Cuando en agosto de 1975 tropas zairenses y del FNLA, apoyadas por mercenarios occidentales penetraron en Angola por el norte y por el sur se abalanzaron poderosas fuerzas del régimen sudafricano para tratar de llegar a Luanda e impedir la toma y posesión del gobierno del MPLA, el presidente Agostinho Neto solicitó a Cuba que le ayudara a detener la invasión.
Sudáfrica en un despliegue relámpago se hizo del control de las represas de Calueque y Ruacaná, 30 kilómetros dentro de Angola, y avanzaba hacia la capital con el apoyo de la Unión Nacional para la Independencia de Angola (UNITA) liderada por Jonas Savimbi, colaborador de los servicios secretos portugueses, de la CIA y de la racista Sudáfrica.
Por el norte los zairenses y el Frente Nacional de Liberación de Angola, de Holden Roberto, también agente de la CIA se aproximaban a Quifangondo, 25 kilómetros de Luanda.
Algunos antecedentes
Después de una larga lucha en Angola, Mozambique, Guinea Bissau y Cabo Verde, que debilitó al colonialismo portugués, en abril de 1974, tuvo lugar en esa nación europea, la llamada Revolución de los Claveles, que derrocó la dictadura de Marcelo Caetano, y dio paso a la futura independencia de las colonias portuguesas en África.
Las relaciones del Gobierno cubano con el Movimiento Para la Liberación de Angola (MPLA) se iniciaron a principios de la década de 1960 y se reforzaron en diciembre de 1964, durante un amplio recorrido por varios países africanos realizado por el Comandante Ernesto Che Guevara, quien se entrevistó en Brazzaville (República del Congo) con los máximos responsables del MPLA, Agostinho Neto, Lucio Lara y Luís de Azevedo, los que en aquel momento le plantearon la necesidad de recibir instructores para entrenar a sus combatientes.
Para finales de octubre de 1975, cuando se avecinaba el 11 de noviembre (fecha fijada para la declaración de independencia de Angola) el FNLA comenzó a lanzar fuertes ataques contra el MPLA.
El FNLA controlaba dos provincias al norte de Angola y se alimentaba de materiales bélicos provenientes de Zaire. También se le unieron soldados zairenses, ex oficiales del ejército portugués, asesores sudafricanos y mercenarios.
En ese año, la UNITA tenía solo unos 300 hombres y se movía por regiones del centro y sur. El MPLA, para septiembre, ocupaba 12 de las 16 provincias del país y todo hacía indicar que el 11 de noviembre proclamaría la independencia.
Ante la realidad de ese posible hecho y presionada por Estados Unidos que no quería un gobierno progresista del MPLA, Sudáfrica invadió Angola.
El impulso de la ayuda cubana se efectúa a principios de agosto de 1975 cuando una misión de siete miembros, encabezada por el comandante Raúl Díaz Argüelles, llegó a Luanda donde es recibida por Neto. Tras evaluar el informe de la misión, el gobierno cubano autoriza enviar un grupo de asesores que entrenarían a miles de angoleños.
A mediados de agosto, Díaz Argüelles regresaba a Luanda para informar a Neto que en vez de los 100 hombres solicitados, Cuba enviaría 480 para los Centros de Instrucción Revolucionaria (CIR), que serían cuatro, además del grupo que quedaría en Luanda, y que él fungiría como jefe de la Misión Militar Cubana en Angola (MMCA).
A fines de septiembre solo habían llegado a Angola cerca de 50 miembros del MMCA. Por esa fecha, dos aviones cubanos llevaron a 142 instructores hacia Angola, mientras entre el 16 y el 20 de ese mes, los buques Vietnam, La Plata y Coral Island zarparon desde La Habana con 300 hombres con equipos y avituallamiento para los cinco grupos que estarían en Cabinda, N´Dalatando, Benguela, Saurimo y la jefatura de la Misión Militar en Luanda.
Entre los días 2 y 3 de noviembre, en Catengue instructores cubanos y alumnos angoleños del CIR de Benguela intentan detener la columna blindada Zulu sudafricana pero ante la superioridad numérica y medios del enemigo deben retirarse. En ese violento encuentro se derraman por primera ocasión sangre cubana y angoleña.
Ante el conocimiento de la poderosa invasión sudafricano-zairense, que podría aniquilar a las fuerzas revolucionarias angoleñas y a los asesores de la Isla, en noche del 4 y la madrugada del 5 de noviembre de 1975, en una larga reunión encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y por solicitud del MPLA, la dirección del gobierno cubano decide mandar tropas especiales para enfrentar la agresión. Se inicia así, la histórica Operación Carlota.
La Operación se denominó Carlota para rendir homenaje a la negra del mismo nombre, esclava de origen africano que el 5 de noviembre de 1843, murió en rebeldía en Cuba tras alzarse con un grupo de esclavos en el antiguo ingenio Triunvirato, ubicado en la provincia de Matanzas.
El 9 de noviembre llega a Luanda por vía aérea la primera compañía del batallón reforzado de tropas especiales del MININT, apoyados por pelotones de morteros 82 mm, junto con medios antitanques y al siguiente día, tropas de las FAPLA respaldadas por una veintena de asesores cubanos que manipulaban varios BM-21, lanzacohetes múltiples enviados desde La Habana, detenían el avance de las fuerzas agresoras en Quifangondo, 25 kilómetros al norte de Luanda. Comenzaba la debacle de los invasores contra el pueblo angoleño.
La derrota de Quifangondo dejó aterrorizados a los agresores y el 5 de diciembre se pasó a la ofensiva en el Frente Norte; se toma Caxito, Luenga, Camabatela, Negage y Carmona. El 26 de febrero las fuerzas conjuntas cubano-angoleñas alcanzaron la frontera con Zaire.
De noviembre de 1975 a marzo de 1976 arribaron a Angola alrededor de 36.000 internacionalistas cubanos fuertemente armados.
En los Frentes Central y Sur se sucedieron constantes y enconadas batallas contra las fuerzas Zulu y Foxbat sudafricanas, entre las que sobresalió, entre otras, la de Ebo y Morro de Tonga. Para muchos militares e historiadores, la guerra se decidió en Ebo, pues si el enemigo rompía la línea de defensa establecida, hubiera sido muy difícil detener su avance hacia Luanda.
Con denodado esfuerzo de las tropas cubano-angoleñas la ofensiva se lanzó desde Luso en dirección Gago Coutinho y al oeste hacia Chicala, Cangumbe, Munhango. Por tres diferentes direcciones, estas fuerzas tomaron Chicala, Cangumbe, Cuemba, General Machado, el puente sobre el río Cuanza (uno de los más grandes de Angola) y Munhango.
El 27 de marzo de 1976, las tropas cubano-angoleñas llegaron al puesto fronterizo con la Namibia ocupada y el primero de abril se efectuó un encuentro con una delegación sudafricana. El Primer Comandante (grados cubanos de la época) Leopoldo Cintra Frías (Polo) en nombre del MPLA firmó con los militares sudafricanos, el acuerdo que tendía a establecer el respeto de las fronteras violadas por Pretoria.
Como colofón, la Operación Carlota había tenido un rotundo éxito y desde Cabinda hasta Cunene, Angola era un solo país, un solo pueblo.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
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