En medio de la pandemia mundial por el covid-19 pudo haber quedado como una noticia perdida el incidente violento que se produjo entre militares de India y China en la zona fronteriza del territorio en disputa de Cachemira.
El enfrentamiento armado habría dejado cerca de cuarenta bajas entre muertos y heridos de ambas partes. Lo increíble es que fue una pelea con “palos con clavos y alambres de púa, piedras y cañas de bambú con clavos convertidas en armas de guerra. (…) Pero no hubo un solo tiro. Sencillamente porque no les está permitido (…) Los medios indios dicen que los soldados participaron de combates cuerpo a cuerpo hasta morir” (Clarín, Argentina, 18/6/2020).
Así se enfrentaron las dos potencias nucleares en el valle de Galwan, a los pies del Himalaya, en la conflictiva Cachemira. ¿Cuándo nació este conflicto? La cuestión arranca con la independencia de India del Reino Unido en 1947. El triunfo independentista fue un gran logro. Pero la antigua colonia quedó dividida en dos países: India y Pakistán, con mayoría musulmana. El proceso dirigido por el nacionalismo burgués hindú del Partido del Congreso ( Mahatma Gandhi y Pandit Nehru) y de la Liga Musulmana aceptó la división que impulsó el imperio británico. De esta manera el imperialismo, en su derrota, pudo manipular esas diferencias en su favor. Una división artificial hizo que hasta hoy siguieran los conflictos y que se mantuviera el atraso y la pobreza en la región. A partir de esos enfrentamientos quedó la región de Cachemira, de mayoría musulmana, como una zona en disputa dividida en tres partes: la controlada por India, la que está bajo el gobierno de Islamabad (Pakistán) y una pequeña región al nordeste que pertenece a China.
A su vez, en Cachemira existe un gran movimiento popular que exige su independencia, reclamo y derecho a la autodeterminación que los socialistas revolucionarios apoyamos. Como también repudiamos todos los manejos del imperialismo, en especial de los Estados Unidos, que incentiva estos conflictos. Así como los manejos de los gobiernos burgueses de India, Pakistán y China. No hay nada de progresivo en estos choques.
Pero este insólito incidente de pelea militar muestra a qué extremos puede llegar el sistema capitalista imperialista y los peligros que encierran para la humanidad. Dos potencias capitalistas nucleares, como India y China, protagonizan un choque militar rayano con la barbarie. Militares con palos con clavos y piedras se matan por un territorio perdido en el Himalaya. Podrá no llegarse hoy a una guerra nuclear. Pero no se pueden descartar dos guerras posibles, entre India y China o India y Pakistán. Tres países con armas nucleares. Cualquier chispa podría provocarla con el beneplácito del imperialismo.
En medio del coronavirus y de la miseria creciente los gobiernos de India y China están preocupados por una disputa en Cachemira. China está construyendo rutas en la zona para incentivar su relación con Pakistán y avanzar con el proyecto comercial de la Ruta de la Seda. Se trata de los dos países más poblados del mundo. China cuenta con 1.400 millones de habitantes. India posee 1.300 millones. Pakistán, el tercero en discordia, tiene cerca de 200 millones.
El gobierno de India, del derechista nacionalista Narendra Modi, está en dificultades por la miseria creciente y el peligro del avance de Covid-19. En los últimos dos años se produjeron varias huelgas de más de 100 millones de trabajadores. India tiene más de 300 millones de personas bajo pobreza extrema, según datos de la FAO. Millones defecan al aire libre, desconocen lo que es un inodoro, con lo que esto significa para la salud. Pakistán cuenta con 60 millones de habitantes en situación de pobreza extrema. En estas condiciones de miseria ambos países y sus gobiernos invirtieron miles de millones de dólares en su carrera armamentista. “La carrera nuclear de Pakistán e India puede llevarles a tener entre 400 y 500 armas nucleares para el año 2025. El conflicto abierto entre ambos países amenaza constantemente con provocar un enfrentamiento nuclear de consecuencias imprevisibles y devastadoras. Si algún día uno de los dos territorios abre la veda se esperan más de 100 millones de muertes instantáneamente” (La Vanguardia, 9/10/2019). Ya ambos países poseen aviones con armas nucleares con un alcance que va de 2.100 a 2.500 kilómetros.
Por una guerra, un incidente militar o un accidente nuclear, la vida de millones estaría en riesgo. Como lo están también por las armas nucleares que dispone el imperialismo. La clase trabajadora y la juventud de India, Pakistán y China deben luchar contra sus gobiernos para evitar una posible guerra fratricida, por el derecho a la autodeterminación del pueblo de Cachemira y contra el hambre y la explotación capitalista. Pero los hechos de la “guerra a palos y piedras” muestran que, junto con la miseria creciente, la crisis del Covid-19 y la destrucción ambiental, está planteado luchar por el fin del sistema capitalista imperialista logrando gobiernos de las y los trabajadores que inicien la construcción del socialismo en el mundo.
Miguel Sorans. Miembro de la dirección de Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta internacional (UIT-CI)