Hasan Rohani, ex secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán y actual presidente del Centro de Investigaciones Estratégicas del Consejo de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, ha enviado un artículo al rotativo norteamericano Times desde el que lanza algunas propuestas para salir del atolladero en el que se ha estancado el expediente nuclear […]
Hasan Rohani, ex secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán y actual presidente del Centro de Investigaciones Estratégicas del Consejo de Discernimiento de Conveniencia del Sistema, ha enviado un artículo al rotativo norteamericano Times desde el que lanza algunas propuestas para salir del atolladero en el que se ha estancado el expediente nuclear de Irán.
En el artículo, del que fue remitido una copia ayer miércoles por la noche a nuestra corresponsalía de IRNA en Teherán, Rohani pide a los actores de este litigio que «tengan la osadía de dejar a un lado los sentimientos» y que «se abstengan de viciar el ambiente con los problemas de la historia de las relaciones cercanas y lejanas que ha habido entre EEUU e Irán.»
El artículo, intitulado «La salida», señala que «un Irán pertrechado con armas nucleares, además de ser un factor desestabilizador en la región e iniciar una carrera armamentística, no sólo desperdiciaría los escasos recursos de la zona sino que no le reportaría seguridad alguna a Irán si tenemos en cuenta el poder militar de EEUU y su política para con Israel. Además de estas razones están las de carácter islámico, ideológico y de desarrollo que impelen a que un Irán musulmán en vías de desarrollo no vaya detrás de la producción o utilización de las armas de destrucción masiva.»
A continuación, Rohani recuerda los tres años de inspecciones intensas a las que han sido sometidas las instalaciones nucleares de Irán y el hecho de que Mohamed ElBaradei, director de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), haya hasta la fecha dicho en sus informes que no se han detectado indicios de desvío en estas actividades.
«Sin embargo -continúa diciendo- ElBaradei ha sentenciado que la agencia no puede corroborar que las actividades nucleares de Irán sean totalmente pacíficas. Pero la realidad de todo esto es que la agencia ha llegado a la misma conclusión de un número reducido de países que tienen un programa nuclear.»
Rohani dice a continuación que Irán tiene la suficiente voluntad política como para dedicar el tiempo que sea necesario para que la OIEA pueda disipar sus dudas y pronunciarse en el sentido contrario y que también los otros países deberían poner algo de su parte, por lo que no se le debería dar una baza a los radicales para que saquen provecho de un ambiente crítico y recargado, apostillando que «ha llegado la hora de que reflexionemos sobre el futuro en lugar de en las amenazas y en las guerras.»
El ex jefe de la comisión negociadora nuclear con Europa escribe en su artículo que «Irán no está acusado de tener la bomba. Tampoco hay indicios de que se la esté procurando. Incluso los radicales y los belicistas norteamericanos e israelíes, que sostienen que Irán tiene un programa atómico militar, enuncian que este país estaría a una distancia de entre 7 y 10 años de fabricar la bomba.»
Rohani pone de relieve que «EEUU repite continuamente que Irán ha mantenido en secreto un programa nuclear durante 20 años, pero, según el parecer de la OIEA, Teherán sólo ha faltado a la norma de no haber anunciado en su debido momento algunas pruebas [de laboratorio] y la recepción de algunos materiales y equipamientos. Semejante falta no es rara entre los miembros del TNP y es por esto mismo que en los protocolos se proponen medidas compensatorias, las cuales han sido llevadas a cabo por Irán.»
Rohani no se queda ahí y sigue argumentando que a nadie se le escapaba el hecho de que Teherán estaba, desde finales de los 80 y en la década de los 90, adquiriendo tecnología de enriquecimiento en los mercados de Europa, Rusia y Asia, por lo que lo del «programa nuclear oculto» se esgrime para montar jaleo y darle tintes alarmantes al dossier iraní con propósitos políticos y partidistas.
A continuación, Rohani habla de la voluntad de Irán de acceder a la producción del ciclo de combustible según sus programas de desarrollo a largo plazo, y al hecho de Occidente y EEUU no se fíen de que una vez conseguido, Teherán lo desvíe hacia otros usos y no cumpla sus compromisos, pero que los iraníes sí que tienen que fiarse de las promesas de los occidentales de que les proveerían de combustible atómico si renuncian al enriquecimiento.
Rohani argumenta: «Esta filosofía de que ‘yo no me fío de ti aunque lo que haces es legal e incluso de puede corroborar que va seguir siendo legal, pero tú te tienes que fiar de mi cuando te doy mi palabra, aunque no me pudo comprometer a ello ni hay garantías de que se haga’ es algo ilógico y egoísta.»
Rohani señala además que quienes profieren estas palabras ilógicas amenazan a Irán con sanciones e incluso con usar la fuerza, «mientras que todos deberíamos procurar una solución pacífica y justa.»
Dicho esto, Rohani lanza las siguientes propuestas:
· Irán anunciaría su disposición a fortalecer aún más el régimen de no proliferación y de generar confianza, junto a los demás países que poseen un programa de producción de combustible.
· Irán estudiaría la aprobación de los protocolos adicionales.
· Irán despejaría las incertidumbres de su posible salida del Tratado de No Proliferación.
· Irán anunciaría su disposición a negociar sobre el desarrollo y los plazos para el enriquecimiento industrial.
· Irán aceptaría un tope de enriquecimiento hasta el nivel necesario para las centrales que sería verificable por la agencia.
· Durante las negociaciones sobre el desarrollo y los plazos para el enriquecimiento industrial, Irán aceptaría un tope para la producción de UF6
· Irán y la agencia llegarían a un acuerdo sobre los detalles de la presencia continua de sus inspectores en territorio iraní con el objeto de verificar que no hay desvío en el programa nuclear.
· Con el anuncio de su disposición a participar con otros países en el marco de un consorcio, Irán generaría más confianza sobre la naturaleza pacífica de su programa atómico.
Rohani concluye dejando claro que Teherán no busca el vulnerar las decisiones del Consejo de Seguridad sino que lo que desea es que la decisión de este consejo sea la de remitir de nuevo el expediente iraní a su cauce ordinario en la agencia para que ésta halle la fórmula adecuada en el marco de las propuestas arriba expuestas.