La ciudadanía de Myanmar ha estado luchando por la vida de nuestra nación desde que el ejército, o Tatmadaw, tomó el poder el 1 de febrero. Hemos estado manifestándonos pacíficamente, arriesgando nuestras vidas para proteger barrios, pueblos y ciudades, sin luchar por un partido político, o grupo étnico, o dirigentes específicos, sino por la libertad y por una democracia federal real.
Esta es la razón por la cual, los que fuimos debidamente elegidos por la población de Myanmar para asumir cargos, continuamos ahora actuando para defender sus intereses y estamos ahora solicitando ayuda directa.
El personal militar y de seguridad ha asesinado a más de 700 personas, incluyendo a docenas de menores, además de arrestar, acusar o sentenciar a más de 3.050. Al principio, el Tatmadaw respondió a las protestas con tiroteos indiscriminados, arrestos, intimidación y embargos de propiedades. En días más recientes ha redoblado su violencia, haciendo uso de armas automáticas y explosivos pesados. El pasado viernes, solamente en la ciudad de Bago, más de 80 personas perdieron la vida.
El Tatmadaw está ocupando hospitales y escuelas y amenaza con apoderarse de instituciones bancarias. Está bombardeando zonas rurales, forzando a la población civil a buscar cobijo en cuevas y refugios, o a cruzar la frontera con Tailandia.
Éste no es el actuar de un gobierno legítimo, sino el de un ejército en guerra contra su propia ciudadanía.
En respuesta, se han unido personas de todas las generaciones, grupos étnicos, religiones, géneros, regiones y grupos económicos, adaptando constantemente sus formas de oponerse a la represión creciente.
Después de que las fuerzas de seguridad intensificaran la violencia, las personas manifestantes momentáneamente vaciaron las calles como forma de protesta silenciosa, o derramaron pintura roja en carreteras para denunciar la masacre. El Tatmadaw está bloqueando el acceso a Internet en mayor parte del país. La gente empieza a distribuir en mano folletos impresos, como a la vieja usanza.
Este impulso e ingenio indican una única verdad, una verdad que solamente el Tatmadaw parece incapaz de comprender: que el pueblo de Myanmar no aceptará el retorno a un gobierno militar.
El 5 de febrero, solo días después del golpe de estado, se estableció el Comité Representando el Pyidaungsu Hluttaw (CRPH o Parlamento), por parte de más de 300 representantes de distintos partidos políticos y étnicos que obtuvieron escaños en las elecciones generales de noviembre del 2020. El Tatmadaw ha intentado justificar el golpe de estado y su decisión de disolver el Parlamento afirmando, sin ninguna prueba, que hubo fraude electoral. El Comité cuenta con 17 miembros, 15 de ellos pertenecientes a la Liga Nacional para la Democracia, partido que ganó la gran mayoría de escaños en noviembre, y otros dos miembros de partidos que representan a dos minorías étnicas, el Partido del Estado Kayah y el Partido Nacional Palaung.
El CRPH cuenta con un Vicepresidente y cinco ministros en funciones. He sido designada Ministra de Asuntos Exteriores y fue en esta capacidad que me dirigí, en una reunión informal celebrada el 9 de abril, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Nosotros desde el CRPH, junto a muchas otras personas en Myanmar, estamos resistiendo contra el Tatmadaw para impedir que éste consolide su poder, mientras que intentamos establecer una autoridad de gobierno unificada. Para conseguir estos objetivos, solicitamos la ayuda directa de la comunidad internacional.
El Tatmadaw ha ilegalizado el CRPH, así que trabajamos en la clandestinidad, cooperando con el Movimiento de Desobediencia Civil que está liderando las protestas y las huelgas, además de con las organizaciones políticas de minorías étnicas, partidos políticos y grupos de la sociedad civil.
Apoyamos las huelgas de personal civil y trabajadores del sector privado, que están paralizando las funciones estatales y la actividad económica, robando al Tatmadaw de sus recursos. Pero estas medidas son adversas para buena parte de la ciudadanía y, en colaboración, el CRPH y comunidades locales hemos creado comités que aseguren la provisión de agua y alimentos, electricidad, seguridad pública y servicios de salud.
El 31 de marzo, el CRPH anunció la derogación de la Constitución de 2008, elaborada por la anterior junta militar, y presentamos el Acta Constitutiva para la Democracia Federal, una hoja de ruta para construir una nueva Unión de Myanmar federal y democrática, con los militares sometidos a supervisión civil y mayor representación de grupos de minorías étnicas.
