La guerra en Ucrania provocó el rechazo del mundo occidental hacia Rusia, la cual fue desanexada del sistema financiero dominado por occidente, sus reservas en el extranjero fueron confiscadas, y se encuentra en una guerra que no se atreve a decir su nombre contra la OTAN en Ucrania.
La explosión del gasoducto Nord-Stream 2 no es un accidente y busca cortar los nexos restantes de Rusia con Europa, a nivel energético y económico. Aunque la reciente orden emitida contra el presidente Putin por parte de la Corte Penal Internacional (CPI) de la Haya no tendrá ningún efecto relevante en el conflicto global, está es una herramienta más en la guerra de los medios de información y busca cortar a su vez los lazos restantes de Rusia con Europa, a nivel legal y jurídico.
Motivado por la explosión del Nord-Stream 2, un proyecto de infraestructura Rusia-Europa, propongo echar un vistazo a otros proyectos de infraestructura en Eurasia y sus potenciales riesgos de sabotaje o desestabilización. En particular, la nueva ruta de la seda china 2.0 y el corredor internacional de transporte norte-sur, que son proyectos que buscan conectar Eurasia y son claves para el desarrollo futuro de diferentes regiones en Asia central, surasia, medio oriente, África, entre otras. Por lo tanto, es importante una revisión de estos proyectos y su estudio en el contexto de la guerra híbrida mundial actual entre la unipolaridad (liderada por la OTAN) y la multipolaridad (liderada por Rusia y China), además de los potenciales riesgos actuales y a futuro a lo largo de su región.
OTAN vs Rusia/China (Unipolaridad VS Multiporalidad)
Cuando el mundo bipolar llega a su fin con el colapso de la unión soviética en 1991 y se da el inicio de la unipolaridad, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama acuña la frase «El fin de la historia». Un solo modelo (el ganador de la guerra fría) será el modelo de la modernidad, y será propagado eventualmente a nivel global. Sin embargo, en 1998 el académico estadounidense Samuel Hungtinton contradice el fin de la historia de Fukuyama, y básicamente predice que el carácter individualista del modelo liberal chocará con la idiosincracia, cultura y tradición de otros pueblos y el intento de su occidentalización, prediciendo un «choque de civilizaciones». Este es para algunos, el primer indicio teórico, de un mundo multipolar avecinándose y que con el fin de la globalización (o el inicio de la desglobalización) se está consolidando gradualmente.
Muchos autores consideran que la era multipolar dio sus primeros pasos concretos cuando el Presidente Vladimir Putin pronunció su famoso discurso ante el Consejo de Seguridad en Munich en Febrero del 2007, donde expresó su retórica anti-expansionista hacia la OTAN, que desde 1949 ha ido expandiéndose más y más cerca de las fronteras rusas. 11 años después, en 2018, Putin en un discurso a la nación anuncia un conjunto de seis nuevas armas con capacidades nucleares e hipersónicas. Desde este momento, no quedó duda que el mundo volvía a tener otro polo más, con el pueblo ruso otra vez como uno de los actores principales. Sin embargo, por otra parte y contrario a la época de la guerra fría, otro gigante asiático emergía a un ritmo acelerado en materia económica, tecnológica, financiera y también portadora de armas nucleares, estamos hablando de China. Desde la época de Deng Xiaoping, que ejerció en 1978 una serie de reformas y el reabrimiento de China al mundo, el país asiático ha crecido a pasos agigantados y se ha vuelto la fábrica del mundo. China, una civilización milenaria con una idiosincrásia propia y con solidez en rubros económicos, financieros y militares, conforma un polo más en el siglo XXI.
Estas tres potencias son los polos más definidos del mundo actual y confirman los indicios de la tesis de Hungtinton, los términos unipolar y bipolar se vuelven caducos en nuestro tiempo, que está viviendo un momento multipolar, donde más polos podrían consagrarse en las décadas por venir. Por otro lado, por pena o por fortuna, las divisiones internas en los Estados Unidos, donde existían dos corrientes de pensamiento hacia este momento multipolar, han forzado un G2 de Rusia y China contra Estados Unidos. Citándo al Dr. Jalife, durante la década de los años 70 y posterior, los partidarios de Henry Kissinger, exasesor de seguridad de Richard Nixon y Gerald Ford, valoraron un G2 entre Estados Unidos y China, mientras que los partidarios del ex-asesor de Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, preferían un G2 de Estados Unidos y China contra Rusia. Después, Kissinger ya en el siglo XXI parecía inclinarse a un discurso para un G2 entre Estados Unidos y Rusia contra China [1]. Esta ambigüedad política de los Estados Unidos y sus políticas hostiles hacia ambos países terminó por decantar totalmente lo opuesto, un eje Rusia-China contra Estados Unidos. Retomando los términos usados por la corriente filosófica de A. Dugin, esto podría parafrasearse como, un bloque (de momento Euroasiático) que busca la transición a un mundo concretamente multipolar, contra un bloque atlantista que busca mantener la hegemonía y el mundo unipolar.
