NUEVA DELHI, 8 sep (IPS) – Activistas alertan sobre la posible pérdida de privacidad con el lanzamiento de un ambicioso programa para identificar biométricamente a cada uno de sus 1.156 millones de habitantes. A lo largo de este mes, funcionarios de la Autoridad Única de Identificación de India (UIDAI), portando máquinas de impresión digital, escáneres […]
NUEVA DELHI, 8 sep (IPS) – Activistas alertan sobre la posible pérdida de privacidad con el lanzamiento de un ambicioso programa para identificar biométricamente a cada uno de sus 1.156 millones de habitantes.
A lo largo de este mes, funcionarios de la Autoridad Única de Identificación de India (UIDAI), portando máquinas de impresión digital, escáneres de iris y computadoras portátiles con cámaras, recorrerán las aldeas y localidades en el meridional estado de Andhra Pradesh. Será la primera fase de un proyecto que busca darle a cada indio un único número de identidad vitalicio, conocido por sus siglas en inglés UID.
La biometría es una tecnología de seguridad que se basa en la identificación de las personas de acuerdo con alguna de sus características físicas intransferibles, como la huella digital, las retinas e iris de los ojos, los patrones del rostro o de la palma de la mano.
«El UID requiere de infraestructura accesible, como la telefonía móvil, importante para conectar a los individuos a una economía más amplia», explicó Nanda Nilekani, presidente de la UIDAI y reconocido en 2009 por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo.
Nilekani es co-fundador de la poderosa Asociación Nacional de Compañías de Servicios y Software y jefe de Infosys Technologies, empresa a la vanguardia del sector de tecnologías de la información de India.
Según Nilekani, el UID beneficiará fundamentalmente a los pobres, que carecen de documentación de identidad y por tanto son muchas veces marginados por proveedores de servicios públicos.
«El número de UID, que permite realizar una autenticación biométrica en cualquier parte y en cualquier lugar, resuelve el problema», sostuvo Nilekani.
Pero prominentes organizaciones de la sociedad civil llevan adelante la «Campaña Por No-UID», arguyendo que se trata de una «iniciativa profundamente antidemocrática y cara» y que está «cargada de consecuencias imprevistas».
Entre los participantes se destacan organizaciones defensoras de los derechos humanos como el Foro de Derecho Alternativo, el Foro de Acción Ciudadana, la Unión Popular por las Libertades Civiles, el Foro Indio de Acción Social y el Centro para Internet y la Sociedad.
Los activistas organizaron una reunión en Nueva Delhi el 25 de agosto, en la que los oradores ridiculizaron la idea de un número de identidad de 12 dígitos, y dijeron que el sistema no podría corregir, por ejemplo, la propagada corrupción en el sistema de distribución pública de alimentos a familias pobres.
J.T. D’Souza, experto en tecnologías de la información, señaló en el encuentro que el uso de la biometría a tan gran escala nunca se ha probado y podría verse plagada de fallos.
Otros oradores expresaron temores de seguridad, alertando que piratas informáticos podrían acceder a las bases de datos y transferir información a empresas, agencias de inteligencia e incluso a organizaciones mafiosas.
En entrevistas televisivas, Nilekani señaló que los beneficios del UID superaban por lejos sus peligros. «Vale la pena hablar sobre el proyecto e intentar mitigar los riesgos para obtener los resultados que queremos», dijo al canal de televisión CNN-IBN.
Pero la posibilidad de un mal uso de esa información es una amenaza real. El gobierno federal decidió incluir la casta como una categoría en el cuestionario del UID que debe ser llenado por los solicitantes. Algunos temen que esto acentúe la discriminación racial y religiosa.
La identidad cultural es un tema delicado en India y ha desatado fuertes conflictos, como las manifestaciones anti-musulmanas en el occidental estado de Gujarat de 2002, en las que murieron 2.000 personas.
Usha Ramanathan, prominente experto legal vinculado al Centro para el Estudio de Sociedades en Desarrollo, no está convencido de los argumentos de la UIDAI.
En la reunión del 25 de agosto, Ramanathan reconoció que, aunque el proceso de identificación sería voluntario, agencias y proveedores de servicios podrían comenzar a exigir el UID para transacciones de negocios.
De hecho, la UIDAI ya firmó acuerdos con bancos, gobiernos estaduales y cadenas de hospitales que podrán solicitar a sus clientes el UID.
Ramanathan alertó que, en un par de años, un ciudadano común no podría realizar simples tareas, como viajar dentro del país, si no cuenta con su número de identidad.
La UIDAI trabajará junto al Registro Nacional de Población (NPR, por sus siglas en inglés).
Como señala el sitio del gobierno federal: «Cierta información recolectada por el NPR será publicada en áreas locales para el examen público y la invitación a objeciones».
En respuesta a los temores por la posible violación de privacidad, el sitio web explica que esa información es similar a la que se puede encontrar en «el registro electoral o en la guía telefónica».
No obstante, la preocupación crece cuando se ve el proyecto en el contexto de la Red Nacional de Inteligencia, cuya creación fue anunciada en febrero por el ministro del Interior, P. Chidambaram, en respuesta a un atentado terrorista.
Chidambaram dijo que la red funcionaría a través de 21 bases de datos que estarán vinculadas entre sí para lograr un «acceso rápido, seguro y sin costuras a la información deseada por las agencias del orden y de inteligencia».
Añadió que la red «identificará a los que deban ser observados, investigados, inutilizados y neutralizados».
«A nivel internacional, sólo unos pocos países han provisto carnés de identidad debido al debate irresuelto sobre la privacidad y las libertades civiles», afirmó R. Ramakumar, del Instituto Tata de Ciencias Sociales, en la occidental ciudad de Mumbai. Añadió que varios países han debido retirar estos sistemas o renunciar a novedades en biométrica debido a la oposición pública.
Nilekani sostuvo que el principal propósito del proyecto del UID era potenciar a un vasto número de indios excluidos. «Para los pobres, éste es un gran beneficio, porque no tienen certificados de identidad ni de nacimiento. Tampoco certificados de estudios ni licencias de conducir ni pasaportes y ni siquiera una dirección».