Lo afirmó hace poco Al Baradei, delegado de NNUU para control de programas nucleares. No cabe pedir a Israel que renuncie a sus armas atómicas. No, sin darle antes seguridad. Seguridad de que no se amenazarán su existencia e integridad territorial. Que se respetará su derecho a existir. Lo que aduce Israel para justificar su […]
Lo afirmó hace poco Al Baradei, delegado de NNUU para control de programas nucleares. No cabe pedir a Israel que renuncie a sus armas atómicas. No, sin darle antes seguridad.
Seguridad de que no se amenazarán su existencia e integridad territorial. Que se respetará su derecho a existir. Lo que aduce Israel para justificar su delirante poder militar y atómico.
Suena razonable. Seguridad a cambio de desarme nuclear. Garantías de paz por bombas.
Lo chocante es la especificidad de ese discurso. Usado para justificar el armamentismo de Israel. Negado a países en igual o peor situación. Amenazados con guerras devastadoras.
El caso de Iraq. EEUU exigió su desarme acusándolo de amenaza. Lo que quería era el desarme para invadirlo sin más. Tal pasó. Iraq se desarmó y fue invadido. En guerra sigue.
Lo olvidan con Irán, objetivo de EEUU desde 1980. Al Baradei quiere imponer durísimas restricciones a su programa nuclear. Negando su derecho a poseer armas. Igual que Israel.
Pide Corea del Norte garantías. Como Israel. Para no seguir fabricando bombas atómicas. Que EEUU se comprometa formalmente a no invadirla. EEUU no quiere firmar nada.
Cuba es ahogada a sanciones. EEUU quiere derrumbarla por asfixia. Niega su derecho a ser independiente. Curiosa casualidad. Todos se defienden de EEUU. El bueno de la película.