En este conflicto, la confrontación ocurre no solo en materia militar, con el movimiento de tropas estadounidenses retiradas de Afganistán y el actual conflicto en Ucrania, sino también en materia financiera, con la expulsión de Rusia del sistema de transferencias internacional SWIFT, la apropriación de reservas en el extranjero, y el surgimiento de sistemas alternos al SWIFT como el CIPS (en China) o el UPI (en India), y también en materia económica, con el movimiento de fábricas de Taiwan (off-shoring) a México y Estados Unidos (near-shoring), y la iniciativa de la ruta de la seda china 2.0. Estos rubros junto con otros más (la guerra informática y de medios, la guerra tecnológica, etc.) forman parte de una parafernalia que conforma la guerra híbrida mundial actual. Cada uno de estos rubros es importante por sí mismo, aunque en esta publicación me concentro en el ámbito económico, en particular, en los proyectos de integración económica en Eurasia y sus potenciales riesgos en este conflicto entre la unipolaridad y la multipolaridad.
Proyectos de infraestructura comercial y conectividad en Eurasia.
A nivel de economía y conectividad, los potenciales proyectos que buscan conectar a la región euroasiática son dos: El Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, o nueva ruta de la seda china 2.0 (BRI, del inglés Belt and Road Initiative). El INSTC [2] fue acordado inicialmente entre Rusia, India e Irán en 2002, después se anexó a Azerbaiyán, y ya en 2022 ha mostrado progreso con un primer envío al puerto Jawaharlal Nehru de Mumbai desde el puerto Astrakhan de Rusia [3]. Se espera que el INSTC produzca tiempos de entrega más cortos en un 40% y que esto se refleje en una reducción de costos del 30% [4]. El INSTC parte de la India desde Mumbai y pasa por el Golfo de Oman para arribar a Irán al puerto de Chabahar, donde los envíos pueden arribar y almacenarse durante un tiempo, o bien ir hasta Bandar-Abbas. Después, estos tienen que ser dirigidos a Teherán para luego poder ser traspasados a Bakú en Azerbaiyán, donde la ruta ahora pasa a través del mar Caspio. Finalmente, el objetivo de las mercancías es arribar al puerto de Astracán para después tener acceso a Volgogrado-Moscú-San Petersburgo. De está manera, el INSTC es una ruta comercial que conecta el mar Arábigo y el mar Caspio, o visto de otra manera, es un eje comercial y conectividad entre India-Irán-Rusia, dos miembros del BRICS y un potencial miembro del BRICS+.
Por otra parte, tenemos el BRI es todo un proyecto en sí mismo y comprende distintas dimensiones. El BRI comprende un cinturón económico, una ruta marítima y una potencial ruta ártica o polar. El BRI fue lanzado en 2013 por el presidente Xi Jinping y es todo un proyecto comercial gigante y ambicioso en el que China ya ha invertido un trillón de Dólares [5] (aunque su inversión ha sido criticada por la prensa occidental [6]). El banco mundial estima que el comercio mundial podría incrementar entre 1.7% y 6.2%, resultando en un incremento de la ganancia real global del 0.7% al 2.9% [7]. Estos números, pese a ser valiosos esconden otras potenciales ganancias, como son la «Yuanización» de Eurasia y el reemplazo del Dólar, que es algo mucho más crítico. Ya el famoso analista político brasileño Pepe Escobar ha previsto un boom del BRI en 2023 analizando las condiciones que se han ido formando para este año y pronostica condiciones favorables para el Yuan (aunque más ligado al petróleo, con el petroyuan) [8].
