¿Cuándo la ONU aprobará la abolición de las bases militares extranjeras?
El 6 de mayo comenzó en la ciudad de Guantánamo, Cuba, el VII Seminario Internacional de Paz y por la Abolición de las bases militares extranjeras. Por sus objetivos y proyecciones es conveniente pensar en el futuro.
Así que este es, sin duda, un excelente titular para una buena noticia futura. La noticia podría estar acompañada de comentarios como los siguientes:
“Después de discusiones que parecían interminables, de consultas y cabildeos, de propuestas y contrapropuestas para el texto definitivo sobre el Tratado sobre la Eliminación de Bases Militares Extranjeras, en un proceso largo y tormentoso en que las naciones occidentales, encabezadas por los Estados Unidos, pusieron todos los obstáculos posibles, dicho tratado fue aprobado por una mayoría abrumadora de los países miembros de las Naciones Unidas. En una declaración inusual, su Secretario General declaró: “Hoy es un día histórico para la paz y la humanidad”.
“Ese tratado pone fin a la existencia de más de 1 000 bases militares extranjeras en todo el mundo, de las cuales unas 823 pertenecen a los Estados Unidos, sin contar otras cuya localización se desconoce. Todas ellas ocupan un área total equivalente a 1,5 veces el territorio de México.”
Quienes piensen que esto sólo forma parte de un sueño irrealizable, de una utopía, les afirmo que el pesimismo jamás contribuirá a resolver los acuciantes problemas de los pueblos y, por lo tanto, a salvar a la humanidad. Y en este asunto que hoy abordamos están integrados muchos de los principios fundamentales que guían las relaciones entre las naciones y son garantía de la paz en el seno de los pueblos y entre los países. El tema de las bases militares es un tema crucial de nuestros tiempos, pues como afirma Chaimers Johnson en su libro Némesis: “Hace muchos años se podía forzar la expansión del imperialismo por medio del conteo de colonias…La versión norteamericana de la colonia es la base militar…son como los guardianes del antiguo imperio romano”.
Este es el proyecto de tratado sobre la eliminación de las bases militares que propongo se presente y apruebe en la Asamblea General de la ONU. He aquí su texto:
LA ASAMBLEA GENERAL
Considerando que es procedente concertar en el seno de las Naciones Unidas, un tratado internacional de carácter obligatorio para todos los países sobre la eliminación de todas las formas de bases militares existentes.
Convencidos de que el tratado pondría fin a los problemas actuales derivados de la existencia de bases militares en otros países, a corta o larga distancia de los límites territoriales naturales de los países poseedores de tales instalaciones, con independencia del momento y condiciones en que fueron establecidas.
Conociendo
que los convenios o tratados existentes actualmente para el
mantenimiento de tales bases, presuponen en cierta medida conflictos
con los pueblos de los países donde están asentadas y conllevan a
la subordinación o limitación de principios inviolables de los
pueblos como son los de soberanía, independencia y la libre
determinación.
Considerando asimismo que la paz entre las
naciones es el bien más preciado del género humano, sobre cuya base
deben ser erigidas la libertad, la justicia, el desarrollo humano y
social, la solidaridad y hermandad entre los pueblos.
Teniendo en cuenta que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar un clima de confianza, de respeto y de cooperación universal, que destierre de la faz de la tierra las políticas de amenazas, agresiones, invasiones, despojos territoriales y guerras de cualquier naturaleza.
LA ASAMBLEA GENERAL PROCLAMA el presente Tratado sobre la eliminación de todas las formas de bases militares fuera del territorio de los países.
Artículo
1. Ningún país podrá tener bases militares (terrestres, navales o
aéreas, o espaciales) o instalaciones similares, fuera de su
territorio nacional.
Artículo 2. Tampoco podrán tener bases militares en un país las agrupaciones de naciones, las organizaciones internacionales de cualquier naturaleza ni las Naciones Unidas.
Artículo 3. Ningún motivo o argumento podrá ser utilizado para violar los elementos precedentes.
Artículo
4. Lo estipulado en este tratado es de carácter obligatorio para
todas las naciones sean o no miembros de las Naciones Unidas, así
como para las organizaciones internacionales.
Artículo 5.
Se fija un plazo máximo de tres años para desmantelar o pasar a la
soberanía de los Estados respectivos las actuales bases militares
extranjeras existentes en el mundo.
Artículo
6. Las disposiciones anteriores también son válidas para las bases
militares existentes en los actuales territorios con status colonial,
en los llamados estados asociados, en países o territorios ocupados,
en territorios ocupados históricamente que no tienen nacionalidad
reconocida ni independencia, tales como islas, cayos, islotes,
peñones, etc., sean o no habitados o habitables por personas
autóctonas, y que estén fuera de los límites territoriales de las
naciones poseedoras de tales bases o instalaciones militares.”
Hasta
aquí el texto propuesto. Dejo en mano de los lectores el análisis y
conclusión sobre la importancia del mismo con visión futura, pero
sustentado en una realidad lacerante del pasado y presente de este
mundo que nos pertenece a todos.
Los pueblos que tienen
esta espina clavada en su costado doliente hasta causar mortificación
cada día de la existencia, y que conocen lo que significan las bases
militares extranjeras dentro del territorio de su patria, pueden
asumirla como propia con muchas más razones que los pueblos que
carecen de esta amarga experiencia.
Dejo en manos de los
especialistas en derecho internacional, de los políticos con visión
de presente y futuro y, por supuesto, en manos de todos los
ciudadanos interesados en construir y vivir en un mundo pacífico y
mejor, el perfeccionamiento de este texto, y su utilización para la
batalla por la eliminación de las bases militares que se debe librar
en todos los escenarios, incluyendo las Naciones Unidas.
Estas
acciones pueden ser asumidas como parte de un sueño. Sin embargo, no
se puede olvidar que para hacer realidad un sueño, es necesario, en
primer lugar, la capacidad de soñar, y. en segundo lugar, la
perseverancia en el sueño y la lucha hasta verlo convertido en una
realidad.
Por lo tanto, en este asunto se impone perseverar y luchar sin descanso ¡hasta ese día en que habrá fiesta en todo el mundo!
Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
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