taiwán, ya que se convierte cada vez más en una cabeza de puente para EE UU en la rivalidad entre las dos potencias.
En el Congreso del Partido, se enfocó la cuestión de Taiwán en dos momentos clave. Durante su informe de apertura al Congreso, Xi Jinping afirmó que China “nunca se comprometería a abandonar el uso de la fuerza” como opción para anexar Taiwán. En el mismo informe, Xi enfatizó la necesidad de modernizar las fuerzas armadas como un paso necesario para convertirse en una “nación socialista fuerte y modernizada”. Más tarde, la frase “contra la independencia de Taiwán” se escribió en la Constitución del Partido.
La cuestión de Taiwán tiene muchas implicaciones importantes para el régimen del PCCh en su conjunto. A nivel nacional, la ‘unificación’ con Taiwán ha sido una promesa clave del régimen. Cualquier señal de que el PCCh fuera incapaz de hacerlo sería un golpe para la credibilidad de su régimen entre las masas.
A nivel internacional, EE UU está armando rápidamente a Taiwán como primera línea contra China en su intento por contener las ambiciones de esta última. Biden ha declarado explícitamente más de una vez que Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán. Aunque ha sido contradicho por otros funcionarios de la Administración, EE UU parece estar dando tumbos hacia el abandono de su histórica posición de “ambigüedad estratégica”. La visita de Nancy Pelosi a Taiwán en agosto del año pasado fue otra provocación que puso a prueba los límites de China. El establishment militar de los EE UU genera periódicamente alarmas sobre supuestos planes chinos para invadir Taiwán como la advertencia del almirante Matt Gilday de que China podría invadir Taiwán ya en 2023.
Posteriormente, en noviembre, el ministro de Defensa chino, Wei Fenghe, sostuvo un encuentro con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, al margen de la cumbre de los titulares de defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
En la reunión, Wei afirmó que la cuestión de Taiwán es “una línea roja infranqueable” mientras ratificó que el principio de una sola China constituye una de las prioridades de la nación asiática.
En este sentido, el ministro chino expresó que las relaciones chino-estadounidenses “son de gran importancia para China, sin embargo, esta relación no se produce a costa de la soberanía y los intereses chinos, y Washington debe respetar los asuntos no negociables de Beijing”.
De igual forma, se refirió al encuentro entre los presidentes Xi Jinping y Joe Biden y apuntó que el diálogo constituye la vía para encaminar el desarrollo de las relaciones bilaterales.
Biden y Xi reconocieron que el apoyo estadounidense a Taiwán es el principal escollo en sus relaciones
En el marco de la Cumbre del G20 en noviembre pasado, y luego de una reunión de tres horas en Bali, Indonesia, el presidente de Estados Unidos aseguró que ‘‘no es necesario que haya una nueva Guerra Fría’’, mientras su homólogo chino instó al jefe de la Casa Blanca a encontrar una dirección correcta para las relaciones bilaterales, al tiempo que advirtió que el asunto de la isla de Taiwán ‘‘es la primera línea roja’’ que no debe cruzar.
Biden y Xi reconocieron que el apoyo estadounidense a Taiwán es el principal escollo en sus relaciones. El estadounidense expresó sus dudas de que China fuera a invadir esa isla que Pekín considera su territorio. Xi Jinping, si bien dijo que la actual confrontación entre ambos «no beneficia a nadie», advirtió de que Taiwán «es la primera línea roja» que Washington no debería cruzar.
El ex secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, dijo que: «Los dos líderes, que se reunieron brevemente, se darán cuenta de las consecuencias del desastre económico e impacto militar entre uno y otro. El método para la discusión fue acordado y fueron hechas declaraciones generales que son compatibles con el mundo de la cooperación, pero todavía hay un largo camino por recorrer», agregó.
Sin embargo, en la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos predomina la línea dura que apuesta por expandir los intereses del país en la región de Asia-Pacífico.
Mientras los halcones de la Administración Biden defienden de forma abierta el incremento del gasto militar de Estados Unidos, no tanto para sostener a Ucrania en la guerra contra Rusia, sino para reforzar la presencia militar estadounidense en la zona, armar a los países aliados en el este de Asia y defender sin ambages un apoyo incondicional a Taiwán que saben que tendrá la frontal oposición de China.
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