Cuba e Irán centraron los discursos de George W. Bush y Nicolas Sarkozy ante la Asamblea General de la ONU. El presidente estadounidense situó a la isla caribeña, junto a Myanmar, a la cabeza de «los países sin libertades». Sus palabras provocaron el «profundo malestar» de la delegación cubana que se ausentó de la asamblea. […]
Cuba e Irán centraron los discursos de George W. Bush y Nicolas Sarkozy ante la Asamblea General de la ONU. El presidente estadounidense situó a la isla caribeña, junto a Myanmar, a la cabeza de «los países sin libertades». Sus palabras provocaron el «profundo malestar» de la delegación cubana que se ausentó de la asamblea. Sarkozy, por su parte, dijo que «si permitimos a Irán dotarse del arma nuclear correríamos un riesgo inaceptable para la estabilidad».
George Bush y Nicolas Sarkozy aprovecharon sus respectivos discursos ante el pleno de la 62 Asamblea General de la ONU para arremeter contra Cuba e Irán.
El presidente estadounidense, que evitó extenderse en sus críticas al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, centró su atención en la isla caribeña y, cómo no, en Fidel Castro, al que calificó de «dictador cruel».
«El pueblo cubano está preparado para su libertad. Y cuando la nación entre en un periodo de transición, la ONU debe insistir en la necesidad de que se reinstaure la libertad de asociación, de expresión y, por último, de celebrar unas elecciones libres».
En ese sentido, dijo sentirse «decepcionado por el silencio» del recién creado Consejo de Derechos Humanos «ante regímenes opresivos», entre los que citó a Cuba y Venezuela.
«En señal de profundo rechazo al discurso arrogante y mediocre de Bush», la delegación cubana, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, abandonó la asamblea. En un comunicado posterior, subrayó que «Bush es un criminal y no tiene autoridad moral, ni credibilidad para juzgar a ningún otro país».
«Es responsable del asesinato de más de 600.000 civiles en Irak, autorizó la tortura de personas, vuelos clandestinos y cárceles secretas», incidió la representación cubana.
Si Bush no quiso extenderse en sus referencias a Irán, Sakozy sí lo hizo lanzando «una seria advertencia». «No habrá paz en el mundo si la comunidad internacional da muestras de debilidad ante la proliferación de armas nucleares», resaltó.
«Pienso evidentemente en el problema iraní», añadió. Aunque reconoció el derecho de Irán a la energía nuclear, reiteró que «si permitimos que se dote del arma nuclear correríamos un riesgo inaceptable para la estabilidad de la región y en el mundo». En esa línea, insistió en que «pondríamos en peligro la existencia misma del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares». «Quiero decir en nombre de Francia que esta crisis sólo será resuelta si la firmeza y el diálogo van de la mano», concluyó el mandatario francés. En su intervención, también abogó por la instauración del «nuevo orden mundial del siglo XXI», pidió «un nuevo estado de espíritu» e instó a «todos los estados a reunirse para fundar el nuevo orden mundial del siglo XXI a partir de la idea de que los bienes de la humanidad deben situarse bajo la responsabilidad de toda la humanidad».
En defensa de Irán
Frente a la postura de EEUU y el Estado francés, el presidente boliviano, Evo Morales, defendió su cooperación con Irán y anunció la firma de varios acuerdos de cooperación con este país.
Su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, cuestionó el derecho del «imperio» a impedir que Irán o Corea del Norte desarrollen armas nucleares y dijo que el enemigo sigue siendo el «capitalismo imperialista».