Recomiendo:
0

Un grupo de investigadores y fiscales se reúne dos veces al año para compartir y analizar estrategias; un trabajo peligroso

El club de los luchadores contra la corrupción

Fuentes: The Wall Street Journal

La Corruption Hunter Network (algo así como la Red de Cazadores de Corrupción) suena como algo sacado de un cómic de superhéroes. Y no hay nada cómico en esta fraternidad de investigadores y fiscales que han acudido a esta ciudad para una reunión de dos días. Uno de los miembros investiga al primer ministro italiano […]

La Corruption Hunter Network (algo así como la Red de Cazadores de Corrupción) suena como algo sacado de un cómic de superhéroes. Y no hay nada cómico en esta fraternidad de investigadores y fiscales que han acudido a esta ciudad para una reunión de dos días.

Uno de los miembros investiga al primer ministro italiano por acusaciones de supuesto fraude tributario. Otro está cerca de encarcelar a un ex presidente de Costa Rica por un caso de malversación de fondos. Un tercero condenó a uno de los principales asesores del actual presidente de Sudáfrica por corrupción.

Es una misión estresante y, a menudo, solitaria. El nuevo miembro del grupo, Ghulam Rahman, un reservado bangladesí, dijo estar asombrado cuando el presidente de su país decidió ascenderlo el año pasado de regulador energético a director de la comisión anticorrupción. «Cuando me retire de este trabajo, ya no me quedarán amigos», dice. «No le puedes hacer un favor a nadie».

La Corruption Hunter Network fue fundada en 2005 cuando Eva Joly -una ex magistrada francesa cuya investigación de los años 90 sobre los sobornos dentro de la petrolera estatal Elf Aquitaine implicó a políticos franceses y ejecutivos de la compañía- decidió que investigadores y fiscales necesitaban un grupo para levantar la moral. Convenció a la Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo (Norad) para que contribuyera US$300.000 al año para que los luchadores anticorrupción pudieran reunirse dos veces al año en hoteles cinco estrellas sin su habitual séquito de guardaespaldas.

Pese a que otras organizaciones internacionales también combaten la corrupción, la discreta Corruption Hunter Network es especial por su lealtad e informalidad, aseguran sus miembros y representantes del Banco Mundial. Los nuevos reclutas -desde investigadores de alto perfil a funcionarios más novatos en países emergentes que parecen necesitar algo de ayuda- son seleccionados por Norad sin aprobación de otros gobiernos. Un miembro despedido en su país de origen sigue siendo parte del club, que incluso llega a trasladarlo e instalarlo en otro país en caso necesario.

Las asambleas son una combinación de reunión, terapia de grupo y sesiones de estrategia. Durante el primer día, los miembros informan sobre sus batallas contra la corrupción; el segundo día incluye presentaciones de asesores independientes. Pero el trabajo real de la Red se desarrolla durante las conversaciones menos formales en las cenas, los descansos y las juergas nocturnas, según miembros.

El fiscal costarricense Juan Carlos Cubillo dice que en los últimos años ha recurrido al apoyo de sus colegas de la Corruption Hunter Network cuando llevaba un caso de sobornos contra el ex presidente de su país, Rafael Calderón. «Necesitaba fuerza y calma para lidiar con este caso», dijo Cubillo durante una reunión del grupo en junio en el Hotel Albion, en Berlín. (Calderón, que ha negado haber hecho nada ilegal, fue encarcelado, puesto en libertad y ahora está apelando su condena).

La red fue formada en un momento en que combatir la corrupción se había convertido en una prioridad internacional. Envalentonados, los miembros -de 15 países en aquel entonces, muchos de países en desarrollo- traían casos difíciles. Pero cuanto más se centraban en políticos destacados, mayores eran las turbulencias que enfrentaban.

Se supone que estas reuniones «dan fuerza a sus miembros», dice Fridtjov Thorkildsen, el director de proyectos de Norad para la red. «Si le pasa algo a uno de los miembros, saldría publicado en 15 países» donde los miembros tienen contactos en los medios de comunicación. Pero eso no siempre ha dado resultado. Para abril de 2009, unos doce fiscales e investigadores de todo el mundo, no todos miembros de la Red, habían sido despedidos, habían renunciado ante la presión o habían sido obligados a salir del país. Dos fueron asesinados, según la Corruption Hunter Network.

Fuente: http://online.wsj.com/article/SB127863177553815067.html?mod=WSJS_inicio_section_Personajes