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EE.UU.-OTAN: Más militarización, menos paz para el mundo

Fuentes: Rebelión

La activista Fiona Edwards señala que “EE.UU y la OTAN han dejado un reguero de destrucción. La situación actual en Afganistán, después de veinte años de guerra liderada por EE.UU. es una prueba de ello. Hay cientos de miles de personas que han muerto en esta guerra, asesinados por las fuerzas de EE.UU.

En junio de este año, mientras se realice la Cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, de la OTAN, en Madrid, España, organizaciones sociales y pacifistas realizarán, por los mismos días, la Cumbre por la Paz como manera de manifestar su oposición a la guerra como también de rechazar el intervencionismo que ha sido la práctica de esta Alianza militar liderada por los Estados Unidos.

En el contexto de una reunión preparatoria, en enero pasado, activistas de diversas organizaciones entregaron sus opiniones y datos sobre lo nefasto que ha sido para el mundo la Alianza Atlántica, la OTAN.

Jörg Kronauer, periodista alemán, señaló que “la OTAN nunca ha sido una fuerza para nada buena. Hablan de democracia y de derechos humanos. ¿Cómo puedes decir que defienden la democracia y los derechos humanos y enviar ayuda a Arabia Saudita?». El periodista recuerda que “la OTAN se estableció cuando comenzó la guerra fría. Los países capitalistas iban contra los del Este y la OTAN quería, mediante la brutalidad y las amenazas, suprimir a estos países”.

La OTAN se fundó en 1949 con una alianza de 12 países y, actualmente, son 30 los países miembros. Muchos creyeron que con la caída de la Unión Soviética y el fin del Pacto de Varsovia (fundado en 1955 y disuelto en 1991) la OTAN desaparecería pero no ha sido así ya que sigue en expansión alimentada con narrativas y justificaciones de supuestas amenazas y creación de enemigos.

Es cierto que a comienzos de los 90, la ex URSS tenía el compromiso que EE.UU y la OTAN no avanzaría hacia sus fronteras: “Ni un centímetro hacia el Este” fue la promesa hecha por el Secretario de Estado estadounidense James Baker, pero la palabra empeñada no se cumplió.

Jörg Kronauer, recueda que “en las décadas de la Guerra Fría, la OTAN era simplemente, y todo el mundo lo sabía, una organización anticomunista”. Sin embargo, señala, “si la OTAN fuera simplemente anticomunista, se hubiera disuelto tras el colapso de las fuerzas comunistas en los años 90; pero la OTAN sigue siendo utilizada por los países occidentales para hacer el trabajo sucio, para matar, para tirar bombas”.

Fiona Edwards, de la plataforma No Cold War, señala que “EE.UU y la OTAN han dejado un reguero de destrucción. La situación actual en Afganistán, después de veinte años de guerra liderada por EE.UU. es una prueba de ello. Hay cientos de miles de personas que han muerto en esta guerra, asesinados por las fuerzas de EE.UU., y qué es lo que han dejado ahí, en estos 20 años de guerra: pobreza extrema, es un desastre humanitario”.

La Alianza Aukus

Por otro lado, la activista denuncia que “el pacto militar entre EE.UU, Gran Bretaña, y Australia contra China está amenazando la estabilidad. Estamos hablando de una nueva Guerra Fría y es importante entender que la principal prioridad de EE.UU y la política estadounidense es acabar con el gobierno chino”.

“Si vemos los mapas y los mapas de bases militares alrededor de China, podemos compararlos con las bases que tiene China en el resto del mundo,y China tiene cero bases militares en el resto del mundo y China está rodeada de bases militares que la rodean. China tiene cero recursos militares en torno a EE.UU y a Europa. Estamos hablando de cero contra cientos de bases militares”, indica Fiona Edwards.

La Alianza estratégica denominada Aukus (del acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) se ha señalado en la prensa tiene por objetivo “defender los intereses compartidos en el Indopacífico” de estos gobiernos. La Alianza Aukus, permitirá que la Marina Real Australiana pueda adquirir submarinos con propulsión nuclear.

“Lo que hay es una guerra de EE.UU contra China y China ha dejado claro que no quieren una guerra fría. No quieren una guerra, ni fría ni caliente, y tampoco quieren una guerra nuclear, que es una gran amenaza para toda la humanidad”, señala Fiona Edwards, agregando que “China está pidiendo paz; y lo que necesitamos ahora, es que todos los recursos de la humanidad se dediquen a desplegarse contra las amenazas reales, no las amenazas imaginarias. La gran amenaza es la pandemia, el cambio climático es una gran amenaza. La pobreza es otra amenaza real. Y esta guerra fría va en contra de los intereses de toda la humanidad”.

La OTAN responsable del gasto militar

Ludo De Brabander, un activista por la paz belga, de Vrede, agrega que “la OTAN es responsable del gasto militar”. Recuerda que cuando EE.UU y la OTAN entablaron su campaña en Bosnia, Afganistán, Irak y Libia se fue disparando el presupuesto armamentístico. “Las ventas combinadas de armas de las 100 empresas de servicios militares y productoras de armas más grandes del mundo (SIPRI Top 100) fueron de 531 mil millones en 2020 en comparación con los 300 mil millones en 2001”.

“La OTAN hoy representa más de la mitad del gasto militar mundial, y esa proporción seguramente subirá en los próximos años, El gasto militar de Rusia es de un 6%, de lo que gasta la OTAN, sólo un poco más alto que el de Alemania o el Reino Unido, así que las políticas de confrontación en torno a Ucrania están haciendo que el presupuesto militar de la OTAN aumente aún más”, señala.

