La derrota ante el Consejo de Seguridad representa una oportunidad para elaborar una política exterior canadiense más justa.
“El fracaso de Canadá respecto del mandato no logrado en el Consejo de Seguridad es un duro golpe para el gobierno de Justin Trudeau”, dijo Bianca Mugyenyi, coordinadora nacional del Canadian Foreign Policy Institute (Instituto Canadiense de Política Exterior). “Pero la derrota representa una victoria para aquellos que buscan una política exterior canadiense más justa.”
“Canadá perdió ante Irlanda y Noruega en parte debido a su apoyo a las empresas mineras controvertidas, su indiferencia a los tratados internacionales, sus posturas contra el pueblo palestino, sus políticas climáticas y militarismo», señaló Mugyenyi.
“El rechazo manifestado por la comunidad internacional a la candidatura del Consejo de Seguridad de Canadá es una oportunidad para reevaluar fundamentalmente la política exterior canadiense”, anotó Mugyenyi. “Hace diez años, el gobierno de Stephen Harper se llevó una derrota similar, la cual se explicó en gran medida como una reprimenda de su apoyo a Washington, a las empresas mineras y petroleras, así como a las políticas contrarias a los intereses del pueblo palestino. Los liberales prometieron cambios, pero al mundo no le convence. ¿Quieren los canadienses una política exterior dirigida por Washington y los intereses corporativos?
La candidatura de Canadá para obtener un escaño en el Consejo de Seguridad no tuvo éxito a pesar de las muchas ventajas de las que goza. Canadá es miembro del G7 y dispone de una plaza en la dirección del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Canadá, miembro de la Commonwealth y la Francofonía, país bilingüe donde se hablan dos idiomas importantes heredados de la colonia, posee un aparato diplomático mucho más importante que el de Irlanda o Noruega.
El Canadian Foreign Policy Institute formó parte de una campaña bien mediatizada para oponerse a la candidatura de Canadá para obtener un escaño en el Consejo de Seguridad. Esta campaña incluyó una carta abierta que fue dirigida a todos los embajadores de Naciones Unidas y firmada por más de 30 organizaciones y 3.500 personas, incluidos David Suzuki, Noam Chomsky, Pam Palmater y Roger Waters.
De concierto con nuestro socio Just Peace Advocates, la campaña potenció la entrega de cartas suscritas por 1.298 personas a cada embajador de Naciones Unidas en las cuales se les instaba a votar en contra de la candidatura de Canadá para ocupar un escaño en el Consejo de Seguridad debido a su historial contra el pueblo palestino. Además, 471 personas enviaron un correo electrónico a todos los embajadores de la ONU junto con la carta abierta general, 169 personas enviaron un correo electrónico a los embajadores del Caribe con una declaración que critica el papel que Canadá desempeña en el Caribe y se enviaron 118 cartas a todos los embajadores de las naciones africanas en la cual se critica el papel de Canadá en África.
El primer ministro Justin Trudeau y el ministro de asuntos exteriores François-Philippe Champagne fueron interrogados directamente sobre la campaña, mientras que el embajador de Canadá ante Naciones Unidas, Marc-André Blanchard, entregó una carta a las misiones permanentes de todos los países de la ONU en respuesta a la campaña centrada sobre la postura contraria a los intereses del pueblo palestino de Canadá.