Un breve repaso por la historia del Movimiento, sus principios, y su funcionamiento. Perspectivas hacía el próximo encuentro en Cuba. Entre el 11 y el 16 de setiembre se realizará en La Habana, Cuba, la XIV Cumbre del Movimiento de Países no Alineados (MNOAL), que cuenta con 116 estados miembros de los cuales 24 son […]
Un breve repaso por la historia del Movimiento, sus principios, y su funcionamiento. Perspectivas hacía el próximo encuentro en Cuba. Entre el 11 y el 16 de setiembre se realizará en La Habana, Cuba, la XIV Cumbre del Movimiento de Países no Alineados (MNOAL), que cuenta con 116 estados miembros de los cuales 24 son latinoamericanos. Se trata de un foro en el que los países subdesarrollados y en desarrollo debatirán sobre temas políticos, económicos y de seguridad internacional.
Los antecedentes del MNOAL se remiten a la conferencia afro-asiática de Bandung, Indonesia, realizada en 1955. Los líderes Jawaharlal Nehru de la India y Gamal Abdel Nasser de Egipto, impulsaron un encuentro entre 29 países, en su mayoría ex colonias, preocupados por la naciente Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El conflicto armado de Corea funcionó como alarma entre los países en desarrollo, que veían como el nuevo mundo bipolar los dejaba afuera, y sólo los contemplaba como posibles escenarios bélicos. Esta fue la razón que llevó a Nehru y a Nasser a ubicarse dentro del nuevo eje de los no alineados, que pretendía mantenerse al margen de las potencias.
De esta conferencia surgieron los diez principios de Bandung, entre los cuales se destacan el respeto a la soberanía territorial (tema primordial para las ex colonias), la no intervención en los asuntos internos de los países, y el fortalecimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Estos puntos fueron fundamentales para la conformación del MNOAL, y sirvieron como marco de las estrategias conjuntas frente a los dos grandes bloques.
Sin embargo, fue recién en 1961 cuando se constituyó formalmente el MNOAL. Esto se debió, sin duda, a la enorme influencia del presidente de la Yugoslavia comunista y disidente, Josip Broz Tito, que convocó a sus pares en la primera cumbre del Movimiento en Belgrado. La creciente carrera armamentista de Estados Unidos y la URSS fue el tema central de la reunión, que sirvió para acordar algunos puntos de la estructura del movimiento. Cuba fue el único país americano en participar de la cumbre.
En Belgrado se estableció que el MNOAL no tendría carta ni constitución, ni reglas formales de procedimiento. Se evitó la creación de estructuras tales como un secretariado, por temor a que la diversidad de ideologías y propósitos llevaran a la destrucción del movimiento o al predominio de unos pocos países. De la misma forma se estableció un modo no jerárquico y rotativo de administración, que permite a todos los países integrantes presidir el MNOAL cada vez que son anfitriones de una cumbre. En este caso, la XIV cumbre dejará a Cuba a cargo del movimiento por los próximos tres años.
Además de las cuestiones administrativas, la Conferencia de Belgrado dejó establecidos varios principios para los miembros, entre los cuales se destacan: preservar las independencias nacionales frente a las superpotencias, no pertenecer a ningún bloque militar (como la Organización del Tratado del Atlántico Norte -OTAN- o el Pacto de Varsovia), rechazar el establecimiento de bases militares extranjeras, defender el derecho de los pueblos a la autodeterminación y la independencia y luchar por un «desarme completo y general».
En la IV Cumbre de Argel de 1973 se conformó el Buró de Coordinación, que funciona en Nueva York y sirve como punto focal de acuerdo de las actividades y posiciones de los Gobiernos. De la misma forma, se crearon los Grupos de trabajo, que actúan en el marco de los principales órganos políticos de la ONU.
La caída del Muro de Berlín en 1989 y el surgimiento de nuevo mundo unilateral, significó un duro embate para el MNOAL, que perdía así su principal razón de ser. Sin embargo, a pesar de que el concepto de la no alineación parecía perder su sentido inicial, la X Cumbre de Yakarta, Indonesia, en 1992 sirvió para poner un punto y aparte al movimiento, y encontrarle un nuevo rumbo. De esta forma, grupos como el entonces G-7 de países más industrializados o la Unión Europea, comenzaron a ser los principales focos de atención del MNOAL, sobre todo en lo que a política económica se refiere.
El giro del MNOAL lo convirtió en un foro de discusión integrado por 116 miembros, atento a las necesidades de los países pobres y en desarrollo. Entre ellos hay 24 países latinoamericanos como Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú y Venezuela. Al mismo tiempo el Movimiento apuntó contra los abusos del bloque hegemónico, con firmes condenas, por ejemplo, a la invasión de Estados Unidos a Iraq, o la violación de Israel de las Resoluciones de la ONU en el conflicto con Palestina.
La última Cumbre se realizó en Kuala Lumpur, Malasia, en 2003. Entre otras cosas, los estados miembros abogaron por una democratización de la ONU, por un nuevo orden económico mundial más justo, y por la no injerencia por parte del bloque hegemónico en la política interna de los países en desarrollo. En esta conferencia se destacó la participación del presidente de Cuba, Fidel Castro, lo que llevó a los miembros a aceptar a la isla como la próxima anfitriona.
De cara a esta Cumbre, los desafíos son varios. En principio lograr un mayor grado de organización para las acciones conjuntas, teniendo en cuenta que se tratan de 116 países (casi dos tercios del mundo) con distintas necesidades y ambiciones. De la misma forma, hay dos temas que no escaparán a la cumbre y que deberán ser tratados especialmente. El primero es el de las acciones de Estados Unidos e Israel en Medio Oriente, teniendo en cuenta que hay varios países miembros del MNOAL involucrados directa o indirectamente, como Irak, Irán, Libia y Palestina. También será importante el debate que se lleve a cabo sobre el accionar de la ONU y los países con derecho a veto.
Por su parte, los representantes cubanos llegarán a la Cumbre con tres propuestas concretas. La primera es el ofrecimiento, para aquellos países que lo necesiten, del plan de alfabetización «Yo sí puedo», que dio excelentes resultados en este país y en Venezuela. Al mismo tiempo enseñará la experiencia de formación de médicos para la atención pública y gratuita, una alternativa a los cada vez más altos costos de la medicina privada. Finalmente, compartirá con los países del MNOAL la positiva aplicación de la revolución energética, que significó un enorme ahorro para Cuba.
Otro punto de mayor interés frente a la próxima Cumbre, será la búsqueda de apoyo por parte del presidente venezolano Hugo Chávez para la inclusión de su país en el Consejo de Seguridad de la ONU. El primer mandatario ya recibió un amplio consenso por parte de Vietnam y China en su última gira, y planea seguir por esta senda.
Mientras tanto, la ciudad de la Habana se prepara para el recibimiento de los mandatarios, observadores y periodistas. Del 11 al 16 de septiembre los ojos del mundo estarán puestos en Cuba, atentos a las discusiones que se generen de este histórico movimiento.