Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
En el mundo demencial en que habitamos, se nos informa que en Afganistán hay casi doce millones de afganos viviendo en medio de la pobreza, de ellos, nueve millones pasan hambre y corren peligro de morir de inanición.
El 18 de agosto pasado, la Unión Europea decidió reservar 125 millones de euros para compensar a los agricultores europeos que se deshicieran de productos alimenticios perecederos.
El mismo día, Reuters informaba que estaban utilizándose armas estadounidenses para destruir esas mismas armas.
La madre de esa demencia internacional es la guerra en Afganistán, Iraq y Ucrania.
Si un F-16 despega de la Base de la Fuerza Aérea en Turquía, vuela dos horas hasta Erbil, Iraq, y consigue arrojar con éxito sus bombas sobre un objetivo, eso le cuesta a EEUU de 84.000 a 104.000 $USA por cada salida, y destruye, por un valor mínimo de un millón de dólares y un máximo de doce, el equipamiento made in USA que ha sido capturado y está en posesión de los yihadíes del Estado Islámico, según Reuters.
Rusos y ucranianos están también enfrentándose con tanques, armas, bombas y aviones, todos producidos en las mismas fábricas. Eran el mismo país hace apenas 23 años. E incluso después mantuvieron estrechos lazos militares hasta hace pocos meses, cuando Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN trataron de convertir a Ucrania en un aliado occidental y Rusia se opuso.
La orden de la UE a sus agricultores se debe a que Rusia se defendió de las sanciones occidentales impuestas por el conflicto de Ucrania prohibiendo durante un año las importaciones de alimentos de Europa, EEUU, Australia, Canadá y Noruega.
Los agricultores deben dejar que la comida se pudra «para reducir el nivel de la oferta y que los precios no caigan a niveles de crisis», dijo el portavoz de la Comisión Europea Roger Waite.
Las exportaciones de frutas y verduras de la UE a Rusia estaban valoradas en unos 2.700 millones de $USA. Los países más duramente golpeados por la prohibición rusa no son precisamente los más ricos de Europa: Polonia, España y Lituania.
La dieta tipo en Afganistán consiste en pan con una sopa aguada, algunas cebollas, una patata, arroz, y quizá algún hueso y un poco de yogurt o aceite.
En los viejos tiempos, los afganos podían producir lo suficiente como para alimentarse con una agricultura de subsistencia, crecía lo necesario para alimentar a cada familia. Entre los trastornos del conflicto armado y las imprevisibles y escasas lluvias, eso ya no es posible. Los afganos deben ganar dinero para poder comprar comida y los precios de los alimentos son altos. Hay demasiada gente que tiene que sobrevivir con menos de un dólar al día. Doce millones de afganos ganan menos de 45 céntimos de dólar al día.
La cantidad de dinero que EEUU ha gastado en el desarrollo agrícola en Afganistán es menos del uno por cien de lo invertido en gastos militares.
La década de las guerras estadounidenses aquí y en Iraq acabará costando al menos seis billones de dólares, el equivalente a 75.000 $USA por cada hogar estadounidense, según ha calculado la prestigiosa Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.
De acuerdo con su informe de 2013, ambas guerras «serán las más costosas de la historia de EEUU, con un total de entre cuatro y seis billones de dólares USA», cifra que incluye atención médica a largo plazo, indemnizaciones por incapacidades a los miembros del servicio militar, veteranos y familias, reabastecimiento militar y costes sociales y económicos.
«La mayor porción de esa factura está aún pendiente de pago», dice el informe. Revela que uno de cada dos veteranos ha solicitado ya los beneficios de la incapacidad permanente. «A la tercera parte de los veteranos que han vuelto se les ha diagnosticado problemas de salud mental: sufrimiento por ansiedad, depresión y/o trastornos de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés)».
En Afganistán, los sufrimientos de los 28 millones de afganos -60% jóvenes- son igualmente reveladores.
Del mismo modo que los soldados estadounidenses, los soldados afganos y los civiles también mueren y sufren minusvalías. Sin embargo, se ha estimado que cada año mueren más afganos, hasta un 25% más, de desnutrición y pobreza que a causa de la violencia. La esperanza de vida está alrededor de los 50 años.
Fuente: http://www.rawa.org/temp/runews/2014/08/24/12-million-afghans-earn-less-than-45-cents-a-day.html