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El Pentágono en Nicaragua

Fuentes: Rebelión

Donald Rumsfeld, el hombre que autorizó los métodos agresivos que incluían el uso «del contacto físico moderado» en los interrogatorios en Guantánamo, y que pronto fueron aplicados con los prisioneros civiles en Irak, va a visitar Nicaragua. Se trata de la misma persona que junto a Cheney, Bush y demás secuaces, han arrasado ciudades milenarias, […]

Donald Rumsfeld, el hombre que autorizó los métodos agresivos que incluían el uso «del contacto físico moderado» en los interrogatorios en Guantánamo, y que pronto fueron aplicados con los prisioneros civiles en Irak, va a visitar Nicaragua.

Se trata de la misma persona que junto a Cheney, Bush y demás secuaces, han arrasado ciudades milenarias, con la consecuente aniquilación de unos cien mil árabes en los últimos tres años.

Es uno de los funcionarios con más poder, es cierto, de esos que con sólo desearlo, puede convencer al nuevo Calígula de la casa blanca, a que emprenda desatinadas aventuras bélicas, para asentar aun más sobre el resto del mundo, el dominio imperial de los EEUU.

Los ministros nicaragüenses, ya andan que no se aguantan. Me los imagino, buscando el mejor saco, rasurándose, echándose colonia. Se deben de estar peleando por tener la oportunidad de aparecer en una de las tantas fotografías que le van a tomar a esa bestia de traje y corbata, quien desde su celular continuará dando nuevas y salvajes órdenes con el afán de acabar, pero ya, con la resistencia en Fallujah, su nuevo reto.

No es difícil imaginar lo que llega hacer a Nicaragua.

Exigirá, en primer término, la eliminación total de los misiles antiaéreos. No porque realmente piensen que son un peligro y una amenaza a la seguridad nacional de los EEUU, no, nada de eso. Es por el puro capricho de desarmar con soberbia y altanería, a ese ejército institucionalizado y profesional, cuyo único pecado es el de tener raíces sandinistas, de sobra conocidas.

Ordenará también, la unión de todas las fuerzas «democráticas» para hacerle frente a esta nueva moda de que las izquierdas, estén recuperando espacios perdidos en Latinoamérica. No vaya a ser que en el 2006, en Nicaragua se repita la misma película que en Uruguay, Brasil y Venezuela.

Vamos a ver qué día de estos, el gobierno nicaraguense tramita la invitación para un personaje de verdad, algún premio Nóbel, un artista sobresaliente, un intelectual destacado, alguien con el que daría gusto tomarse una foto o darse un abrazo; y no siga llevando a criminales que no conocen más lenguaje que el de las bombas, como este invitado que se ha convertido en una verguenza para el género humano.