La guerra de EE.UU. contra China tuvo su inicio en marzo de 2018 cuando el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles a las importaciones de productos chinos, con el objetivo declarado de abordar el déficit comercial de EE.UU. con China.
Cuando Joe Biden asumió la presidencia norteamericana en enero de 2021, la política comercial con China no solo no cambió, sino que se lanzó a una guerra total contra China buscando el declive económico de este país e impedir el ya inevitable “sorpasso” de la economía china sobre la norteamericana. El acoso sobre la economía y las empresas chinas no ha parado de aumentar y en la última fase ha lanzado la guerra tecnológica para impedir la producción de las empresas chinas. Para esta guerra tecnológica ha logrado el acuerdo de algunos países del G7, para bloquear el acceso a los chips y a la maquinaria necesaria para su producción. Chips que son necesarios en prácticamente todos los productos con componentes electrónicos.
Es en este contexto de bloqueo tecnológico sobre China que se ha producido el lanzamiento del último teléfono móvil de la empresa china Huawei. Se trata del modelo Mate 60 Pro, cuya preventa comenzó durante la visita de la secretaria de Comercio norteamericana, Gina Raimondo, a China. El chip Kirin 9000s, producido por la china SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corporation) y en el que se cree que está basado el móvil, es un gran paso tecnológico que supera a la tecnología norteamericana de chips, hoy necesaria en todos los móviles del mundo.
Tras el lanzamiento del teléfono, el precio de las acciones de SMIC subió casi un 20% en Hong Kong y un 15% en Shanghái, ya que el nuevo desarrollo atrajo inmediatamente a los inversores.
Entre las características de esto nuevo modelo equipado con el nuevo chip de diseño chino se han descrito una mayor velocidad de telefonía móvil que los últimos modelos del iPhone de Appel y la capacidad de conectarse para voz, mensajes, internet y vídeo por satélite, con lo que tiene cobertura universal en montañas, áreas despobladas, el mar, etc. A destacar que esta conexión vía satélite se hace a precio de teléfono móvil, muy inferior a los precios de las terminales preparadas para conexión por satélite. El Mate 60 Pro, se ha convertido en el primer modelo de teléfono del mundo con función de llamada satelital.
A destacar que tanto Huawei como SMIC son dos de las cientos de empresas chinas incluidas en la lista negra norteamericana que impide que ninguna empresa occidental pueda proveerles de ningún componente tecnológico vetado por EE.UU.
La reacción norteamericana
La campaña sistemática de difamación contra China que viene desarrollando EE.UU. ha terminado por convertir a la Administración norteamericana en incapaz de percibir la realidad. En una actitud racista de supremacía blanca, la idea dominante en EE.UU. es que solo ellos tienen capacidad para el desarrollo tecnológico y que cualquier avance tecnológico chino solo puede ser fruto del robo de patentes. Y lo repite a coro cada día la prensa occidental.
No han sido capaces de entender que el bloqueo tecnológico de la mayor economía industrial del mundo solo puede lograr el aumento de la investigación propia y el salto tecnológico del país que se ha pretendido arruinar.
Bloomberg, uno de los mayores grupos de comunicación norteamericanos, ha encargado a una organización profesional que desmontara el nuevo teléfono, en busca de pistas sobre hasta dónde ha llegado la tecnología china y si contiene algún elemento producido por alguna empresa que utiliza tecnología norteamericana. Esta reacción anómala (imaginen a un periódico chino desmontando un teléfono de Appel para ver en que consiste su nueva tecnología y la reacción airada occidental contra semejante tropelía) no hace sino mostrar que el impacto del “sorpasso” chino sobre la opinión pública estadounidense es real.
Las consecuencias previsibles
Si se confirma que el Mate 60 Pro no contiene tecnologías estrictamente controladas por Estados Unidos mediante sanciones, entonces el Mate 60 Pro representa un punto de inflexión en la guerra tecnológica de EE.UU. contra China.
Será no solo la demostración palpable del fracaso de la agresiva política norteamericana, sino que abre la puerta a una expansión de la industria fabricante de los chips hacia el resto de empresas de telefonía móvil que podrán pasar a utilizar estos nuevos chips y dejar la dependencia norteamericana. Los perdedores de esta guerra no serán otros que los fabricantes norteamericanos de los chips (Qualcomm, Nvidia, Intel) que habrán perdido su mayor mercado de ventas.
El lanzamiento del Mate 60 Pro con el chip Kirin 9000s desarrollado por China ofrece una prueba de que la industria china de semiconductores está avanzando no solo a pesar de la prohibición estadounidense, sino también como consecuencia e impulsada por esta prohibición.
Publicado inicialmente en http://chinainformacionyeconomia.com/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.