Recomiendo:
1

“Hagamos a America grande otra vez”

El Plan Geoestratégico de Donald Trump

Fuentes: Rebelión

«Los imperios cuando están en decadencia es cuando más peligrosos se tornan»

Vladimir Ilich Lenin

«Nada de lo que diga un presidente de Estados Unidos se puede tomar a broma»

Juan Antonio Corretjer

El mundo se convulsiona ante las expresiones altisonantes de quien para unos es un amoral, para otros, un loco y para la inmensa mayoría de las masas desesperanzadas estadounidenses, un hombre exitoso, víctima del establishment y que viene a restituir el gran sueño americano.

Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos de Norte América, es sin lugar a duda una personalidad altamente controversial e impredecible. Como buen emulador de las prácticas del hampa, acostumbrado a valerse sin contemplaciones morales del chantaje, la coacción, confabulación, manipulación, mentiras, demagogia e intimidación para acrecentar su fortuna y alcanzar el poder político, no se abstendrá de usar las mismas malas mañas en sus pretensiones mesiánicas de prevalencia, dominio y expansión imperialista para hacer a “América” grande otra vez.

Muchas personas subestiman, toman a chiste o como una locura sus supuestas amenazas de renombrar el Golfo de México, volver a tomar control del Canal de Panamá -a la fuerza si fuese necesario-, desatar un infierno en Gaza si Hamás no libera los rehenes israelíes, comprar o apoderarse militarmente de Groenlandia y hacer de Canadá un estado de EE. UU. Los que así piensan u opinan no pueden siquiera imaginar que detrás de las expresiones de Trump existe un plan bien elaborado geoestratégico de expansión y control imperialista. Y que las expresiones de Trump junto a las de Elon Musk el hombre más rico del mundo son una maniobra para ir moldeando la psiquis de la población mundial antes de la ejecución del mismo como demostraremos más adelante. El que dicho plan se ejecute o no, parcial o totalmente, no le resta mérito a esta hipótesis.

¿Por qué cambiarle el nombre al Golfo de México?

Trump, en sus delirios mesiánicos, busca cambiar la imagen de decadencia de Estados Unidos por una de frescura, renovación y grandeza. Cambiar el nombre del Golfo de México por el Golfo de América inflaría el ego de muchos estadounidenses y sentaría las bases para la violación por parte de Estados Unidos de los acuerdos de delimitación fronterizos marítimos del Golfo de México entre Estados Unidos y México, Estados Unidos y Cuba y México y Cuba. Acuerdos establecidos por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y la Organización Hidrográfica Internacional (IHO). La violación o no reconocimiento de estos acuerdos le permitiría a EE. UU. Reclamar una mayor participación en la distribución de las reservas de gas y petróleo del golfo y de otros recursos como la pesca, hoy en manos de México y Cuba. También allanaría el camino para el control o posesión del Canal de Panamá y una mayor influencia sobre Centro y Sur América.

¿Por qué volver a posesionarse del Canal de Panamá?

En un momento de inflexión histórica en que China sigue, con la creación de la Ruta de la Seda, la Organización de Cooperación de Shanghái y una organización como los BRICS en continuo crecimiento, aumentando aceleradamente su influencia económica sobre gran número de países a nivel mundial y sobre todo los, de América Latina, supuesto patio trasero de EE.UU., como contrapeso al expansionismo económico chino, el imperio necesita tener un mayor control de las principales rutas marítimas mundiales para detener su acelerada decadencia y preservar su hegemonía.

El control del Canal de Panamá le permitiría imponer cargas adicionales a los productos chinos, rusos e iraníes y entorpecer su libre acceso a sus mercados y demás mercados mundiales. Así también, entorpecer la libre circulación de los productos cubanos, venezolanos, nicaragüenses y de cualquier otro país que no siga los dictados imperiales.

¿Por qué desatar un infierno en Gaza si Hamás no libera los rehenes israelíes?

