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El Estado inocula: las vacunas como poder blando

Fuentes: The Lancet Global Health

La colaboración internacional entre científicos se ha disparado durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, ahora que se han desarrollado las vacunas contra la COVID-19, estamos dejando el ámbito de la investigación científica y entrando en el de la geopolítica.

La importancia de fortalecer la confianza y la cooperación mundial entre las naciones es evidente, ya que este fortalecimiento es imprescindible para hacer frente a futuras pandemias y a otras crisis planetarias (e intrínsecamente transnacionales) que se avecinan, como el cambio climático. La historia de la diplomacia de las vacunas muestra cómo los avances científicos han superado las fronteras, incluido el Telón de Acero. Pero las vacunas también han abierto profundas brechas en los acuerdos internacionales, especialmente cuando sus beneficios se perciben como no equitativos. Los precedentes que se están estableciendo en torno a la distribución no equitativa de las vacunas, como los controles de las exportaciones y los acuerdos bilaterales entre bastidores, deberían causar inquietud. El mal comportamiento de los países de altos ingresos también ha dejado a los países de ingresos bajos y medios vulnerables a la coacción política.

El uso de las vacunas para establecer lazos diplomáticos se remonta a 1801, cuando el primer médico de la Casa Blanca, Edward Gantt, vacunó a los diplomáticos de los Nativos Americanos contra la viruela en su visita a Washington, DC 1/. El impasse de la Guerra Fría fue superado por Mikhail Chumakov y Albert Sabin, que colaboraron para vacunar a 100 millones de personas en la Unión Soviética contra la polio, sólo 5 años después de que la vacuna fuera probada por primera vez en los Estados Unidos. Chumakov era un científico soviético que trabajaba en el campo de la poliomielitis y que, en una visita a Estados Unidos, fue invitado a visitar el laboratorio de Sabin, lo que dio lugar a una amistad que duró décadas. Ambos científicos fueron estrictamente supervisados por el Departamento de Estado y el FBI de EE.UU., así como por el Kremlin y el KGB, a lo largo de su relación, sometiéndose a intensos interrogatorios antes de las visitas transfronterizas 2/. El enorme proyecto de vacunación masiva requirió una persuasión tenaz de los gobiernos de ambas partes. Si no hubiera sido así, sería inconcebible que semejante división política pudiera haber sido superada por científicos armados con simples vacunas.

Lamentablemente, las relaciones con las vacunas no son únicamente misiones científicas benévolas. En 2006, el Ministerio de Sanidad de Indonesia se retiró de la red de intercambio de muestras de gripe de la OMS en medio de la epidemia de gripe aviar H5N1. Esta retirada fue una represalia a la información filtrada de que una empresa australiana estaba desarrollando una vacuna basada en muestras indonesias. Indonesia fue un epicentro del brote, y su retirada en ese momento fue un golpe para la OMS y la red de cooperación mundial que había construido. Los funcionarios indonesios respondieron que «los países afectados por la enfermedad, que suelen ser países en vías de desarrollo, proporcionan información… entonces las industrias farmacéuticas de los países desarrollados obtienen libre acceso a esta información y a las muestras, producen y patentan los productos [vacunas], y los vuelven a vender a los países en vías de desarrollo a precios inasequibles… lo que se ha enfatizado en el sistema global actual son simplemente las responsabilidades de los países en vías de desarrollo, dejando un gran agujero en los «derechos» de estas naciones» 3/. Algunos países, en particular los de bajos ingresos, se quedan repetidamente al final de la cola de las vacunas durante las epidemias. Esto es peligroso no sólo porque es injusto, sino porque fomenta la sospecha de que los acuerdos internacionales son explotadores, lo que los socava.

La falta de equidad en el acceso a las vacunas a nivel mundial también las ha convertido en moneda de cambio diplomática. China, India y Rusia han aprovechado la oportunidad de utilizar el acceso a sus vacunas COVID-19 para ganarse el favor de amigos y enemigos. El deseo de persuadir y atraer a través del poder blando de las vacunas debe considerarse, desde cualquier punto de vista, una mejora en comparación con el uso del poder duro militar. Pero no se pueden ignorar los desequilibrios de poder en estos acuerdos. Por un lado está un país de bajos ingresos desairado por los países con mayores ingresos, que se enfrenta a una pandemia que empeora y está cansado de esperar las dosis de la vacuna COVID-19, y por otro lado están los grandes países que tienen agendas políticas nacionalistas.

Es poco probable que podamos dar marcha atrás en la securitización de las vacunas pandémicas. Las vacunas se consideran cada vez más como activos de seguridad nacional, y las decisiones relativas a su uso han pasado del subdepartamento de vacunas de las instituciones de salud pública, a los niveles más altos del gobierno. En el nivel más táctico, la comunidad de la salud pública debería seguir abogando por la desvinculación, o al menos la transparencia, de la participación militar y de seguridad en los programas de vacunas. A largo plazo, esto también significará desmentir la idea de que el Norte Global está entregando caritativamente su tecnología a una nación en desarrollo elegida, un legado del colonialismo. De hecho, ahora son los países de bajos ingresos los que deberían elegir qué nuevas alianzas formarán para asegurar las vacunas que necesitan, si desean permanecer en las alianzas transnacionales y si mantienen intacta su confianza en la cooperación global.

Notas

1/ Hotez PJ. “Vaccine diplomacy”: historical perspectives and future directions.PLoS Negl Trop Dis. 2014; 8e2808.

2/ Franklin JL. A cold war vaccine: Albert Sabin, Russia, and the oral polio vaccine

https://hekint.org/2020/05/11/a-cold-war-vaccine-albert-sabin-russia-and-the-oral-polio-vaccine/

3/ Sedyaningsih ER Isfandari S Soendoro T Supari SF. Towards mutual trust, transparency and equity in virus sharing mechanism: the avian influenza case of Indonesia.. Ann Acad Med Singap. 2008; 37: 482-488.

Fuente: https://www.thelancet.com/journals/

Viento Sur, 29-3-2021 https://vientosur.info/