Alberto Garzón, Desiderio Cansino y John Hilary son autores de un excelente y necesario libro de intervención que acaba de publicar la editorial El Viejo Topo: La gran amenaza. Sobre el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea. Se recogen en él un escrito didáctico e informado de los dos […]
Alberto Garzón, Desiderio Cansino y John Hilary son autores de un excelente y necesario libro de intervención que acaba de publicar la editorial El Viejo Topo: La gran amenaza. Sobre el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea.
Se recogen en él un escrito didáctico e informado de los dos primeros -«50 preguntas y respuestas sobre el Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y la Unión Europea»- y un segundo texto del tercer autor: «El acuerdo transatlántico sobre comercio e inversión».
El primero, pedagógico, más que comprensible, pensando siempre en el lector/a no especialista, es un excelente de texto de formación e intervención sobre un tema decisivo en los próximos meses y años en la agenda de las izquierdas transformadoras. Tan esencial como el aire que esa izquierda rebelde respira.
De hecho, hasta ahora, las acciones y movimientos conocidos y algunas votaciones trazan una singular por más que esperable línea de demarcación. El pasado 6 de mayo de 2014, Izquierda Plural hizo una propuesta de ley para que el Congreso de Diputados español se manifestara a favor de un referéndum sobre el tratado antes que el gobierno manifestara su apoyo. ¡Qué menos! Toda concepción no demediada de la democracia así lo exige! Se trataba de consultar a la ciudadanía sobre un asunto decisivo en nuestras vidas. Pero votaron en contra, unidos de la mano en los asuntos básicos como ha sucedido en general en estos 35 últimos años, el PP, la UPyD, el PSOE y CiU (tengo dudas sobre el voto final del PNV, que creo que fue negativo). La fuerza nacionalista y más conservadora catalana está por el derecho a decidir… cuando la decisión le conviene. Solo en ese caso.
Me centro ahora en la primera aportación. El texto de Garzón y Cansino merece ser leído, discutido y difundido con la máxima urgencia. Es un excelente aviso para navegantes y para la ciudadanía de tierra firme. La amenaza fantasma, la gran amenaza, es tan real como muchos otros supuestos fantasmas cuya dura realidad hemos comprobado tiempo después.
Algunas de las ideas y argumentos expuestos:
1. En el mundo hay más de 3 mil acuerdos internacionales de inversión, la mayoría de ellos bilaterales.
2. Fue en junio de 2013 cuando EEUU y la UE anunciaron el inicio de negociaciones para llegar efectivamente a un acuerdo trasatlántico de comercio e investigación, el TTIP por sus siglas en inglés. Las conversaciones empezaron al mes siguiente.
3. Con el máximo sigilo, con nocturnidad y alevosía. En el más estricto secreto aunque se hable de transparencia. El negociador principal de la parte europea «reconoció en una carta pública que todos los documentos relacionados con las negociaciones estarían cerrados al público durante al menos treinta años» (p. 9).
4. Son los intereses y estrategias de las multinacionales los que están dictando las negociaciones.
5. El TTIP no busca, fundamentalmente, disminuir las barreras arancelarias. Las tarifas promedio rondan el 3,5% en Estados Unidos y el 5,2% en la UE según la Organización Mundial del Comercio. Son niveles, señalan los autores, extraordinariamente reducidos.
6. ¿Cuál es entonces el propósito último? Modificación de la regulación existente en las relaciones comerciales entre ambos espacios económicos.
7. Ejemplos de ello: control sanitario de determinados productos, estándares medioambientales, convenios laborales, propiedad intelectual, servicios públicos. Se argumenta, señalan Garzón y Cansino, que «estas normas suponen costes adicionales para las empresas, todo lo cual sería una pérdida de potencial económico para las distintas economías».
8. Hay experiencias pasadas que son equiparables y que enseñan y muestran los peligros potenciales de un acuerdo de estas características. Por ejemplo: el acuerdo de libre comercio del Norte, el NAFTA. Cuando se firmó se habló de la creación de 20 millones de puestos de trabajo. Nada que ver con la realidad, una falsación en toda regla a una mentira desplegada.
9. Uno de los sectores que puede quedar más dañado: la agricultura europea con 13 millones de granjas (2 millones en USA, mucho mayores).
10. El TTIP podría servir además para aproximar a la baja las relaciones europeas a los estándares usamericanos. Una generalización, señalan los autores, de carrera hacia el fondo, hacia mínimos.
Hay más: impuestos empresariales a la baja, efectos en la salud pública, efectos en el medio ambiente, democracia demediada, demandas empresariales a instancias jurídicas constituidas ad hoc, etc.
En síntesis: no hay que perdérselo. Una excelente forma de adentrarse en una temática crucial para todos nosotros.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.