En su concepción prepotente de excepcionalismo, para el liderato “político” de Estados Unidos, el derecho internacional y las decisiones de las Naciones Unidas tienen validez siempre y cuando sean acordes con sus pretensiones imperialistas. Ejemplo de esto es cómo el estado sionista de Israel, con la complicidad de Estados Unidos, viola una y otra vez el derecho internacional, hace caso omiso de las decisiones de la ONU y comete crímenes de lesa humanidad en Gaza y el Líbano sin ningunas consecuencias.

Trump conoce muy bien que a los combatientes de Hamás, el estado sionista no ha podido doblegar su voluntad a pesar de los constantes bombardeos, la matanza de unas 50,000 mil personas, torturas, encarcelamientos masivos y la destrucción total de la infraestructura en Gaza. ¿Por qué amenazarlos con un súper bombardeos si hasta el momento los mismos no han dado resultado ni en Gaza, el Líbano o Yemen?

Miremos una vez más las rutas marítimas y la necesidad del imperio norteamericano del control de las mismas para “mantener” su hegemonía. Egipto recibe 2,100 millones de dólares anuales en ayudas estadounidenses, de los cuales 1,300 millones se destinan al ejército egipcio. De EE.UU. desatar un ataque masivo contra Gaza es de esperarse una respuesta del Eje de la Resistencia: Líbano, Yemen, Hezbolá iraquí e Irán. Caos que le permitiría a EE.UU. reclamarle a Egipto ejercer cierto poder sobre el Canal de Suez a cambio de los billones de dólares que recibe.

¿Por qué comprar o apoderarse de Groenlandia y hacer de Canadá un estado de EE.UU.?

Con el objetivo de contrarrestar el poderío de Rusia, se especula de la importancia geopolítica de la isla de Groenlandia para EE.UU. como plataforma de instalación de radares y misiles de corto alcance, pero las razones son más geoestratégicas para asegurar su dominio mundial.

Con el cambio climático, se ha acelerado el deshielo del Ártico, lo que le ha facilitado a Rusia una mayor explotación de los hidrocarburos de la zona y la construcción de una flota de modernos rompehielos nucleares con los cuales han abierto la Ruta del Ártico a la transportación marítima internacional. Ruta que, al unir el Océano Atlántico y Pacífico a través del Ártico revoluciona el comercio mundial. En el intercambio comercial entre muchos países representa un 30 a 40% de tiempo menos que la ruta del Canal de Suez. Además despeja el paso de las fuerzas navales rusas y chinas y acelera su movimiento hacia el Océano Pacífico.

Como podemos apreciar en el mapa que encabeza este escrito, en el Círculo Polar Ártico, Rusia tiene el mayor control territorial, seguido de Canadá, luego EE.UU. y Noruega. Durante varios años EE.UU. impotente por no poder ejercer ningún control sobre la Ruta del Norte, ha reclamado una mayor participación territorial en el Ártico, pero, dado que su única colindancia con la zona es a través del estado de Alaska, sus reclamos no tienen sentido. Sin embargo, la situación cambiaría radicalmente si EE.UU. anexara a Groenlandia y convirtiera a Canadá en un estado. Tendría bajo su poder más del 50% del territorio y recursos del Círculo Polar Ártico[1] y el poder para negociar con Rusia el control de la Ruta Polar.

Imposición de impuestos a las importaciones provenientes de Canadá y México y Amenazas de sanciones.

«Ser enemigo de Estados Unidos es peligroso, pero ser su amigo es fatal»

Henry Kissinger.

Debemos entender que para las clase dominante norteamericana, la existencia del imperio y su prolongación en el tiempo es más importante que el bienestar de su población o de sus relaciones amistosas con otras naciones. Y aunque parezca inverosímil, la amenaza de imposiciones de arbitrios y sanciones contra Canadá y México son elementos del mismo plan geoestratégico. Más del 75% de las exportaciones de Canadá y el 80% de las de México son con su vecino, EE.UU. Aunque tendrían un alto costo para el ciudadano estadounidense, esos aumentos de arbitrios destruirían ambas economías. Situación que dispararía un éxodo masivo de canadienses hacia su vecino y le daría a los gringos un gran poder sobre la política interna de Canadá.