El documento describe el plan para establecer instituciones de transición, en particular un gobierno de unidad nacional interino. Su elaboración fue un esfuerzo colectivo del CRPH, varios grupos de minorías étnicas, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y dirigentes del Movimiento de Desobediencia Civil. Representa una muestra sin precedentes de unidad, con una visión para un nuevo Myanmar.
Solicitamos a los gobiernos, particularmente a los de nuestros vecinos, reconocer formalmente al CRPH y a su actual gobierno como la única autoridad gubernativa de Myanmar, y ofrecernos asistencia económica y técnica.
El pueblo de Myanmar está dispuesto a correr grandes riesgos y a pagar un alto precio por sus derechos y su libertad. Solicitamos a la comunidad internacional que lo apoye con medidas coordinadas políticas, económicas y de seguridad.
Ante la escalada de crueldad por parte del Tatmadaw en semanas recientes, hacemos un llamamiento a las Naciones Unidas para que, en colaboración con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), establezca inmediatamente un corredor humanitario para recibir ayuda dentro del país. Solicitamos a los estados miembro de las Naciones Unidas que impongan un embargo de armamento a Myanmar, que se establezcan zonas de exclusión aérea en las áreas fronterizas que refugian a personas desplazadas, y que se trabaje con países vecinos de Myanmar para asistir a las personas refugiadas, incluyendo a personas de minorías étnicas en Tailandia y de la etnia Rohingya en Bangladesh.
Fuente original en inglés: https://www.almendron.com/tribuna/how-to-defeat-myanmars-military/La intención del Tatmadaw de hacer retroceder a Myanmar a la dictadura, al aislamiento y a la pobreza revela su desesperación. No tiene otro objetivo que su propia supervivencia y pocas herramientas, además de la brutalidad. Prácticamente no tiene base política. El partido que respaldó en las elecciones del 2020 obtuvo solamente 33 de los 498 escaños en disputa. Desde el golpe de estado, buena parte del personal diplomático de Myanmar en el exterior ha rehusado públicamente trabajar bajo las órdenes del Tatmadaw, siendo el más prominente el embajador de Myanmar para las Naciones Unidas. Cientos de soldados y agentes de policía han desertado.
Tanto los gobiernos extranjeros como las empresas privadas extranjeras pueden también ayudar a debilitar las reclamaciones falsas de poder del Tatmadaw y limitar significativamente sus fuentes de ingresos.
Agradecemos a la administración Biden por imponer sanciones a oficiales y empresas militares, al impedir que la junta retirara $1 billón de dólares del Banco Federal de Reserva de Nueva York, y al suspender el comercio y los acuerdos de inversión actuales “hasta el retorno de un gobierno elegido democráticamente.”
La Unión Europea también ha impuesto sanciones a personas involucradas en el golpe de estado. Hacemos un llamamiento a otros gobiernos para que no solo condenen la violencia, sino para que hagan lo mismo.
Instituciones bancarias extranjeras deberían detener las transacciones financieras que involucran a bancos propiedad del ejército de Myanmar. Solicitamos a las empresas que sigan el ejemplo de la compañía japonesa Kirin de fabricación de cerveza, la cual se retiró, inmediatamente después del golpe de estado, de una iniciativa conjunta de negocio con Myanmar Economic Holdings, empresa controlada por el comandante en jefe de Myanmar.
Agradecemos al Reino Unido por iniciar la reunión informal de la pasada semana del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Myanmar. El Enviado Especial de las Naciones Unidas para Myanmar está visitando Asia para encontrar una resolución pacífica a la crisis. Algunos dirigentes de ASEAN han propuesto una cumbre de emergencia. Estamos listos para participar en todos estos esfuerzos diplomáticos.
Myanmar ha vivido bajo gobiernos militares por 50 de los 73 años desde su independencia. Pero el país no pertenece al ejército. Pertenece al pueblo.
Zin Mar Aung, anteriormente prisionera política, es diputada electa del Parlamento por el distrito de Yankin en Myanmar y la Ministra en funciones de Asuntos Exteriores del Comité Representando el Pyidaungsu Hluttaw (CRPH).
Fuente original en inglés: https://www.almendron.com/tribuna/how-to-defeat-myanmars-military/