El cinturón económico del BRI tiene planeado pasar por varias ciudades de China y atravesar un gama de países del centro de Asia como Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, y Uzbekistán. De esta manera, las mercancias chinas se conectan con algunos países de su periferia inmediata, donde no solo se vuelven importantes puntos comerciales sino también actores importantes en la iniciativa. Recordemos que ya Uzbekistán fue sede de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en 2022 en Samarkanda, donde muchos países de Eurasia fueron participes. Después, el cinturón económico cruza y conecta a Irán y Turquía para posteriormente pasar por una gama de países de origen Ortodoxo en Europa para llegar a Moscú y luego continuar su ruta a Europa hasta Alemania y Países Bajos. Aquí podemos notar dos cosas, la más inmediata es que el cinturón económico parece dañado por la actual situación del conflicto Rusia-Ucrania. Además, los lazos entre Rusia y Alemania (actor principal de Europa junto con Francia) van de capa caída con el sabotaje al Nord-Stream 2 y la orden judicial contra Putin por la CPI, donde una vez más la política occidental (como en las antiguas teorías de George Kennan) aplica una especie de contención (Containment) a Rusia para no acercarse demasiado a Alemania y evitar el eje Moscú-Berlín-París. Por otra parte, notamos que Irán se vuelve un pivote geopolítico en la región, siendo Teherán un centro comercial importante tanto del BRI como el INSTC, tal como Moscú.
La ruta marítima de la seda es un proyecto vital ya que parte de las ciudades del sureste de China y recorre todo el Mar de la China Meridional y conecta a China con países como Vietnam, Malasia e Indonesia. Más aún, conecta comercialmente a China e India! Siendo un india un país que algunos consideran como el cuarto polo en el actual mundo multipolar. Pese a que China e India han tenido disputas territoriales, y guardan un sistema de transacción alterno con capacidades de reemplazar o complementar al SWIFT, como son el CIPS y el UPI, sus tensiones han sido mediadas por Rusia [9]. De esta manera, desde el inicio de la guerra en Ucrania, India incremento de manera dramática su adquisición de petróleo Ruso [10], dejando de lado a Estados Unidos y ha atenuado sus diferencias con China. Después, la ruta marítima comercial conecta con Sri-Lanka (que pasa por una situación financiera catastrófica) y se dirige a Nairobi en la República de Kenia. Finalmente, está pasa por el estrecho de Bab el-Mandeb para posteriormeante recorrer el mar rojo y pasar por el canal de Suez hacia Europa. Ya en Europa, la ruta de la seda tenía planeado llegar a Atenas y luego Venecia, donde se conectan la ruta marítima y el cinturon comercial.
Finalmente, una tercera iniciativa o tentativa que ya es poco comentada en la situación del mundo actual pero tendría una gran relevancia geoestratégica es la tercera ruta de la seda, que pasa por Ártico. Actualmente el proyecto está en etapas muy tempranas de su desarrollo y por lo tanto se tiene menos discusión hacia este comparado con los otros dos. Además, existen complicaciones extras para la realización de la ruta polar o ártica ya que existe cierta renuencia porque se prevé que esto le daría a China acceso y relevancia al ártico, la cual no posee actualmente y es de alta importancia geoestratégica. Actualmente, las naciones del ártico son Noruega, Rusia, Canadá, Dinamarca y Estados Unidos. En otras palabras, la OTAN y Rusia son los actuales dueños del ártico, por consiguiente, países occidentales no verían con buenos ojos inmiscuir a China. Pese a que China ya lanzó su primer white-paper acerca de su política ártica [11] existen distintos factores que son complicados de negociar. Además del deshielo del ártico que puede provocar condiciones difíciles (aunque no imposibles) para la realización del proyecto se pone en la mesa también los distintos recursos naturales valiosos como el petróleo, gas y minerales que se pueden encontrar en el ártico en mayores cantidades en comparación con la antártida [12]. No cabe duda, que de las tres rutas de la seda, está podría ser la más complicada a nivel tecnológico, además de guardar disputas estratégicas, y posiblemente será la última en ocurrir, si llega a concretarse.
Potenciales riesgos a través de las rutas comerciales y la conectividad de Eurasia.
Amablemente he producido una imagen en la que grafico el mundo quitando el continente americano y trazo las diferentes rutas y corredores económicos que describo en la sección anterior (ver imagen de cabecera). Además, incluyo a manera de marcadores los distintos puntos de la región de interés donde se han producido distintos conflictos, intervenciones o tensiones a nivel internacional a lo largo del BRI y el INSTC. Esta imagen es útil porque analizada en el contexto actual puede proveer pistas sobre regiones de interés donde el BRI o el INSTC podrían enfrentar problemas en el corto y mediano plazo. Así, el objetivo de este análisis es sentar las bases para el estudio de regiones en las que los proyectos de infraestructura de Eurasia podrían enfrentar problemas y prevenirlos, tomar acción o prestar consideración a estás regiones.