En el caso de México, podrían obligar al gobierno mexicano a aceptar la intervención militar estadounidense para combatir los carteles de la droga y a permanecer indiferente ante la violación de los acuerdos marítimos en el Golfo y la toma del Canal de Panamá.

El Plan Geoestratégico de Donald Trump ya está en marcha

Groenlandia la isla más grande del mundo cubierta de hielo en la mayoría de su territorio y con apenas 57.000 habitantes, ha sido parte de Dinamarca durante más de 600 años. Fue colonia danesa hasta 1953. En el 2009 logró el derecho a reclamar la independencia mediante una votación.

El 22 de diciembre de 2024, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, declara que es una necesidad absoluta que su país posea Groenlandia.

El 1ro de enero de 2025, el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, expresa su deseo de independizarse de Dinamarca, marcando un cambio significativo en la retórica que rodea el futuro de la isla. «Nuestro país se encuentra en el umbral de una nueva época y de nuevas oportunidades. Las nuevas oportunidades nos comprometen a renovar esfuerzos para mejorar y modelar nuestro futuro y nuestro país», declaró Egede durante su discurso de Año Nuevo.

El 6 de enero, Donald Trump JR. Viaja a Groenlandia supuestamente para grabar un vídeo para su podcast, pero todo indica que fue un viaje de relaciones públicas para ganarse las simpatías de la población y allanar el camino para futuras acciones.

El 7 de enero, el ministro de Relaciones Exteriores danés, Lars Lokke Rasmussen afirmó: “Groenlandia podría lograr su independencia de Dinamarca si sus residentes lo desean…” Posteriormente dice: “Estamos abiertos a dialogar con los estadounidenses sobre cómo podemos cooperar aún más estrechamente para garantizar que se cumplan las ambiciones estadounidenses.»

El mismo día la primera ministra de Dinamarca Mette Frederiksense pronunció a favor de la inversión estadounidense en Groenlandia, calificando a Washington como «sin duda nuestro aliado más cercano. «…Tenemos un interés claro en que sea Estados Unidos el que desempeñe un papel importante en esa región.» Y Elon Musk dice: «Si los habitantes de Groenlandia quieren ser parte de Estados Unidos, cosa que espero que hagan, ¡serán más que bienvenidos!«

9 de enero.Los asesores y aliados de Donald Trump han advertido a las autoridades danesas de que el presidente electo de Estados Unidos «va en serio» con su plan de comprar Groenlandia, informa CNN citando fuentes en Dinamarca.

Como podemos ver, todo indica que el equipo de Trump ha estado colocando y moviendo las fichas para que EE.UU. se anexe en un futuro no muy lejano la isla de Groenlandia.

Roma en su decadencia tuvo a Calígula y a Nerón, ¿tendrá Estados Unidos su Donald Trump?

Nota:

[1] El congresista Mike Waltz, futuro asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., destacó la importancia de Groenlandia para su país, indicando que no solo la isla, sino también la región ártica, son de interés para Washington.

«No se trata solo de Groenlandia, se trata del Ártico», dijo durante una entrevista con Fox News. En ese contexto, afirmó que «Rusia trata de convertirse en el rey del Ártico, con más de 60 rompehielos, algunos de ellos propulsados por energía nuclear», agregando que EE.UU. tiene «dos, y uno acaba de incendiarse».

«Se trata de minerales críticos. Se trata de recursos naturales. Se trata de que, a medida que las capas de hielo polar retroceden, los chinos están fabricando rompehielos y empujando hacia allí también. Así que es petróleo y gas. Es nuestra seguridad nacional», afirmó.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.