En medio de protestas por las guerras de ocupación encabezadas por su administración, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, comenzó hoy una visita a Gran Bretaña, marcada por desmentidos de los gobiernos de ambos países sobre desacuerdos respecto de la retirada de tropas británicas de Irak. No hay «ningún desacuerdo» con Estados Unidos […]
En medio de protestas por las guerras de ocupación encabezadas por su administración, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, comenzó hoy una visita a Gran Bretaña, marcada por desmentidos de los gobiernos de ambos países sobre desacuerdos respecto de la retirada de tropas británicas de Irak.
No hay «ningún desacuerdo» con Estados Unidos sobre ese tema, afirmó una portavoz de Downing Street, tras una entrevista publicada por el dominical británico The Observer, al cual dijo Bush que Londres no debería poner en riesgo los éxitos alcanzados por la coalición en Irak con una retirada prematura de tropas.
Bush señaló que su nación y Reino Unido querían llevar a sus soldados de regreso a casa, pero eso, añadió, sólo se podrá hacer «con base en el éxito». Indicó que «nuestra respuesta es: no debería haber un cronograma definitivo».
Ello luego de que la prensa británica sugirió esta semana que Brown anunciaría en breve un calendario para la retirada de los más de 4 mil militares británicos.
The Observer consideró que Bush hizo una advertencia a Brown, pero la Casa Blanca desestimó el tono de las declaraciones y aseguró que no hay desacuerdo entre Estados Unidos y Gran Bretaña sobre el conflicto en Irak. Ambos acordaron que la reducción de tropas será con base en el «progreso en el terreno, a los consejos de nuestros ejércitos y no según un cronograma arbitrario», expresó el asesor de Seguridad Nacional Stephen Hadley.
Bush y su esposa Laura tomaron el té con la reina Isabel segunda y su esposo, el príncipe Felipe, en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, donde decenas de manifestantes, con pancartas en mano, acusaron al presidente estadunidense de ser «un criminal de guerra» y reclamaron el cierre de la prisión en la base estadunidense de Guantánamo, Cuba.
En el centro de Londres, la Coalición contra la Guerra congregó a 2 mil personas que protestaron contra la intervención militar en Irak y Afganistán, pero las fuerzas policiales impidieron que llegaran a Downing Street, sede del gobierno, donde el primer ministro Gordon Brown ofreció una cena a Bush. Por lo menos 13 personas fueron arrestadas luego de que intentaron derribar el cordón de seguridad, indicaron fuentes policiacas.
Este lunes, Brown y Bush sostendrán una reunión de trabajo, tras la cual este último viajará a Irlanda del Norte, donde concluirá su gira europea de despedida.
En Irak, en tanto, tropas del gobierno tomaron posiciones en la ciudad de Amara, provincia sureña de Maysan, donde el jueves se iniciará una nueva operación contra las milicias chiítas, a las cuales dio cuatro días para entregar sus armas.
Por su parte, el movimiento del clérigo chiíta Moqtada Sadr aseveró que no participará directamente en los comicios provinciales de octubre, pero se unirá a otros grupos y pedirá a sus partidarios votar en favor de esos candidatos.