Probablemente uno de los lugares más inmediatos a considerar en la situación actual es Europa, donde el conflicto entre Rusia y Ucrania ha desencadenado una serie de sanciones que cortan el acceso de Rusia a Europa. En efecto, Rusia lentamenta encontró que desde los acuerdos de Minsk, la Revolución Naranja y el Euromaidan, su lucha contra occidente continuaba alrededor de sus fronteras mientras la OTAN continuaba expandiéndose. Así, toda esta serie de sucesos dio lugar la actual guerra con Ucrania que le ha asestado a Rusia sanciones financieras y económicas muy fuertes (aunque no letales) por parte del bloque atlantista. Además, con el reciente sabotaje del Nord-Stream 2 se busca cortar los nexos de Rusia con el resto de Europa y se baraja la opción de incluir a otro país más a la OTAN como lo es Finlandia. Todo esto parece ser una versión agresiva y poco elegante de la antigua política del Containment de George Kennan, donde se empuja hacia atrás y se busca contener en este caso a Rusia para evitar un eje Moscú-Berlín-París. Este es un golpe duro para el BRI pues China se ha mostrado recientemente como un aliado de Rusia a todos los niveles y la ruta de la seda parecería ser distante de Europa en el corto y mediano plazo. De la misma manera que Rusia ha sido expulsada de Europa, China podría serlo con todo y su ruta de la seda, por razones geopolíticas. Por lo tanto, actualmente las inversiones de la ruta de la seda más fuertes deben realizarse en Eurasia y no en Europa.
Por otra parte, Turquía sigue siendo un socio confiable y el cinturón económico del BRI no parece estar en riesgo de complicaciones desde dentro de Turquía, aunque deberán seguirse las elecciones para Mayo del 2023 para ver si Erdogan continúa o ocurre un cambio de régimen. Pese a esto, la región comprendida entre Turquía e Irán no está exenta de presiones extranjeras por parte de occidente, cuando ya el exoficial de la administración Trump, John Bolton declaró su apoyo a una Kurdistán independiente [13], la cuál comprende una región entre el cinturón económico del BRI y el INSTC. Por otro lado, enfocandonos en el sur de Asia, será también importante soslayar cualquier tipo de tensiones en la frontera entre China y la India en la región de Arunachal-Pradesh para poder comerciar sin complicaciones al sur de Asia y a Asia oriental. Además, la región de Cachemira parece una región caótica donde un conflicto entre India, Pakistán y China debe ser mediado y controlado. De lo contrario podrían emerger tensiones al nivel de dañar las relaciones India-China. Además de las disputas del territorio de Cachemira, la India debe prestar atención al movimiento Jalistán (Khalistan en inglés) que podría ser aprovechado por Pakistán para extender los disturbios de Cachemira a Punyab. Propongo que de la misma manera en que China se volvió un actor en materia de seguridad entre Arabia Saudita e Irán, Rusia o China deberían volverse mediadores en esta potencial extensión del conflicto entre India y Pakistán. Sin embargo, esta negociación podría ser más difícil que la reconciliación entre los países musulmanes, ya que tanto Pakistán como India poseen armas nucleares. Sin embargo, en un futuro BRICS+ con Irán y el mundo árabe, una Pakistán podría lucir más cercada y las negociaciones podrían facilitarse. Esto es:
BRICS+ con Irán y Arabia-Saudita + China/Rusia mediadores = Posible resolución del conflicto India-Pakistán.
Ahora si consideramos al reciente y joven potencial eje Arabia Saudita-Irán, y prestamos atención a la ruta del INSTC, la reconciliación entre el mundo árabe y el mundo persa podría convertir una antigua tensión que podía complicar al INSTC a un nuevo INSTC 2.0! Esto es, una tension ya apaciguada entre árabes y persas que podía causar problemas en el estrecho de Ormuz, ahora podría convertirse en una extensión del INSTC que a través del Golfo Pérsico proceda a llegar a Arabia Saudita e inclusive conectarse con la ruta de la seda marítima. Esto es, un nuevo INSTC 2.0 que se extienda al mundo árabe e inclusive al continente africano. Por lo anterior, podemos hipotetizar que Irán, al ser tanto centro comercial del INSTC como del BRI, además de ser potencial miembro del BRICS+, se convertirá en un pivote geopolítico en el región. Por otra parte, el actual conflicto entre Armenia y Azerbaiyán podría causar potenciales problemas en el punto comercial de Bakú. Una potencial escalada suscitada inclusive por grupos extranjeros podría provocar una escalada del conflicto que de momento se encuentra confinado a la región del Alto Karabaj y está siendo constantemente apaciguado por Rusia.
