La decimocuarta conferencia cumbre del Movimiento de Países no Alineados (Noal) reunirá la semana próxima en la capital de Cuba a líderes que en distintas esquinas del mundo están en el punto de mira de Estados Unidos, como el iraní Mahmud Ahmadineyad, el venezolano Hugo Chávez, el sirio Bashar el-Assad o el boliviano Evo Morales. […]
La decimocuarta conferencia cumbre del Movimiento de Países no Alineados (Noal) reunirá la semana próxima en la capital de Cuba a líderes que en distintas esquinas del mundo están en el punto de mira de Estados Unidos, como el iraní Mahmud Ahmadineyad, el venezolano Hugo Chávez, el sirio Bashar el-Assad o el boliviano Evo Morales. Los anfitriones estiman que participarán más de 50 jefes de Estado o de Gobierno de los 116 países miembros.
Una de las figuras destacables que pasarán por La Habana es el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, según anunció el vicecanciller cubano, Abelardo Moreno. Entre los mandatarios latinoamericanos, además de Chávez y Morales, se espera la asistencia del ecuatoriano Alfredo Palacios, el panameño Omar Torrijos y el dominicano Leonel Fernández. Del resto del mundo han anunciado su participación el argelino Abdelaziz Buteflika, la filipina Gloria Macapagal Arroyo, el indio Manmohan Singh, el qatarí Hamad Bin Khalifa Thani, el paquistaní Pervez Musharraf, el sudafricano Thabo Mbeki, el tailandés Thaksin Shinawatra y el vietnamita Nguyen Minh Triet. El presidente anfitrión, Fidel Castro, convalece de una cirugía intestinal que lo mantiene fuera de sus funciones oficiales, pero anunció que en estos días recibiría a «visitantes distinguidos». No está claro aún si Castro podrá tener alguna participación, pero al recibir en las últimas tres semanas a Chávez y a Morales mostró que puede mantener alguna actividad desde su obligado descanso. Ese antecedente sugiere un escenario en que una de las agendas paralelas a la cumbre sea un desfile de dignatarios para saludar al octogenario líder cubano. El Noal surgió en 1961 como alternativa a los bloques militares que encabezaban Estados Unidos y la Unión Soviética. El conjunto más fuerte de miembros del conglomerado proviene de Africa, cuyos 53 países forman parte del movimiento. Del continente asiático hay 38 socios activos y cuatro observadores: Armenia, Azerbaiyán y Kirguizistán, más China, la potencia regional. En América Latina y el Caribe los no alineados son 24: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela. En La Habana ingresarán Haití y Saint Kitts-Nevis, mientras que otros seis países son observadores: Brasil, Costa Rica, El Salvador, México, Paraguay y Uruguay. Además de los cinco presidentes del área esperados, se prevé la asistencia de algunos primeros ministros caribeños y de los vicepresidentes de Colombia, Francisco Santos, y de Guatemala, Eduardo Stein. Chile enviará una delegación encabezada por la ministra de la Presidencia de la República, Paulina Veloso; de Brasil vendrá el canciller Celso Amorim. México estará representado en la conferencia por el embajador en Cuba, José Ignacio Piña. Argentina ingresó a la organización de las naciones no alineadas en 1973, bajo la presidencia del peronista Héctor Cámpora, pero se separó del movimiento en 1991, durante el mandato de Carlos Menem, en correspondencia con lo que entonces fue su política de «relaciones carnales» con Estados Unidos. Ahora el Gobierno del presidente Néstor Kirchner pidió participar en la cita de La Habana y lo hará en calidad de invitado, con una delegación que encabezará su embajador Darío Alessandro. Entre el 11 y el 16 de este mes La Habana será la capital de los países y pueblos del Sur del planeta. Fundado en 1961 en medio de una intensa Guerra Fría entre EEUU y la extinta URSS, el Movimiento de los No Alineados cumplirá en estos días 45 años. Durante su ya larga andadura los No Alineados no tienen en su haber logros espectaculares, pero sí el mérito de haber conseguido poner de acuerdo en temas esenciales a un conjunto de naciones muy diversas y heterogéneas y poder hacer valer su voz en un planeta dominado por las grandes potencias. Sus 116 países constituyen algo más de dos tercios de los miembros de la ONU y representan a una mayoría de la población mundial; una mayoría que se enfrenta a los retos de un mundo unipolar dominado por la expansiva potencia norteamericana y sus socios del mundo desarrollado del Norte. El subdesarrollo, las agresiones constantes a las soberanías nacionales con la excusa de intervenciones humanitarias, la emigración, el comercio desigual e injusto, el control de los recursos naturales, cada día más estratégicos (en especial petróleo y agua), las guerras de Afganistán e Irak, la explosiva e inestable situación en Medio Oriente, la agresión sionista a Líbano y Palestina y el desarrollo nuclear iraní serán, entre otros, temas en la agenda de esta reunión. Para que no quepa duda de la importancia de la cita, las autoridades cubanas, que han realizado un importante esfuerzo diplomático, ya han anunciado la participación de numerosos jefes de Estado y de Gobierno, la asistencia a la misma de los secretarios generales de la ONU, la Liga Arabe y la Unión Africana, así como de otras cinco organizaciones internacionales y quince países no miembros, como observadores. Para nadie es un secreto que la actual coyuntura internacional marcada por el empantanamiento de las intervenciones militares de EEUU, el fracaso de la agresión israelí a Líbano, el tema nuclear iraní, los altos precios energéticos o la frustración por un sistema comercial internacional, puede dar lugar a una reacción desde el Sur impulsada por importantes e influyentes países que están claramente enfrentados al mundo unipolar que sufrimos, como son los casos de Irán, Siria, Venezuela y Cuba, entre otros. Poner de acuerdo a países tan diversos y con alianzas tan diferentes, en un programa mínimo que defienda posiciones de esa humanidad marginada o amenazada en el ámbito internacional, es a todas luces el mayor reto de esta Cumbre que comienza. Al terminar la misma, Cuba será la encargada de llevar adelante sus acuerdos y de ser su portavoz, lo cual no deja de ser un dato significativo en sí mismo. –
Bielorrusia, el nuevo socio de la vieja Europa
Los cambios en la geografía política posteriores a la caída del Muro de Berlín han facilitado la incorporación de gobiernos europeos al foro, como Bielorrusia, miembro pleno, y los observadores Ucrania, Bosnia-Herzegovina, Croacia y Serbia, los tres últimos herederos parciales de la desaparecida federación yugoslava, uno de los fundadores y pilares de la no alineación durante la no tan lejana época de la guerra fría. –
El Sur también existe
Mati ETXEBARRIA