Recomiendo:
0

Tailandia, las elecciones generales dan un giro político

El partido apoyado por los camisas rojas gana las elecciones

Fuentes: Diagonal

El partido apoyado por los camisas rojas ganó las elecciones generales celebradas en Tailandia el domingo, al conseguir la mayoria absoluta frente al Partido Demócrata del hasta ahora primer ministro. En esta legislatura una mujer liderará el Gobierno.

El Pheu Thai, el partido apoyado por los camisas rojas, fue el claro vencedor de las elecciones al Parlamento de Tailandia el domingo, al obtener 265 escaños frente a los 160 conseguidos por el Partido Demócrata del primer ministro Abhisit Vejjajjiva. Por primera vez en la historia del país, el Gobierno será liderado por una mujer, Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin Shinawatra, el ex primer ministro depuesto por el ejército en 2006. Esta empresaria de 44 años, sin experiencia política, tendrá la difícil tarea de llevar a cabo la política de reconciliación nacional que prometió durante toda la campaña.

El país está sumido en una profunda crisis desde el golpe de Estado del 2006. Los camisas rojas, mayoritariamente originarios del norte rural, pero también provenientes de las clases populares de Bangkok, son seguidores de Thaksin. Se oponen a los amarillos, defensores de la élite tradicional y del ejército, y cuyo color es el de la monarquía.

El primer ministro saliente mostró el domingo su perfil más tranquilizador al reconocer rápidamente su derrota. «Felicito al Pheu Thai por la oportunidad que tiene de liderar el próximo gobierno y deseo a Yingluck Shinawatra todo el éxito como primera mujer en ser primera ministra de Tailandia», dijo Abhisit.

Pero el debate sobre el regreso de Thaksin, que fue recurrente durante la campaña, podría rápidamente reavivar las tensiones. El ex mandatario tailandés continúa dirigiendo su partido desde Dubai, donde reside para escapar a una condena de dos años de cárcel por corrupción. Yingluck evitó hablar públicamente del regreso de su hermano, pero miembros de su partido han hablado abiertamente de una amnistía.

Es la razón por la cual los militares, apoyados por los amarillos, ven con muy malos ojos la posible llegada de Yingluck al poder y las especulaciones sobre un posible golpe de estado son recurrentes.

«Un golpe sería la última de las opciones, antes tratarán de negociar o de presionar por otras vías», opina Surat Horachaikul, profesor de ciencias políticas de la Universidad Chulalomgkorn. El país ha vivido una veintena de golpes de estado desde los años 30.

El general Prayuth Chan-ocha, jefe del Real Ejército, apareció la semana pasada en la televisión para llamar a los tailandeses a «escoger las buenas personas, las que garantizarán la estabilidad del país y de la monarquía», una manera implícita de denigrar a Yingluck. Acusada por sus adversarios de querer acabar con la institución más respetada en Tailandia, la líder del partido Pheu Thai reafirmó el viernes su fidelidad al rey.

Para Naruemon Thabchumpon, profesora de ciencias políticas de la Universidad Chulalomgkorn de Bangkok, Yingluck deberá ser muy cuidadosa a la hora de elaborar el plan de amnistía. En su opinión, un regreso de Thaksin a cambio de una amnistía por los asesinatos de mayo del 2010 podría ser inaceptable para los camisas rojas.

Thaksin Shinawatra, un empresario que hizo fortuna en las telecomunicaciones y que fue dueño durante un tiempo del club de fútbol inglés Manchester City, se aprovechó numerosas veces de su posición para beneficiar a sus empresas, a través de barreras legales para sus competidores o de exenciones de impuestos. Pese a ello, conservó el apoyo de los camisas rojas gracias a medidas destinadas a las clases populares, como las consultas médicas a 30 Bahts (unos 80 céntimos) o los préstamos a bajo coste para las comunidades rurales.

«Los partidarios de Thaksin ven algo mágico en él. Donde antes no tenían nada, ahora tienen un servicio médico, entre otros beneficios», analiza Horachaikul. «Yo voté por el Pheu Thai porque siempre cumple lo que promete», dice Lek, un jubilado de la compañía nacional de electricidad. En una sociedad dominada por una burocracia instalada en el poder, Thaksin fue el primer político tailandés en dirigirse a los pobres.

En abril y mayo del año pasado, miles de camisas rojas ocuparon unas calles del centro financiero y comercial de Bangkok para exigir la dimisión del primer ministro Abhisit Vejjajjivit, acusado de haber llegado al poder gracias a una conspiración militar. La violenta represión por parte del ejército se saldó oficialmente con 92 muertos.

Pese al apoyo de las clases populares y a la simbología del color rojo, la llegada al poder del Pheu Thaï no debería suponer grandes cambios en el sistema económico del país. Shinawatra propuso el incremento del salario mínimo, lo que permitirá una mejora del poder de compra, fuertemente tocado por la inflación. Prometió también un portátil para todos los alumnos, una medida que todos los expertos consultados consideran irrealizable. Pero el partido se caracteriza por su actitud «business friendly»: Yingluck prometió rebajar de manera significativa el impuesto de sociedades.

«Thaksin no habla de tasas sobre beneficios o impuestos sobre herencias, ni tampoco de limitar la posesión de tierras», remarca Thabchumpon. «No es una política económica redistrubitiva sino populista», concluye.

Fuente original: http://www.diagonalperiodico.net/El-partido-apoyado-por-los-camisas.html

R