La ruta marítima puede tener problemas justo desde su corazón, en la propia China. La más notable y evidente es el potencial conflicto con Taiwan. Actualmente las empresas productores de chips y semiconductores de Estados Unidos en Taiwan están transportando sus empresas devuelta por una posible escalada en el conflicto China-Taiwan. Es obvio que Taiwan es para China un objetivo al cual no están dispuestos a renunciar. Sin embargo, este objetivo debe ser perseguido a largo plazo y evitando conflictos militares que, una vez que las empresas de semiconductores sean retiradas de Taiwan, solo perjudicarán a China y a la tura marítima. Además, esto podría provocar una cancelación similar por el mundo occidental a la orquestada a Rusia. Sin embargo, China sería menos afectada que la misma Rusia debido a su naturaleza autárquica. Por otro lado, las protestas de Hong Kong y revoluciones de color son un tema que difícilmente podrían propagarse a otras regiones en los alrededores. Sin embargo, este podría ser un asunto de agitación constante. Aunado a lo anterior, menor relevancia podría prestarse también al actual conflicto entre Israel y Palestina o los hechos ocurridos en Siria en cuestión de la realización de la ruta marítima, ya que su conexión con Europa y su paso por el canal de Suez tendrá que analizarse con más cuidado en los años por venir tomando en cuenta la evolución del panorama internacional. Pese a esto, para la causa Siria, podría ser algo bueno que tanto la ruta marítima como el cinturón económico rodean al país y eventualmente podría ayudar para su reconstrucción y desarrollo. En pocas palabras, el mayor problema a nivel de destabilización a nivel militar para la ruta marítima del BRI provienen del conflicto con Taiwan.
La ruta polar o ártica como mencionamos anteriormente, cuenta con sus mayores problemas en la región del ártico en sí. Sin embargo, un conflicto regional actual que podría afectar a la ruta ártica es una potencial escalada del conflicto de las coreas, ya que la ruta ártica nace en la región de Dalian en China y toma paso por Vladivostok para después recorrer todo el ártico. Por otra parte, el hecho de que Japón es frontera con la ruta ártica y además es el principal aliado estadounidense en Asia (aunque no parte de la OTAN) abre una brecha. Posiblemente Estados Unidos pudiera usar a Japón como un beligerante contra Rusia y China, pero esto se ve improbable en el contexto de la ruta ártica, la cual es la menos desarrollada de las tres rutas de la seda, a pesar de que esta podría ser la más rápida y eficiente para llegar Europa ya que cruza por el ártico donde las distancias son más cortas. Sin embargo, el fin de la ruta ártica parece incierto ya que los lazos con Europa (al menos al nivel de Rusia) se ven muy dañados. Además, una potencial membresía de la OTAN para Finlandia podría complicar aún más el paso de la ruta ártica desde Sabetta en Rusia hasta Europa. Por lo tanto, los problemas de la ruta ártica parecen ser más de una índole de confrontación directa por el eventual dominio del ártico, donde se buscará que China no tome relevancia, como mencionamos en la sección anterior.
Finalmente, tanto el BRI como el INSTC son proyectos de integración Euroasiática los cuales buscan modernizar de manera pacífica al sur de Asia, Asia central, Asia oriental, y el medio oriente, además de generar conectividad con Europa y África. Además, estos buscan reducir costes de transporte, esparcir riqueza y desarrollo a los países de Asia y posiblemente plantear la infraestructura para dar un eventual lugar al Yuan como la divisa principal del continente asiático. Cabe destacar que a nivel militar, tanto el BRI como el INSTC son rodeados por el AUKUS, que para mi gusto y en términos de Halford Mackinder, es la última barrera militar como medida hacia el Heartland (o corazón de la tierra) al traspasar el Rimland (en términos de Nicholas Spykman). Así, podemos notar que todos los conflictos actuales que rodean los proyectos de infraestructura comercial de Eurasia comprenden la región del Rimland, que previene al Heartland de salir. Así, tanto el BRI como el INSTC son proyectos telurocráticos que tienen el potencial de provocar cambios nunca antes vistos y sentar bases económicas para el mundo multipolar y que tienen que ser llevados a cabo previendo posibles riesgos a estos. De esta manera, podrá llevarse a cabo y de la mejor manera una transición pacífica de una Eurasia dividida y fragmentada a una Eurasia sólida con distintos polos. Tal como Xi Jinping mencionó a Putin en su reciente visita, esto podría ser algo no visto en 100 años.
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