El activista recuerda que “el golpe de estado en Kiev y la anexión de Crimea por parte de Rusia fueron utilizados por la OTAN para acordar en la Cumbre de Gales (2014) que los estados miembros de la OTAN deberían gastar el 2% del PIB en su aparato militar. El 20% de su gasto militar debe destinarse en adelante a la compra de material bélico. Desde entonces, el presupuesto militar de la OTAN ha pasado de 896.000 millones de dólares a 1.049.000 millones de dólares, a mediados del año pasado, un incremento del 15%”, y que “la industria de la guerra de la OTAN también domina el mercado mundial. Según CIPRI, los tres estados miembros de la OTAN, Alemania, Francia y EE.UU aumentaron su cuota de mercado de armas a más de un 50%”.

“En los últimos años, la OTAN ha aumentado la tensión con Rusia y China a quienes ha llamado “rivales sistémicos” y es así, como la industria de la guerra puede tener enormes beneficios a expensas de la seguridad y la paz real, y de la seguridad humana y segura”, dice el activista belga.

Agregar que no sólo hay mayor gasto y militarización de los países miembros de la OTAN sino verdaderos actos de provocación contra países que son declarados como enemigos. En los últimos años, aviones y barcos de guerra de la OTAN, incluidos submarinos con capacidad nuclear, han realizado maniobras militares cerca de las fronteras de China, Rusia, Corea del Norte e Irán; e intentan, incluso, penetrar las fronteras de estos países.

Armas nucleares

Ludo De Brabander, señala que “Las crecientes tensiones internacionales también están impulsando nuevas inversiones en arsenales de armas nucleares. Según ICAN, las potencias nucleares invirtieron 72.900 millones de dólares en el mantenimiento y mejora de sus armas nucleares. La mitad de eso corresponde a los EE. UU. y, con Francia y el Reino Unido incluidos, el 67% de las inversiones en armas nucleares es en nombre de los países de la OTAN”.

Para la británica Kate Hudson, de la Campaña para el Desarmamento Nuclear, “la OTAN es una alianza con Estados con armas nucleares. Se estima que EE.UU, Francia y el Reino Unido tienen, en sus arsenales nucleares, unas 6 mil armas nucleares”.

“La OTAN, de manera continua, ha reiterado su compromiso con ser una alianza nuclear. Más recientemente, en la cumbre de jefes de estado en Bruselas del año pasado. Además de estos arsenales nucleares, existen unas 150 bombas de gravedad termonuclear en Europa. Básicamente, son armas nucleares que se liberan desde aviones. Se ubican en 5 países: Bélgica, Alemania, Países Bajos, Italia y Turquía. Y, recientemente, los EE.UU anunciaron que esas armas, bajo su paraguas nuclear, se van a actualizar para que se puedan usar mejor”, señala Hudson.

Sin embargo, existe una oposición fuerte a la existencia de armas nucleares por parte de los movimientos sociales europeos y también por parte de los gobiernos de los Estados que las albergan.

“Es una cuestión que volvió a plantearse recientemente bajo el nuevo gobierno alemán con algunos miembros de ese gobierno que se han comprometido con una Alemania libre de armas nucleares. Esas armas podrían ser trasladadas a Polonia, lo cual llevó a una respuesta inmediata de Lukashenko que ofreció a Rusia introducir armas nucleares en Bielorusia, lo cual potencialmente podría ser una escalada” señala Kate Hudson, agregando que “Rusia ha hecho una propuesta de que todas las armas nucleares estén en el estado poseedor de esas armas, con lo cual habría que eliminar las bombas B 61 de EE.UU de los estados miembros de la Unión Europea, y esa es una exigencia, de hace mucho tiempo, del Movimiento por La Paz”.

La activista recuerda, del Tratado de No Proliferación, que “los artículos 1 y 2 prohíben la transferencia de armas nucleares a estados que no son una potencia nuclear. Pero las armas nucleares de EE.UU sí están ubicadas en países sin una fuerza nuclear, con lo cual su presencia allí es ilegal”.

Crisis climática

Para Enrique Quintanilla, español y miembro de Ecologistas en Acción, dice que en “la crisis climática hay una responsabilidad enorme de la OTAN, no cabe duda; y si le sumamos la del resto de ejércitos, del resto de países, el resultado alcanza unas dimensiones terribles”.

“He estado repasando incidentes e incidencias del uso militar y su influencia en el clima, y en España, sólo pongo dos ejemplos: el campo de tiro en el Parque Natural de las Bardenas Reales, es el más grande de la Europa occidental, y las bombas nucleares que cayeron en Palomares, en 1966, todavía tienen efectos en el entorno”.

El activista recomienda leer el informe de CentreDelas titulado “Crisis climática, Fuerzas Armadas: Impacto Medioambiental”; los informes del TNI titulados “Los peligros de militarizar la crisis climática” y “Cambio climático SA”. En este último informe, “los autores documentan meticulosamente cómo los ejércitos y las corporaciones, con el consenso de ciertos grupos políticos, buscan hacer del cambio climático un gran negocio del que lucrarse, mientras profundizan la exclusión de las y los desposeídos, expuestos a las peores consecuencias”.

Enrique Quintanilla, de Ecologistas en Acción, denuncia la maquinaria de guerra de la OTAN y señala que “el militarismo es una de las causas relevantes del calentamiento global y de los daños medioambientales que se observan alrededor del planeta”, por lo cual “tenemos que exigir que se suspendan todo tipo de despliegue de tropas, todo tipo de maniobras, de ejercicios, de desfiles, de actividades de los ejércitos que sólo tienen el sentido de mostrar su poder, de gastar dinero para que las empresas armamentísticas sigan teniendo tantísimos beneficios”.

*Pablo Ruiz, es parte del Observatorio para el Cierre de la Escuela de las Américas (SOAWatch).

Foto: vrede.be

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.